Ecuador investiga un presunto caso de feminicidio: el de la subteniente Aidita Ati, de 25 años, dentro de las instalaciones del Ejército, según informaron las autoridades y la defensa. La mujer fue hallada muerta el 29 de junio, en el Fuerte Militar Napo, una base en la Amazonia ecuatoriana, en su dormitorio. Aunque el Ministerio de Defensa detalló en un comunicado que colabora en la investigación para que la Fiscalía “esclarezca este suceso en el menor tiempo posible”, la abogada dice que las Fuerzas Militares “omiten información”.
“En la autopsia se determina que fue golpeada, maltratada e inclusive violada”, señaló al canal Teleamazonas Paola Montoya, a cargo de la defensa. También dijo que las autoridades tardaron en notificarle a la familia sobre el fallecimiento, sobre el cual aseguraron, en un principio, que fue ocasionado por asfixia al dormir. De hecho, en medios locales declaró que al padre de la subteniente le afirmaron que su hija “se había ahogado por el licor”. Sin embargo, las pruebas realizadas revelaron que la muerte se dio por estrangulamiento y que el cuerpo de la mujer presentaba golpes en varias partes, así como signos de violación.
Cuatro personas están siendo investigadas por la Fiscalía: los oficiales Xavier Pinoargote, Freddy Quintanilla, John Mena y Ángel Jiménez. Ellos, según la prensa ecuatoriana, serán sometidos este lunes a un examen psicológico, cuyos resultados se esperan en los próximos cinco días. Esto se suma a los análisis de las muestras biológicas de la subteniente, que fueron realizados el jueves pasado por Medicina Legal: un estudio toxicológico de sangre y orina y un isopatológico, para determinar alteraciones en su piel y tejido cervical.
El caso de Ati ha recordado el de la abogada María Belén Bernal, quien hace más de un año fue asesinada en la Escuela Superior de Policía, en Quito. Ambos hechos ocurrieron en dependencias de la fuerza pública ecuatoriana y bajo el control de oficiales de alto rango. En septiembre de 2022, Bernal fue asesinada por su esposo, el teniente Germán Cáceres, durante una visita. Su cuerpo estuvo desaparecido diez días y fue hallado en un cerro a pocos kilómetros de la institución. Cáceres se fugó a Colombia, donde fue capturado en diciembre de ese año. Fue condenado a 35 años de cárcel.
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