Lo están haciendo de nuevo: hackers rusos están torpedeando las elecciones en EE. UU.
Así como los medios de comunicación y la ciudadanía aprendieron lecciones de los pasados comicios presidenciales, los troles rusos también han sofisticado sus procesos. Ya no escriben las noticias falsas por su cuenta: ahora le pagan a los estadounidenses para que lo hagan. ¿Cómo detectarlos?
Los ciberespías rusos están dando de qué hablar otra vez en Estados Unidos. La Agencia de Investigación de Internet, una granja de troles con sede en San Petersburgo, Rusia, acusada de interferir en las elecciones presidenciales de 2016 en EE. UU., estaba dirigiendo la Sala de redacción para ciudadanos estadounidenses y europeos (NAEBC, por sus siglas en inglés), de acuerdo con una investigación del Buró Federal de Investigaciones (FBI) que salió a la luz gracias a un reportaje de la agencia Reuters esta semana.
NAEBC, creada en junio según el FBI, funciona como una “sala de redacción” y se ha encargado de difundir noticias falsas a favor del presidente Donald Trump y en contra de los demócratas con el objetivo de beneficiar al primero durante la actual campaña presidencial. En este portal se encuentran titulares como “Sleepy Joe (apodo que le tiene Trump al candidato Joe Biden) retrasó 180 años la política”. Esto es información falsa y tendenciosa.
Así como los medios de comunicación y la ciudadanía aprendieron lecciones de los pasados comicios presidenciales en Estados Unidos, los troles rusos también han evolucionado en su trabajo. Las mentes detrás de las granjas de troles no solo elaboran contenido falso por su cuenta como en hace cuatro años, sino que ahora le pagan a ciudadanos estadounidenses para que escriban sobre temas políticos con una carga conservadora que engrandezca la labor del actual mandatario a punta de información dudosa.
Los bots de internet fueron reemplazados por escritores subcontratados de carne y hueso. Los artículos llenos de noticias falsas se han combinado con opiniones personales inclinadas hacia una ideología en particular que tienen la misión de despertar la indignación de la ciudadanía hacia un partido, político u organización. Al final, sin embargo, todo viene siguiendo la misma estrategia: la desinformación.
El martes, por ejemplo, en NAEBC se publicó un artículo titulado “Los cinco objetivos estratégicos que Trump logró magistralmente en el primer debate presidencial”, con la intención de presentar al presidente como el ganador del enfrentamiento pese a que este no tuvo un desempeño positivo, como apuntó la prensa local.
Estos contenidos quizás parezcan inofensivos, pero a medida que encuentran una audiencia y se infiltran en las redes sociales, pueden causar un daño enorme.
“La gente lee y comparte furiosamente, su presión sanguínea se dispara por encima de lo que los políticos corruptos del otro lado están haciendo ahora. Las historias migran a más grupos de Facebook o sitios web más extremos junto con propaganda más abierta. Ahora ese artículo se convierte en un arma”, señala Jen Kirby, reportera de seguridad nacional y extranjera de Vox.
Vea también: Cómo Rusia hackeó las elecciones que ganó Trump
Otro de los objetivos de NAEBC es el de denigrar el movimiento Black Lives Matter, alertar sobre las “amenazas” que significarían una hipotética presidencia de Biden y polarizar al país con mensajes divisivos. Este portal contaba con toda una red de perfiles falsos en redes sociales como Twitter que se hacen pasar por editores y periodistas, y que también promueven el contenido de la página. Pero lo más preocupante es que este no es el único caso que se ha registrado en las últimas semanas.
En agosto, la Comisión de Inteligencia del Senado señaló que en esta ocasión los agentes de inteligencia rusos estaban incluso más cerca de la campaña de Trump que lo que se sabía en 2016. Y esta nueva campaña de desinformación ha puesto en máxima alerta tanto a demócratas como a republicanos, así como a algunas compañías.
A principios de septiembre, Microsoft advirtió que los piratas informáticos rusos estaban de regreso y que estaban apuntando a torpedear las actuales elecciones presidenciales. Según la compañía, los ciberespías han intentado atacar por lo menos a 2000 organizaciones con conexiones directas a las elecciones: partidos políticos a nivel nacional o estatal, cuentas de consultores y analistas y centros de pensamiento.
Por otro lado, el teniente general en retiro HR McMaster, exasesor del presidente Trump, denunció este jueves que el presidente estaba ayudando a la campaña de desinformación rusa al no reconocer cómo desde Moscú se estaba tratando de manipular a los votantes estadounidenses.
Como advierte Kirby, “lo que hace que esto (las noticias falsas) sea tan peligroso no es que sea particularmente hábil. Es que Estados Unidos, en este momento, está preparado para que le cause daño. Las endurecidas divisiones partidistas del país, la creciente desconfianza en la experiencia y los distintos silos de los medios de comunicación están minando una democracia en funcionamiento. Rusia se está aprovechando de lo que Estados Unidos ya ha creado”.
Y en efecto Trump ha sido un cómplice de esta estrategia al causar aún más división en el país. De hecho, ya ni siquiera es necesario que se elaboren noticias falsas. Como señala Clint Watts, exagente especial del FBI que ha rastreado las amenazas en línea, “Rusia no tiene que hacer noticias falsas. Simplemente repiten las conspiraciones que surgen de la Casa Blanca y la administración”, apuntó a la National Public Radio.
McMaster no duda que los rusos interfirieron las elecciones de hace cuatro años, aunque no ha asegurado que esta campaña buscaba beneficiar al presidente Trump. Para él, los rusos esperaban que Hillary Clinton ganara la presidencia y estaban preparados para de minar la confianza de los ciudadanos en el gobierno estadounidense con el objetivo de debilitar al país.
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“Muchos creen que eso es lo que está sucediendo ahora: que los rusos creen que Joseph R. Biden Jr., el candidato presidencial demócrata, ganará, y que en un esfuerzo por disminuir la influencia de Biden si asume el cargo, están amplificando la de Trump. acusaciones de que la elección será fraudulenta”, escribió David E Sanger, corresponsal de seguridad nacional de The New York Times.
La mayor preocupación en este momento, como apuntan las investigaciones de redes sociales, es que hay personajes que están buscando capitalizar la incertidumbre que creó la pandemia para confundir e indignar a la ciudadanía sobre cómo votar, por ejemplo. Esto, junto al deterioro de la confianza en los resultados de las elecciones forma un coctel molotov peligroso que podría traducirse como una reacción violenta en las calles.
“Hay muchas cosas que no sabemos públicamente sobre las actividades de Rusia, pero lo que sí sabemos, y podemos ver en línea, muestra que Moscú se está aprovechando de un año electoral amargo y divisivo”, concluye Kirby.
¿Cómo detectar los bots rusos? Estos son algunas recomendaciones:
Identifique la hiperactividad en las cuentas: los bots están programados para enviar contenido con cierto nivel de periodicidad. Si una cuenta produce cientos de tuits por días todos los días, ese es un comportamiento anormal y podría tratarse de un bot.
Identifique la fecha de creación de la cuenta y su avatar: las cuentas de Twitter muestran el mes y el año en el que un usuario se unió a la red, además de su foto de perfil. Puede tomar el número de tuits de una cuenta y dividirlo por el número de días que lleva la cuenta activa para encontrar el promedio de tuits que este perfil tiene. Si el número que encontró es superior a 50, puede sospechar que esta es una cuenta falsa.
Por otro lado, puede ver si la imagen de perfil de esta cuenta ha sido robada al darle clic derecho en esta y luego darle en la opción “copiar dirección de imagen”. Después de esto diríjase a la búsqueda por imagen de Google y pegue la dirección. Si los resultados aparecen muchas veces en perfiles diferentes usted ha encontrado una cuenta falsa.
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Los ciberespías rusos están dando de qué hablar otra vez en Estados Unidos. La Agencia de Investigación de Internet, una granja de troles con sede en San Petersburgo, Rusia, acusada de interferir en las elecciones presidenciales de 2016 en EE. UU., estaba dirigiendo la Sala de redacción para ciudadanos estadounidenses y europeos (NAEBC, por sus siglas en inglés), de acuerdo con una investigación del Buró Federal de Investigaciones (FBI) que salió a la luz gracias a un reportaje de la agencia Reuters esta semana.
NAEBC, creada en junio según el FBI, funciona como una “sala de redacción” y se ha encargado de difundir noticias falsas a favor del presidente Donald Trump y en contra de los demócratas con el objetivo de beneficiar al primero durante la actual campaña presidencial. En este portal se encuentran titulares como “Sleepy Joe (apodo que le tiene Trump al candidato Joe Biden) retrasó 180 años la política”. Esto es información falsa y tendenciosa.
Así como los medios de comunicación y la ciudadanía aprendieron lecciones de los pasados comicios presidenciales en Estados Unidos, los troles rusos también han evolucionado en su trabajo. Las mentes detrás de las granjas de troles no solo elaboran contenido falso por su cuenta como en hace cuatro años, sino que ahora le pagan a ciudadanos estadounidenses para que escriban sobre temas políticos con una carga conservadora que engrandezca la labor del actual mandatario a punta de información dudosa.
Los bots de internet fueron reemplazados por escritores subcontratados de carne y hueso. Los artículos llenos de noticias falsas se han combinado con opiniones personales inclinadas hacia una ideología en particular que tienen la misión de despertar la indignación de la ciudadanía hacia un partido, político u organización. Al final, sin embargo, todo viene siguiendo la misma estrategia: la desinformación.
El martes, por ejemplo, en NAEBC se publicó un artículo titulado “Los cinco objetivos estratégicos que Trump logró magistralmente en el primer debate presidencial”, con la intención de presentar al presidente como el ganador del enfrentamiento pese a que este no tuvo un desempeño positivo, como apuntó la prensa local.
Estos contenidos quizás parezcan inofensivos, pero a medida que encuentran una audiencia y se infiltran en las redes sociales, pueden causar un daño enorme.
“La gente lee y comparte furiosamente, su presión sanguínea se dispara por encima de lo que los políticos corruptos del otro lado están haciendo ahora. Las historias migran a más grupos de Facebook o sitios web más extremos junto con propaganda más abierta. Ahora ese artículo se convierte en un arma”, señala Jen Kirby, reportera de seguridad nacional y extranjera de Vox.
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Otro de los objetivos de NAEBC es el de denigrar el movimiento Black Lives Matter, alertar sobre las “amenazas” que significarían una hipotética presidencia de Biden y polarizar al país con mensajes divisivos. Este portal contaba con toda una red de perfiles falsos en redes sociales como Twitter que se hacen pasar por editores y periodistas, y que también promueven el contenido de la página. Pero lo más preocupante es que este no es el único caso que se ha registrado en las últimas semanas.
En agosto, la Comisión de Inteligencia del Senado señaló que en esta ocasión los agentes de inteligencia rusos estaban incluso más cerca de la campaña de Trump que lo que se sabía en 2016. Y esta nueva campaña de desinformación ha puesto en máxima alerta tanto a demócratas como a republicanos, así como a algunas compañías.
A principios de septiembre, Microsoft advirtió que los piratas informáticos rusos estaban de regreso y que estaban apuntando a torpedear las actuales elecciones presidenciales. Según la compañía, los ciberespías han intentado atacar por lo menos a 2000 organizaciones con conexiones directas a las elecciones: partidos políticos a nivel nacional o estatal, cuentas de consultores y analistas y centros de pensamiento.
Por otro lado, el teniente general en retiro HR McMaster, exasesor del presidente Trump, denunció este jueves que el presidente estaba ayudando a la campaña de desinformación rusa al no reconocer cómo desde Moscú se estaba tratando de manipular a los votantes estadounidenses.
Como advierte Kirby, “lo que hace que esto (las noticias falsas) sea tan peligroso no es que sea particularmente hábil. Es que Estados Unidos, en este momento, está preparado para que le cause daño. Las endurecidas divisiones partidistas del país, la creciente desconfianza en la experiencia y los distintos silos de los medios de comunicación están minando una democracia en funcionamiento. Rusia se está aprovechando de lo que Estados Unidos ya ha creado”.
Y en efecto Trump ha sido un cómplice de esta estrategia al causar aún más división en el país. De hecho, ya ni siquiera es necesario que se elaboren noticias falsas. Como señala Clint Watts, exagente especial del FBI que ha rastreado las amenazas en línea, “Rusia no tiene que hacer noticias falsas. Simplemente repiten las conspiraciones que surgen de la Casa Blanca y la administración”, apuntó a la National Public Radio.
McMaster no duda que los rusos interfirieron las elecciones de hace cuatro años, aunque no ha asegurado que esta campaña buscaba beneficiar al presidente Trump. Para él, los rusos esperaban que Hillary Clinton ganara la presidencia y estaban preparados para de minar la confianza de los ciudadanos en el gobierno estadounidense con el objetivo de debilitar al país.
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“Muchos creen que eso es lo que está sucediendo ahora: que los rusos creen que Joseph R. Biden Jr., el candidato presidencial demócrata, ganará, y que en un esfuerzo por disminuir la influencia de Biden si asume el cargo, están amplificando la de Trump. acusaciones de que la elección será fraudulenta”, escribió David E Sanger, corresponsal de seguridad nacional de The New York Times.
La mayor preocupación en este momento, como apuntan las investigaciones de redes sociales, es que hay personajes que están buscando capitalizar la incertidumbre que creó la pandemia para confundir e indignar a la ciudadanía sobre cómo votar, por ejemplo. Esto, junto al deterioro de la confianza en los resultados de las elecciones forma un coctel molotov peligroso que podría traducirse como una reacción violenta en las calles.
“Hay muchas cosas que no sabemos públicamente sobre las actividades de Rusia, pero lo que sí sabemos, y podemos ver en línea, muestra que Moscú se está aprovechando de un año electoral amargo y divisivo”, concluye Kirby.
¿Cómo detectar los bots rusos? Estos son algunas recomendaciones:
Identifique la hiperactividad en las cuentas: los bots están programados para enviar contenido con cierto nivel de periodicidad. Si una cuenta produce cientos de tuits por días todos los días, ese es un comportamiento anormal y podría tratarse de un bot.
Identifique la fecha de creación de la cuenta y su avatar: las cuentas de Twitter muestran el mes y el año en el que un usuario se unió a la red, además de su foto de perfil. Puede tomar el número de tuits de una cuenta y dividirlo por el número de días que lleva la cuenta activa para encontrar el promedio de tuits que este perfil tiene. Si el número que encontró es superior a 50, puede sospechar que esta es una cuenta falsa.
Por otro lado, puede ver si la imagen de perfil de esta cuenta ha sido robada al darle clic derecho en esta y luego darle en la opción “copiar dirección de imagen”. Después de esto diríjase a la búsqueda por imagen de Google y pegue la dirección. Si los resultados aparecen muchas veces en perfiles diferentes usted ha encontrado una cuenta falsa.
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