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El presidente Donald Trump está aislado en la Casa Blanca. No tiene Twitter, le suspendieron su cuenta por doce horas, y no tiene agenda prevista para este jueves. Sin embargo, crecen los llamados para que responda por los hechos de ayer. ¿Cómo? Plantean destitución o juicio político.
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, dice que destituir a Trump es “una urgencia de suma importancia” y pide activar la Enmienda 25; horas antes era su colega demócrata del Senado, Chuck Schumer, quien decía que Trump debería ser destituido de inmediato de su cargo después de incitar a la “insurrección” en el Capitolio.
“Este presidente no debería ocupar el cargo ni un día más”, dijo Schumer, amenazando con un juicio político si el gabinete de Trump no lo destituye. Prensa y otros congresistas se suman al pedido, a 13 días de que entregue el poder a Joe Biden.
Tras la jornada de confirmación de Joe Biden en el Congreso, que terminó en la madrugada, Trump distribuyó un comunicado a través de su asesor de Comunicaciones, Dan Scavino, en el que se comprometía a “una transición ordenada el 20 de enero”, cuando Biden llegará al poder, aunque volvió a mostrarse “totalmente en desacuerdo con el resultado de las elecciones”.
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“Siempre he dicho que continuaríamos nuestra lucha para asegurar que solo se contaban los votos legales. ¡Aunque esto representa el fin del mejor primer mandato en la historia presidencial, solo es el comienzo de nuestra lucha para Hacer a Estados Unidos Grande de Nuevo!”, añadió, citando su lema electoral.
“Esto representa el fin de uno de los mejores primeros mandatos presidenciales y es solo el inicio de nuestra lucha para devolver a Estados Unidos su grandeza”, agregó, dando a entender que podría pelear por un nuevo mandato en 2024.
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Sin embargo, con la toma del Capitolio ayer, incitada por su discurso irresponsable, esta posibilidad se aleja. Incluso el senador por Carolina del Sur, Lindsey Graham, uno de sus aliados más poderosos, declaró prácticamente acabada la era de Trump. “Es suficiente”, dijo, “se acabó”.
Y es que Trump no sólo incitó la violencia en sus seguidores, como han señalado republicanos demócratas y hasta la canciller alemana, Angela Merkel, quien aseguró que el presidente Trump tenía parte de responsabilidad en los disturbios.
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“Lamento profundamente que el presidente Trump no haya admitido su derrota, desde noviembre y de nuevo ayer”, dijo.
“Las dudas sobre el resultado de las elecciones se avivaron y crearon la atmósfera que hizo posible los eventos de anoche”, añadió, y aseguró que su conmoción fue compartida por los “millones de personas que admiran la tradición democrática de Estados Unidos”.
Y es que Trump solo reaccionó tres horas después de la toma del Capitolio con un mensaje en Twitter que insistía en el fraude electoral sin pruebas. Un hecho que sugiere que fueron Mike Pence, su vicepresidente, y el Consejero de Seguridad los que tomaron las decisiones importantes como enviar la Guardia Nacional, sin contar con el propio presidente.
Destituir a Trump: la Enmienda 25
De acuerdo con la prensa estadounidense, en el gabinete de Trump varios funcionarios han hablado de su destitución en virtud de la 25ª enmienda a la Constitución de Estados Unidos. Pero, ¿Qué es la Enmienda 25?
Es un aparte establecido en la Constitución que plantea en la sección 4 que el vicepresidente, con una mayoría del gabinete o con un órgano constituido específicamente por el Congreso, pueden sacar al presidente del Despacho Oval si determinan que “es incapaz de cumplir los poderes y deberes de su cargo”.
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Si esta iniciativa prosperaba, requeriría que fuera Mike Pence, un incondicional de Trump, quien encabezara un gabinete para destituirlo. Después enviarían la decisión por escrito a los líderes del Congreso y en ese momento el vicepresidente asumiría el poder. La decisión estaría en manos del Congreso que dejaría que Pence terminara el gobierno. Se requieren dos tercios tanto de la Cámara de Representantes como del Senado para aprobar algo así.
Según CBS, la conversación sobre la posibilidad de aplicar esa enmienda 25 ya empezó entre miembros del gabinete de Trump.
Invocar esta enmienda requeriría que el vicepresidente Mike Pence encabezara el gabinete en una votación para destituirlo.
Para que el presidente sea destituido, la votación sería entre los miembros del gabinete y tendría que ser aprobada por la mayoría, además de tener el voto a favor del Vicepresidente.
Según periódicos de EE. UU. esa enmienda, establecida en 1967 y que se ha usado en algunos casos voluntariamente (dimisión de Richard Nixon o por intervenciones médicas de Ronald Reagan y George Bush, por ejemplo), no se ha usado jamás en el país, pero algunos lo contemplan tras el caos desatado ayer en Washington. De hecho, analistas mencionan que ya se discutió en 2017
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Miguel Benito, analista e historiador, considera que a Trump no lo van a destituir. “En otras circunstancias y con menos presión de tiempos, podrían hacerlo, pero creo que lo que va a pasar es que el gabinete y los republicanos con peso, van a intentar aislar y contener a Trump hasta que Biden asuma”.
Mientras tanto CNN habla de las renuncias en el entorno presidencial. Stephanie Grisham, jefa de gabinete de la primera dama de Estados Unidos, Melania Trump, y una de las personas que más tiempo llevaba trabajando para la Administración Trump, habría renunciado después de la toma del Capitolio al igual que otros tres miembros del staff de Trump.