Lo que reveló la declaración de impuestos de Trump: así pagó $0 en 2020
Donald Trump utilizó un hábil trabajo de contabilidad para convertir las pérdidas de algunos de sus negocios en un “cupón de evasión de impuestos”.
Luego de una intensa pelea en los tribunales, los registros tributarios del expresidente Donald Trump han salido finalmente a la luz. Desde que lanzó su campaña a la presidencia en 2016, el magnate neoyorquino había insistido en que no podía mostrarlos porque estaba bajo auditoria. Esto, en realidad, no era un impedimento, sino una excusa. Trump rompió con una larga tradición de candidatos presidenciales y presidentes que revelaban al público sus declaraciones de impuestos. ¿A qué se debía la negativa?
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Luego de una intensa pelea en los tribunales, los registros tributarios del expresidente Donald Trump han salido finalmente a la luz. Desde que lanzó su campaña a la presidencia en 2016, el magnate neoyorquino había insistido en que no podía mostrarlos porque estaba bajo auditoria. Esto, en realidad, no era un impedimento, sino una excusa. Trump rompió con una larga tradición de candidatos presidenciales y presidentes que revelaban al público sus declaraciones de impuestos. ¿A qué se debía la negativa?
Chriz Cillizza, editor general de CNN, había planteado cinco hipótesis sobre por qué Trump se resistió a que sus registros fiscales fueran publicados. Probablemente, se revelaría que:
- Trump no era tan rico como decía ser.
- No paga una parte justa de impuestos, aunque insistiera en que pagaba “mucho”.
- Pidió un reembolso de US$73 millones en impuestos al Servicio de Impuestos Internos (IRS), por los impuestos que pagó de 2005 a 2008, más intereses.
- Habría pedido dinero prestado en el extranjero a países o individuos.
- No dona mucho a la caridad.
El Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara votó el martes a favor de publicar la información fiscal de los últimos seis años del expresidente, luego de que la Corte Suprema despejó el camino en noviembre para que los documentos fueron entregados a dicha comisión. Por ahora, las revelaciones han sido las siguientes y cabe destacar que no están muy lejos de lo que Cillizza había planteado:
Los documentos ofrecen una mirada profunda a la narrativa distorsionada que ha construido Trump sobre su emporio. En 2018, el expresidente dijo que había ganado al menos US$434,9 millones durante ese año. Pero los ingresos so diferentes a las ganancias. Los registros de impuestos indican que el resultado final para Trump al cierre de 2018 fue de US$47,4 millones en pérdidas. Puede que haya ganado ese monto, pero perdió mucho más.
“Su condición financiera cuando anunció su candidatura a la presidencia en 2015 da cierta credibilidad a la idea de que su campaña improbable fue, al menos en parte, una táctica para reanimar la comerciabilidad de su nombre”, señala el equipo de The New York Times.
En su declaración de impuestos 2015, Trump y su esposa, Melania Trump, declararon ingresos negativos por US$31,7 millones con ingresos imponibles —la porción total del ingreso que puede ser gravada con impuestos— de US$0. Ese año pagaron US$641.931 en impuestos federales.
En 2016, año en el que ganó las elecciones a la presidencia, y 2017, Trump pagó solo US$750 en impuestos cada año. También registraron ingresos negativos de $31,2 millones en 2016 y de $12,8 en 2017.
En 2018, luego del primer año en la presidencia, se vio un incremento notable: Trump tuvo un ingreso total de US$24,4 millones y pagó US$999,466 de impuestos sobre la renta. El año siguiente declaró US$4,44 millones en ingresos totales y pagó US$133,445 en impuestos.
Para 2020, último año en la Casa Blanca, el expresidente pagó $0 de impuestos y reclamó un reembolso por impuestos pagados por un monto de $5,47 millones. Esto fue gracias a los códigos fiscales que se aprobaron durante su propio gobierno, el mayor cambio en tres décadas.
Sobre otro reembolso de impuestos entregado por el Tesoro, el de US$72,9 millones, los documentos indican que Trump utilizó un hábil trabajo de contabilidad para convertir las pérdidas de algunos de sus negocios en un “cupón de evasión de impuestos”.
¿Cómo? A través de un proyecto de ley firmado por Barack Obama en 2009, como parte de los esfuerzos de recuperación de la Gran Recesión de ese año, los dueños de negocios, como Trump, podían solicitar reembolsos de impuestos pagados en los cuatro años anteriores. Trump aprovechó el momento para presentar una declaración de US$700 millones en pérdidas comerciales para recibir un reembolso total de sus impuestos declarados desde 2005. Esto muy beneficioso para Trump, pues en 2006 había tenido que pagar US$70,1 millones en impuestos por el éxito de “The Apprentice”.
“Sus informes al IRS retratan a un hombre de negocios que gana cientos de millones de dólares al año, pero acumula pérdidas crónicas que emplea agresivamente para evitar pagar impuestos”, señalaron Russ Buettner, Susanne Craig y Mike McIntire de The New York Times.
Sobre las conexiones financieras de Trump con el extranjero, los registros fiscales no ofrecieron una revelación explosiva, pero pusieron de nuevo en el mapa un evento clave para las investigaciones contra el expresidente: el concurso de Miss Universo 2013 en Moscú. Se ha especulado que este fue el punto de partida de la presunta relación turbia de Trump con los oligarcas rusos y su influencia en la campaña electoral de 2016.
Los documentos muestran que dicho certamen fue el más rentable durante el tiempo en el que Trump fue el copropietario y que esto no habría sido posible sin la ayuda de la familia Agalarov, de oligarcas rusos. Esta familia organizaría años después una reunión entre la campaña de Trump y un abogado conectado con el Kremlin que, en conjunto, buscaban ensuciar la campaña de la contrincante del republicano, Hillary Clinton.
Si bien Trump ha hecho varias donaciones, los registros de impuestos indican que estas se han entregado en forma de donaciones de tierras bajo la figura de servidumbre de conservación. Este es un acuerdo legal con el que se restringe el desarrollo del terreno para cumplir con los valores para la conservación que beneficiarán al público en zonas como hábitats naturales, espacios agrícolas, terrenos para actividades recreativas o estructuras históricamente importantes.
Para profundizar un poco en esta idea: las donaciones de Trump no salen de su billetera propiamente, sino de la entrega de terrenos sobre los que había agotado sus esfuerzos para desarrollar sus negocios. A través de estas donaciones, el propietario de las tierras obtiene enormes exenciones fiscales. Esta es la razón por la que el trabajo filantrópico de Trump ha estado bajo escrutinio: la fiscalía general de Nueva York investiga si estas contribuciones han sido exageradas para beneficiar al mismo Trump y sus empresas.
“En 2014, después de abandonar los planes para desarrollar una propiedad de 11,5 acres que se usaba como campo de prácticas en su club de golf de Los Ángeles, Trump recibió una deducción de impuestos de $25,1 millones por un acuerdo de servidumbre con una conservación de tierras”, señaló el reportaje de Buettner, Craig y McIntire de The New York Times.
Un análisis detallado de este equipo de periodistas estadounidenses también señaló que muchas de las promesas filantrópicas del magnate nunca se materializaron.
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