Las razones del odio racial en EE. UU.
Gimena Sánchez-Garzoli ha investigado el tema del racismo en América durante más de 20 años y dice que la pandemia y el asesinato de George Floyd solo evidenciaron un problema de vieja data: desigualdad y racismo enquistados en la sociedad estadounidense.
Angélica Lagos Camargo
A Gimena Sánchez-Garzoli, una experta en derechos humanos, desplazados, paz y minorías étnicas de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), no se le olvida una visita que hizo a Medellín en 2013. La recuerda porque en el aeropuerto de la cuidad colombiana, su compañero de viaje, un congresista afroamericano, fue maltratado y acusado de robo por un policía. “Solo porque era negro, fue un hecho revelador del racismo que existe en los países de América, no es un mal exclusivo de Estados Unidos”, señaló.
Sánchez-Garzoli ha estudiado el racismo durante más de 20 años y es una de las voces más reconocidas en Washington para hablar del tema. En entrevista con este diario, la experta explica que las protestas, que se desataron en Estados Unidos tras la muerte de un afroamericano desarmado a manos de la policía, no son solo por cuenta del racismo y el abuso policial, sino por años de maltrato, desigualdad, pobreza y desprecio por una sociedad en donde el racismo está casi que normalizado.
¿Las actuales protestas señalan que EE. UU. es un país racista?
Sí. El problema comenzó después de la Guerra Civil porque no se hicieron las reformas necesarias y el sistema terminó segregando a los afrodescendientes; desde entonces todos los indicadores señalan que ellos están en la parte más baja de la sociedad.
¿Qué indicadores?
Desde enero de 2015 se han asesinado más de 1.250 personas negras con armas de fuego por parte de la policía; y ese número no incluye a los negros que fueron matados como George Floyd, es decir, con fuerza, pero sin armas, ni tampoco los que murieron una vez capturadas por la policía. Lo más grave es que estos casos siempre terminan en impunidad y se justifican con el argumento de la “autodefensa” criminalizando siempre al afroamericano, que siempre será el culpable.
¿Es un problema de abuso policial o general?
Abuso policial hay y está documentado, lo que ha permitido que personas blancas maten a afroamericanos con total impunidad: el caso de Travor Martin (asesinado por un ciudadano blanco que patrullaba un barrio) es uno de esos, pero hay muchos a diario. Básicamente ser negro es razón suficiente para ser sentenciado a muerte.
Esa brecha racial, lejos de disminuir, crece en Estados Unidos. ¿Por qué se ha llegado a lo que estamos viendo ahora?
Lo que ha fomentado este odio, además de crímenes como el de George Floyd que quedan registrados en videos y se hacen virales, es el presidente Donald Trump, quien en vez de condenar estos hechos termina justificándolos; él ha desatado el odio al decir que los supremacistas blancos y grupos neonazis son “buenas personas”. Él ha dado luz verde a que esto suceda, ha hecho más fuertes el racismo y la división social del país.
¿Cómo se refleja ese racismo y división?
Más allá de los asesinatos de afroamericanos, en el sistema judicial los afros y latinos representan más del 55 % de los presos en el país, hay dos veces más mujeres negras en prisión que de otra raza, los niños afroamericanos representan el 32 % de los detenidos y, en más del 52 % de los casos, la sentencia contra un negro es más dura y larga; en este momento hay 43 % más presos afros esperando una condena a muerte… Los números son desproporcionados, y según el FBI, en su último informe anual reveló que el año pasado se presentó el número de ataques racistas y xenófobos más altos en los últimos 16 años. Y es imposible no hacer un paralelo con estas cifras y la retórica del presidente.
Antes del asesinato de Floyd, la pandemia ya evidenciaba la brecha social, hubo más contagios y muertes entre los afroamericanos que entre los blancos, ¿qué pasó?
Claro, las protestas están cargadas de rabia porque la pandemia destapó todas las inequidades en este país, que es tremendamente desigual. Sí tiene muchos expertos y clínicas muy buenas en salud, pero los pobres no pueden acceder a ellas. En Estados Unidos la tasa de mortalidad de las personas positivas de COVID -19 es dos veces superior entre los afroamericanos y latinos que en otras comunidades.
¿Por qué se ha ignorado tanto tiempo esa brecha social y racial?
Casi 30 años después del primero video que se hizo viral (marzo 3, 1991) cuando Rodney King, un afroamericano con antecedentes, fue atacado por un grupo de policías en Los Ángeles, se han presentado muchas protestas; sin embargo, el caso de George Floyd, un hombre con manos atadas víctima de brutalidad policial, ha generado una reacción nacional, que se ha potenciado por la retórica irresponsable de Donald Trump y cosas como que ya no hay un balance de poder en el país, el Presidente ha puesto a personas en puestos claves de justicia y por eso ya no se espera una respuesta justa frente a casos como estos.
¿Hasta dónde llegarán las protestas?
Lo que se vivió el lunes en la noche en Washington fue horroroso, esto parecía Siria: centenares de manifestantes huyendo de la policía que los atacaba… eso es un punto de quiebre.
Trump amenazó con más fuerza contra los manifestantes. ¿Podemos ver un aumento de la violencia?
Sí, Trump dijo que iba a usar una ley que no se emplea hace 100 años en el país contra los manifestantes; en Washington ya sacó al ejército a las calles y amenazó con enviarlo a ciudades en donde los alcaldes han dicho que no usarán a hombres armados para controlar las manifestaciones. Pero esto va a destapar nuevos liderazgos políticos que necesita el país, nuevos movimientos, viene un cambio grande en eso.
¿Está en riesgo la reelección de Trump?
Pueden pasar dos cosas: que Trump utilice este momento para restringir aún más los elementos que necesitan unas elecciones justas e igualitarias. Por ejemplo, con la pandemia se habla de la necesidad de reforzar el sistema de voto por correo, pero él anunció que cortará los fondos al sistema de correo. Es decir, utilizará lo que necesite para asegurarse el triunfo. Y lo otro es que los nuevos liderazgos desaten una pelea muy grande entre el sistema federal y el estatal, y eso genere algún cambio. Pero el país, que ya estaba dividido antes de Obama, puede agudizar esa brecha.
¿Promueve Trump el racismo?
Sí, todo el tiempo, promueve estos movimientos de extremistas blancos con ideologías tremendas; y lo más grave es que no tienen control y están armados; son grupos pequeños pero muy desestabilizadores, que le apuestan a un país blanco y que culpan a negros e inmigrantes de todos los desastres nacionales.
¿Qué veremos en los próximos días en el país?
Las protestas van a continuar, quizá más grandes y violentas por las respuestas desproporcionadas de los uniformados; el presidente cree que solo gobierna para aquellos que lo apoyan y se olvida del resto, de los que lo critican o le exigen cuentas; esa es su idea de país, uno que esté de acuerdo con todo lo que haga.
A Gimena Sánchez-Garzoli, una experta en derechos humanos, desplazados, paz y minorías étnicas de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), no se le olvida una visita que hizo a Medellín en 2013. La recuerda porque en el aeropuerto de la cuidad colombiana, su compañero de viaje, un congresista afroamericano, fue maltratado y acusado de robo por un policía. “Solo porque era negro, fue un hecho revelador del racismo que existe en los países de América, no es un mal exclusivo de Estados Unidos”, señaló.
Sánchez-Garzoli ha estudiado el racismo durante más de 20 años y es una de las voces más reconocidas en Washington para hablar del tema. En entrevista con este diario, la experta explica que las protestas, que se desataron en Estados Unidos tras la muerte de un afroamericano desarmado a manos de la policía, no son solo por cuenta del racismo y el abuso policial, sino por años de maltrato, desigualdad, pobreza y desprecio por una sociedad en donde el racismo está casi que normalizado.
¿Las actuales protestas señalan que EE. UU. es un país racista?
Sí. El problema comenzó después de la Guerra Civil porque no se hicieron las reformas necesarias y el sistema terminó segregando a los afrodescendientes; desde entonces todos los indicadores señalan que ellos están en la parte más baja de la sociedad.
¿Qué indicadores?
Desde enero de 2015 se han asesinado más de 1.250 personas negras con armas de fuego por parte de la policía; y ese número no incluye a los negros que fueron matados como George Floyd, es decir, con fuerza, pero sin armas, ni tampoco los que murieron una vez capturadas por la policía. Lo más grave es que estos casos siempre terminan en impunidad y se justifican con el argumento de la “autodefensa” criminalizando siempre al afroamericano, que siempre será el culpable.
¿Es un problema de abuso policial o general?
Abuso policial hay y está documentado, lo que ha permitido que personas blancas maten a afroamericanos con total impunidad: el caso de Travor Martin (asesinado por un ciudadano blanco que patrullaba un barrio) es uno de esos, pero hay muchos a diario. Básicamente ser negro es razón suficiente para ser sentenciado a muerte.
Esa brecha racial, lejos de disminuir, crece en Estados Unidos. ¿Por qué se ha llegado a lo que estamos viendo ahora?
Lo que ha fomentado este odio, además de crímenes como el de George Floyd que quedan registrados en videos y se hacen virales, es el presidente Donald Trump, quien en vez de condenar estos hechos termina justificándolos; él ha desatado el odio al decir que los supremacistas blancos y grupos neonazis son “buenas personas”. Él ha dado luz verde a que esto suceda, ha hecho más fuertes el racismo y la división social del país.
¿Cómo se refleja ese racismo y división?
Más allá de los asesinatos de afroamericanos, en el sistema judicial los afros y latinos representan más del 55 % de los presos en el país, hay dos veces más mujeres negras en prisión que de otra raza, los niños afroamericanos representan el 32 % de los detenidos y, en más del 52 % de los casos, la sentencia contra un negro es más dura y larga; en este momento hay 43 % más presos afros esperando una condena a muerte… Los números son desproporcionados, y según el FBI, en su último informe anual reveló que el año pasado se presentó el número de ataques racistas y xenófobos más altos en los últimos 16 años. Y es imposible no hacer un paralelo con estas cifras y la retórica del presidente.
Antes del asesinato de Floyd, la pandemia ya evidenciaba la brecha social, hubo más contagios y muertes entre los afroamericanos que entre los blancos, ¿qué pasó?
Claro, las protestas están cargadas de rabia porque la pandemia destapó todas las inequidades en este país, que es tremendamente desigual. Sí tiene muchos expertos y clínicas muy buenas en salud, pero los pobres no pueden acceder a ellas. En Estados Unidos la tasa de mortalidad de las personas positivas de COVID -19 es dos veces superior entre los afroamericanos y latinos que en otras comunidades.
¿Por qué se ha ignorado tanto tiempo esa brecha social y racial?
Casi 30 años después del primero video que se hizo viral (marzo 3, 1991) cuando Rodney King, un afroamericano con antecedentes, fue atacado por un grupo de policías en Los Ángeles, se han presentado muchas protestas; sin embargo, el caso de George Floyd, un hombre con manos atadas víctima de brutalidad policial, ha generado una reacción nacional, que se ha potenciado por la retórica irresponsable de Donald Trump y cosas como que ya no hay un balance de poder en el país, el Presidente ha puesto a personas en puestos claves de justicia y por eso ya no se espera una respuesta justa frente a casos como estos.
¿Hasta dónde llegarán las protestas?
Lo que se vivió el lunes en la noche en Washington fue horroroso, esto parecía Siria: centenares de manifestantes huyendo de la policía que los atacaba… eso es un punto de quiebre.
Trump amenazó con más fuerza contra los manifestantes. ¿Podemos ver un aumento de la violencia?
Sí, Trump dijo que iba a usar una ley que no se emplea hace 100 años en el país contra los manifestantes; en Washington ya sacó al ejército a las calles y amenazó con enviarlo a ciudades en donde los alcaldes han dicho que no usarán a hombres armados para controlar las manifestaciones. Pero esto va a destapar nuevos liderazgos políticos que necesita el país, nuevos movimientos, viene un cambio grande en eso.
¿Está en riesgo la reelección de Trump?
Pueden pasar dos cosas: que Trump utilice este momento para restringir aún más los elementos que necesitan unas elecciones justas e igualitarias. Por ejemplo, con la pandemia se habla de la necesidad de reforzar el sistema de voto por correo, pero él anunció que cortará los fondos al sistema de correo. Es decir, utilizará lo que necesite para asegurarse el triunfo. Y lo otro es que los nuevos liderazgos desaten una pelea muy grande entre el sistema federal y el estatal, y eso genere algún cambio. Pero el país, que ya estaba dividido antes de Obama, puede agudizar esa brecha.
¿Promueve Trump el racismo?
Sí, todo el tiempo, promueve estos movimientos de extremistas blancos con ideologías tremendas; y lo más grave es que no tienen control y están armados; son grupos pequeños pero muy desestabilizadores, que le apuestan a un país blanco y que culpan a negros e inmigrantes de todos los desastres nacionales.
¿Qué veremos en los próximos días en el país?
Las protestas van a continuar, quizá más grandes y violentas por las respuestas desproporcionadas de los uniformados; el presidente cree que solo gobierna para aquellos que lo apoyan y se olvida del resto, de los que lo critican o le exigen cuentas; esa es su idea de país, uno que esté de acuerdo con todo lo que haga.