Lo que viene para la relación entre Colombia y Perú con Pedro Castillo
El nuevo presidente de Perú, Pedro Castillo, llega al cargo alejado “a priori” de algunas posturas económicas y políticas de Colombia. El cerco diplomático contra Venezuela y las alianzas comerciales serán algunos de los puntos calientes en la agenda bilateral.
El presidente electo de Perú, Pedro Castillo, asume este miércoles el mando de un país en crisis política, social y sanitaria. Sin embargo, uno de sus principales retos será definir el rostro que adoptará para abordar la agenda internacional, incluida su relación con Colombia. Por ahora Castillo niega que en su gobierno vaya a copiar modelos extranjeros, insistiendo en que no es chavista ni comunista, dos banderas que le han sido puestas por empresarios y movimientos de oposición y que muchos temen que implante durante su gobierno. Lo cierto es que su postura ideológica es lejana a la de Iván Duque y que durante el camino seguramente habrá más de un momento de fricción entre ambas naciones.
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El presidente electo de Perú, Pedro Castillo, asume este miércoles el mando de un país en crisis política, social y sanitaria. Sin embargo, uno de sus principales retos será definir el rostro que adoptará para abordar la agenda internacional, incluida su relación con Colombia. Por ahora Castillo niega que en su gobierno vaya a copiar modelos extranjeros, insistiendo en que no es chavista ni comunista, dos banderas que le han sido puestas por empresarios y movimientos de oposición y que muchos temen que implante durante su gobierno. Lo cierto es que su postura ideológica es lejana a la de Iván Duque y que durante el camino seguramente habrá más de un momento de fricción entre ambas naciones.
Dos buenos síntomas marcan un ambiente de cordialidad en Colombia y Perú. El primero es la asistencia de Iván Duque a la ceremonia de investidura de Castillo. El mandatario colombiano, además de reunirse con su homólogo peruano, también lo hará con el rey Felipe VI de España y con Alberto Fernández, presidente de Argentina. El segundo síntoma es que durante los últimos días Castillo ha moderado su lenguaje frente a los temores de algunos sectores frente a una radicalización hacia la izquierda. De hecho, tras recibir su credencial para asumir el cargo por parte del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), afirmó: “Desde este espacio abrimos las puertas también a los que no piensan como nosotros”.
Colombia y Perú han tenido una relación estable desde el fin de la guerra, a principios de los años 30. No solo han estado alineados en diferentes decisiones y posturas internacionales, como en las relaciones con Europa, en temas de cambio climático y de seguridad y lucha contra el narcotráfico, sino que han mantenido un vínculo fuerte en el ámbito económico. De hecho, Perú se mantiene como un socio importante de Colombia en lo que todavía queda de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), según le afirmó a El Espectador Eduardo Pastrana, profesor titular del Departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana. “Aquí hay una articulación muy importante porque el intercambio comercial, que incluye las inversiones, pero también la cooperación en muchos otros sectores”, señaló el profesor.
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Ahora bien, falta ver si las cosas se mantienen igual a medida que los meses de mandato vayan transcurriendo. Para Pastrana, hay varios puntos que pueden distanciar la relación. Uno de ellos es que los patrones de conducta de la estrategia de relacionamiento de Colombia con sus vecinos muestran que solo lo hace con quienes comparten su postura ideológica. El otro es que la llegada de Castillo puede terminar de quebrar la estrategia regional contra Nicolás Maduro, liderada por Colombia y Chile. El tema no es de poca monta, teniendo en cuenta que hasta el momento Perú había sido uno de los protagonistas del cerco diplomático instaurado contra Venezuela fungiendo como sede del Grupo de Lima.
“Colombia va a quedar más sola que nunca porque ya no está el apoyo de los republicanos mientras estuvo Donald Trump. La política exterior del presidente Biden es distinta. Es un escenario muy complejo para Colombia y augura el fracaso y la caída final de la presión contra Maduro y contra Venezuela. Si bien la relación que diplomáticamente no existe, estamos perdiendo aliados, por lo que Colombia va a quedar en el laberinto de su soledad”, señaló Pastrana.
Por su parte, el analista internacional Fran Pérez le dijo al medio digital El Estado: “Queda la curiosidad de qué pasará con Perú, lo más coherente es que se saliera del Grupo de Lima, y así quedaría este grupo herido de muerte. Venezuela puede esperar del gobierno de Pedro Castillo, primero, respeto a la soberanía de Venezuela tantas veces atacada, que mantenga relaciones de cooperación democráticas y que no considere a Maduro como un dictador”.
Y es que la pandemia y los estallidos sociales en Chile y Colombia han cambiado por completo las prioridades de agenda en cada país, dejando a Venezuela como un objetivo de segundo plano. El analista ecuatoriano y consultor político Oswaldo Moreno comentó a El Universo: “Es difícil que los países hablen de derechos humanos cuando en Colombia hay desaparecidos por las protestas o en Chile hay más de 200 personas que perdieron un ojo en las manifestaciones, Venezuela termina siendo una herramienta para desviar los problemas internos”.
La izquierda que presenta el nuevo presidente de Perú es atípica para el experto, pues no coincide con los movimientos, grupos o partidos de izquierda que han llegado al poder en América Latina a comienzos de siglo. Castillo tiene una agenda muy retardataria desde el punto de las nuevas demandas que existen en las sociedades actuales. Por ejemplo, es muy reacio al tema del matrimonio igualitario, de la eutanasia, del aborto. Incluso, parece alejarse de los postulados de los gobiernos de fundaron la Unasur.
Ahora bien, una de las intenciones claras de Castillo es alejarse de Estados Unidos. Castillo ha sido claro en que va a plantear una agenda más distante a Estados Unidos, menos proclive a la búsqueda de restablecer y replegarse a la política exterior estadounidense de Donald Trump liderada por Sebastián Piñera, Iván Duque y Jair Bolsonaro, para hacerle contrabalanceo en la presencia de China y de Rusia en la región.
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En la Alianza del Pacífico, completada por Colombia, Chile y México, Perú es el más activo en este momento, por lo que ha insistido durante el último tiempo en ampliar las alianzas con países del Asia Pacífica como Japón, Corea del Norte, Singapur, Nueva Zelanda y China, con quien mantienen un Tratado de Libre Comercio fuerte y dinámico. Sin embargo, ahora todo puede cambiar. “Lo que presumo es que la Alianza del Pacífico se va a ver afectada. Se puede dar un distanciamiento si no hay cambios en Chile durante su constituyente y en vista de que México está ensimismado con el tema de Estados Unidos, por lo que la Alianza está estancada”, señala Pastrana.
Y asegura que pese a los esfuerzos de Perú por promover la alianza comercial, Colombia ha frenado las negociaciones en proyección con los intereses estadounidenses, deteriorando irremediablemente el vínculo entre ambos países. “Eso con Castillo se puede acentuar y para mí puede conducir definitivamente a un estancamiento total o a una especie de estatus zombie de la Alianza del Pacífico, con lo cual también fracasaría Colombia con uno de los intentos que hubo para crear un contrapeso a Mercosur, que se crea para establecer una de balanceo al Brasil de Lula cuando quiso exponerse”.