Leopoldo López, el actor que le faltaba a la crisis venezolana
La figura más emblemática de la oposición en Venezuela hizo una reaparición que nadie esperaba. Leopoldo López es la piedra en el zapato más incómoda para el gobierno de Nicolás Maduro. ¿Cómo cambia su presencia el actual panorama?
- Redacción Internacional
La inesperada aparición de Leopoldo López en el convulsionado panorama político y social de Venezuela es quizá la peor noticia que ha recibido Nicolás Maduro en mucho tiempo. Y le han dado muchas (sanciones de EE. UU., presión diplomática regional, más países desconociendo su mandato, etc.).
Que “el preso político más importante del mundo en este momento”, como lo describe Javier Cremades, abogado de López, esté fuera de la prisión domiciliaria a la que el chavismo lo confinó, desde julio de 2017, cambia el juego en Venezuela. ¿Por qué? De acuerdo con Ronal Rodríguez, director del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, “López es el líder político más importante de la oposición venezolana y su salida no solo activa los ánimos de la oposición, sino que le da un rumbo más claro a los planes de la oposición”.
López cumplía desde 2014 una condena de 14 años de prisión y fue liberado gracias a un “indulto presidencial”, otorgado por Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional y reconocido presidente interino de Venezuela por más de cincuenta países.
Ver más: Leopoldo López, liberado por Juan Guaidó
López y su familia acudieron primero a la residencia del embajador chileno, pero después fueron a la residencia diplomática española, donde no ha pedido asilo político.
Leopoldo López es una de las figuras más odiadas e impopulares del chavismo. Antes de arrestarlo, en 2014, era uno de los blancos frecuentes del acoso y ataques de chavistas. Desde la cárcel de Ramo Verde, en donde estuvo casi dos años, diseñó una estrategia meticulosa, que hoy se vislumbra como la esperanza más real para su país.
Analistas venezolanos explican que hay que revisar muy bien la figura con la que López queda libre. Si bien Guaidó lo indultó, lo que aplica es un sobreseimiento. “De esta manera, Leopoldo López podría entrar a participar sin ningún problema en política y se despejaría el panorama del liderazgo opositor electoral”, aclara Ronal Rodríguez.
Ver más: Así eliminó Maduro a la oposición en Venezuela
De acuerdo con exiliados venezolanos en Washington, fue Leopoldo López quien diseñó la estrategia que hoy tiene a Maduro contra las cuerdas. Él, junto con varias figuras colombianas, fueron quienes convencieron al presidente de Estados Unidos, Donald Trump , de la necesidad de aumentar la presión sobre Nicolás Maduro y su entorno. También fue él quien convocó la atención mundial al proponer el polémico concierto Live Aid Venezuela en Cúcuta, cuyos resultados económicos todavía no están claros. También estuvo detrás de la autoproclamación de Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, el 23 de enero, y es quien marcó la hoja de ruta de la Operación Libertad, que busca “el fin de la usurpación”.
“Leopoldo López comienza un proceso para convertirse en el primer presidente de la transición venezolana. Si bien Guaidó ha jugado un papel muy importante, no es quien va a ejercer el poder una vez salga Maduro”, explica Ronal Rodríguez. Agrega que, “López no solo cuenta con respaldo popular sino que es el que tiene las ideas más claras, aunque a veces, se le acusa de ser muy acelerado e impaciente en el proceso”.
Ver más: Así huyen los perseguidos por Maduro
Y fue esa impaciencia la que lo llevó el martes a salir de su prisión domiciliaria, acompañado de Juan Guaidó y de un grupo de militares desertores. De acuerdo con un periodista venezolano, López decidió planear con Guaidó su salida y posterior llegada a las embajadas de Chile y España, cuando se enteró de que el gobierno de Maduro estaba adelantando un proceso de transición, que no tendría a la oposición en cuenta.
¿Qué sigue? Analistas en Venezuela le apuntan a la estrategia internacional, en donde ya tiene un terreno abonado. Su mujer, Lilian Tintori, sus padres, Leopoldo López Gil, candidato por el Partido Popular español al Parlamento Europeo, su madre, Antonieta Mendoza, el exalcalde de Caracas Antonio Ledezma y otros opositores hicieron la avanzada. “López decidió compensar su incomunicación con el pueblo con una cada vez más estrecha interlocución con el extranjero. Sorteando la vigilancia, a veces directamente por teléfono, otras vía intermediarios, estableció contactos privados y frecuentes con la élite política mundial. Mike Pence, Tajani y Almagro. Macri y Piñera. Pastrana, Quiroga y Ricardo Lagos. Luego llegó Iván Duque. Incluso Bolsonaro. Siempre González y Aznar”, relata el periódico El Mundo, de España.
Ver más: Así planeó Colombia la estrategia contra Maduro
Además ubicó a sus colaboradores cercanos en puntos clave: Carlos Vecchio en Miami, David Smolansky en Washington, Isadora Zubillaga en Madrid y Lester Toledo para América Latina. Entre sus logros más notables del último año es que el equipo que conformó desde su prisión está en una exitosa gira europea, el Premio Sajarov del Parlamento Europeo a los presos políticos venezolanos, sanciones personales a Maduro y el desconocimiento internacional de las elecciones.
Pero, sin duda, fue la autoproclamación de Guaidó, el 23 de enero, su obra maestra: eso unió a la oposición y revivió los ánimos muertos de los venezolanos. Un ánimo que dos meses después seguía en caída libre y el martes, Leopoldo López revivió.
La inesperada aparición de Leopoldo López en el convulsionado panorama político y social de Venezuela es quizá la peor noticia que ha recibido Nicolás Maduro en mucho tiempo. Y le han dado muchas (sanciones de EE. UU., presión diplomática regional, más países desconociendo su mandato, etc.).
Que “el preso político más importante del mundo en este momento”, como lo describe Javier Cremades, abogado de López, esté fuera de la prisión domiciliaria a la que el chavismo lo confinó, desde julio de 2017, cambia el juego en Venezuela. ¿Por qué? De acuerdo con Ronal Rodríguez, director del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, “López es el líder político más importante de la oposición venezolana y su salida no solo activa los ánimos de la oposición, sino que le da un rumbo más claro a los planes de la oposición”.
López cumplía desde 2014 una condena de 14 años de prisión y fue liberado gracias a un “indulto presidencial”, otorgado por Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional y reconocido presidente interino de Venezuela por más de cincuenta países.
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López y su familia acudieron primero a la residencia del embajador chileno, pero después fueron a la residencia diplomática española, donde no ha pedido asilo político.
Leopoldo López es una de las figuras más odiadas e impopulares del chavismo. Antes de arrestarlo, en 2014, era uno de los blancos frecuentes del acoso y ataques de chavistas. Desde la cárcel de Ramo Verde, en donde estuvo casi dos años, diseñó una estrategia meticulosa, que hoy se vislumbra como la esperanza más real para su país.
Analistas venezolanos explican que hay que revisar muy bien la figura con la que López queda libre. Si bien Guaidó lo indultó, lo que aplica es un sobreseimiento. “De esta manera, Leopoldo López podría entrar a participar sin ningún problema en política y se despejaría el panorama del liderazgo opositor electoral”, aclara Ronal Rodríguez.
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De acuerdo con exiliados venezolanos en Washington, fue Leopoldo López quien diseñó la estrategia que hoy tiene a Maduro contra las cuerdas. Él, junto con varias figuras colombianas, fueron quienes convencieron al presidente de Estados Unidos, Donald Trump , de la necesidad de aumentar la presión sobre Nicolás Maduro y su entorno. También fue él quien convocó la atención mundial al proponer el polémico concierto Live Aid Venezuela en Cúcuta, cuyos resultados económicos todavía no están claros. También estuvo detrás de la autoproclamación de Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, el 23 de enero, y es quien marcó la hoja de ruta de la Operación Libertad, que busca “el fin de la usurpación”.
“Leopoldo López comienza un proceso para convertirse en el primer presidente de la transición venezolana. Si bien Guaidó ha jugado un papel muy importante, no es quien va a ejercer el poder una vez salga Maduro”, explica Ronal Rodríguez. Agrega que, “López no solo cuenta con respaldo popular sino que es el que tiene las ideas más claras, aunque a veces, se le acusa de ser muy acelerado e impaciente en el proceso”.
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Y fue esa impaciencia la que lo llevó el martes a salir de su prisión domiciliaria, acompañado de Juan Guaidó y de un grupo de militares desertores. De acuerdo con un periodista venezolano, López decidió planear con Guaidó su salida y posterior llegada a las embajadas de Chile y España, cuando se enteró de que el gobierno de Maduro estaba adelantando un proceso de transición, que no tendría a la oposición en cuenta.
¿Qué sigue? Analistas en Venezuela le apuntan a la estrategia internacional, en donde ya tiene un terreno abonado. Su mujer, Lilian Tintori, sus padres, Leopoldo López Gil, candidato por el Partido Popular español al Parlamento Europeo, su madre, Antonieta Mendoza, el exalcalde de Caracas Antonio Ledezma y otros opositores hicieron la avanzada. “López decidió compensar su incomunicación con el pueblo con una cada vez más estrecha interlocución con el extranjero. Sorteando la vigilancia, a veces directamente por teléfono, otras vía intermediarios, estableció contactos privados y frecuentes con la élite política mundial. Mike Pence, Tajani y Almagro. Macri y Piñera. Pastrana, Quiroga y Ricardo Lagos. Luego llegó Iván Duque. Incluso Bolsonaro. Siempre González y Aznar”, relata el periódico El Mundo, de España.
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Además ubicó a sus colaboradores cercanos en puntos clave: Carlos Vecchio en Miami, David Smolansky en Washington, Isadora Zubillaga en Madrid y Lester Toledo para América Latina. Entre sus logros más notables del último año es que el equipo que conformó desde su prisión está en una exitosa gira europea, el Premio Sajarov del Parlamento Europeo a los presos políticos venezolanos, sanciones personales a Maduro y el desconocimiento internacional de las elecciones.
Pero, sin duda, fue la autoproclamación de Guaidó, el 23 de enero, su obra maestra: eso unió a la oposición y revivió los ánimos muertos de los venezolanos. Un ánimo que dos meses después seguía en caída libre y el martes, Leopoldo López revivió.