Los grupos extremistas que se tomarán las calles en defensa de Trump, ¿qué puede ocurrir?
Los grupos radicales simpatizantes de Trump se convirtieron en un problema para el país. Hoy amenazan con boicotear la votación en el Congreso que validará la victoria de Joe Biden.
Desde hace meses se viene advirtiendo en Estados Unidos que la influencia de Donald Trump en la política nacional es mucho más profunda de lo que se pensaba. Lo que antes era un simple alineamiento con el Partido Republicano ahora se confunde con el trumpismo, un verdadero movimiento con sus propias lógicas, reglas e ideologías. Es por eso que los analistas ya decían desde antes de las elecciones del pasado 6 de noviembre, que el actual mandatario tendría peso en la agenda nacional durante mucho años más por más de que perdiera contra Joe Biden, como efectivamente ocurrió.
El resultado de todo lo anterior no solo se ve reflejado en un resquebrajamiento de la democracia estadounidense difícil de percibir, sino en un situaciones y eventos que antes no se veían. Para hoy, por ejemplo, media docena de grupos fieles a Trump han convocado en Washington una manifestación que el presidente saliente de Estados Unidos ha descrito como “salvaje” y que coincidirá con la reunión del Congreso para la cuenta formal y final de los votos del Colegio Electoral, calificados por el trumpismo como un verdadero fraude basado en teorías que rayan con el conspiracionismo.
“Gran protesta en DC el 6 de enero. ¡Estén presentes, será salvaje!”, escribió el fin de semana. Diferentes facciones que son fieles a Trump se presentan como organizadoras de la marcha en la capital y una de ellas, March for Trump, ha convocado a sus seguidores indicando que le toca a la ciudadanía estadounidense impedir el fraude electoral. Un hecho no por menos inquietante, debido a que históricamente, pasara lo que pasara, se había respetado en esta última instancia la decisión de un proceso electoral confiando en la constitución nacional.
El miedo de muchos es que las simpatizantes de Trump no solo creen en teorías conspirativas, sino que apoyan el porte de armas y han dejado ver en diferentes momentos que confían en la justicia por mano propia. “Junto con el presidente Trump haremos cualquier cosa que sea necesaria para garantizar la integridad de esta elección por el bien de la nación”, afirma el grupo organizador del evento en su página web.
Ver más: Del KKK a los Proud Boys: así evolucionó la amenaza supremacista en Estados Unidos
Ante la posibilidad de ver a 15.000 personas armadas por las calles de la ciudad, la alcaldesa capitalina, Muriel Bowser, dijo en una conferencia de prensa que pondera la posibilidad de decretar un toque de queda, y el jefe de la Policía Metropolitana, Robert Contee, aseguró que se ha recibido información acerca de individuos que tratarán de ingresar al Distrito de Columbia con armas. Incluso, se sabe que 340 miembros de la guardia nacional ya fueron activados para contener posibles disturbios.
Por su parte, Million MAGA March, ha invitado a sus simpatizantes a tomar posición en el mayor acto político de Trump en la historia de Estados Unidos, con un mensaje en Twitter acompañado de símbolos con la bandera del país, signos de admiración y una explosión. También han prometido su participación milicias como Three Percenters, Proud Boys y Oath Keepers que ya están movilizando caravanas con estancias en varias ciudades de todo el país en su marcha hacia Washington DC, donde tendrán prohibido portar armas de fuego, cono han hecho en otras demostraciones.
Enrique Tarrio, líder de Proud Boys, anunció en una declaración en la plataforma de redes sociales Parler que los miembros de su grupo asistirán a las manifestaciones el miércoles con una diferencia. “Los Proud Boys saldrán a la calle en número sin precedentes, pero esta vez con una diferencia -explicó-. No usaremos nuestro uniforme tradicional negro y amarillo. Estaremos de incógnito y estaremos dispersos por todo el centro de Washington DC en pelotones más pequeños”, dijo.
Pero no le duraron mucho las amenazas. Tarrio, de origen cubano, fue detenido cuando llegó a la capital estadounidense desde Miami, donde vive, por cargos relacionados con la quema de una banderola con el lema “Black Lives Matter” (“Las vidas negras importan”) que retiró el mes pasado de una iglesia histórica negra en la ciudad. El líder del grupo ultraderechista enfrenta un cargo de destrucción de propiedad, un delito menor, además de otros dos cargos por posesión de cargadores de armas de fuego con capacidad extra para balas, según fuentes policiales citadas por el diario The Washington Post.
La Policía local no descartó que las autoridades federales puedan presentar cargos contra Tarrio por crímenes de odio, algo que podría acarrear penas mayores. Tarrio negó en diciembre que sus acciones estuvieran guiadas por una motivación racista contra los negros, y afirmó que su problema con el movimiento “Black Lives Matter” era que, a su juicio, habían “aterrorizado” al país durante las protestas del año pasado contra la brutalidad policial.
Los Proud Boys, uno de los grupos que más fuerza han adquirido durante la administración Trump, tienen lazos con grupos supremacistas blancos, pero Tarrio ha intentado generalmente esquivar esa etiqueta, que otros miembros de su organización sí abrazan más libremente.
Para Trump, los grupos radicales de derecha no son una amenaza para la seguridad del país como lo son, para él, los movimientos de izquierda como Antifa (abreviatura de antifascista). Pero se equivoca. El mismo Buró Federal de Investigaciones (FBI) lo contradice. El director de esta entidad, Christopher Wray, declaró el año pasado ante un comité de la Cámara que “el extremismo violento por motivos raciales” constituye la “mayor amenaza de terrorismo nacional”.
Hoy la violencia causada por los extremistas blancos representa más peligro para las fuerzas estadounidenses que la de los extremistas religiosos, como los yihadistas del Estado Islámico (EI), según el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS). Una encuesta realizada en agosto por el Military Times, en asocio con el Instituto para Veteranos y Familias Militares, encontró que las tropas consideran que el supremacismo es una amenaza tan grande como la de Al Qaeda y el EI, e incluso más preocupante que el peligro que representa Corea del Norte o Irak.
Las estadísticas también nos muestran que la teoría de Trump está mal. Según los datos del Global Terrorism Database, el 35 % de los actos de terrorismo nacional ocurridos entre 2010 y 2017 estuvieron relacionados con la derecha, mientras que el 13 % estuvieron ligados a la izquierda. Además, los ataques de extremistas de derecha no solo ocurren con más frecuencia, sino que tienen más probabilidades de dejar víctimas mortales.
El grupo TheDonaldWin, en su portal de internet, ha invitado a los participantes a que “traigan sus armas” y, en la preparación para la jornada, las autoridades han colocado carteles en las áreas donde se realizará la manifestación recordando la prohibición de armas de fuego en la capital de Estados Unidos.
“A los miembros del público y a cualquier persona que participe en las demostraciones se les recuerda que la ley del Distrito prohíbe el porte de un arma de fuego a menos de 300 metros de cualquier actividad política”, señaló la alcaldesa Muriel Bowser en una declaración. Bowser añadió que “bajo la ley federal es ilegal la posesión de armas de fuego en los predios del Capitolio y en áreas del Servicio Nacional de Parques, tales como la Freedom Plaza, la Elipse y el Mall Nacional”.
Miles de simpatizantes de Trump desfilaron en Washington DC a mediados de diciembre, muchos de ellos con vestimenta de combate, y al anochecer al menos cuatro personas fueron apuñaladas cerca de un bar que se ha convertido en sitio de reunión del grupo Proud Boys. “Es un momento de mucho miedo”, dijo en declaraciones a la televisión local Susnara Taylor, portavoz del grupo refusefascism.org. “Es de miedo tanto por la seguridad inmediata de la gente en las calles como, aún más, para el futuro”.
“Nos preocupan mucho los manifestantes violentos que vienen a la ciudad”, agregó. “La última vez que estuvieron aquí atacaron a peatones inocentes. Éste es el terrorismo de supremacía blanca y sabiéndolo, Donald Trump repetidas veces los ha elogiado y a convocado a esta gente para que inunden las calles”.
Desde hace meses se viene advirtiendo en Estados Unidos que la influencia de Donald Trump en la política nacional es mucho más profunda de lo que se pensaba. Lo que antes era un simple alineamiento con el Partido Republicano ahora se confunde con el trumpismo, un verdadero movimiento con sus propias lógicas, reglas e ideologías. Es por eso que los analistas ya decían desde antes de las elecciones del pasado 6 de noviembre, que el actual mandatario tendría peso en la agenda nacional durante mucho años más por más de que perdiera contra Joe Biden, como efectivamente ocurrió.
El resultado de todo lo anterior no solo se ve reflejado en un resquebrajamiento de la democracia estadounidense difícil de percibir, sino en un situaciones y eventos que antes no se veían. Para hoy, por ejemplo, media docena de grupos fieles a Trump han convocado en Washington una manifestación que el presidente saliente de Estados Unidos ha descrito como “salvaje” y que coincidirá con la reunión del Congreso para la cuenta formal y final de los votos del Colegio Electoral, calificados por el trumpismo como un verdadero fraude basado en teorías que rayan con el conspiracionismo.
“Gran protesta en DC el 6 de enero. ¡Estén presentes, será salvaje!”, escribió el fin de semana. Diferentes facciones que son fieles a Trump se presentan como organizadoras de la marcha en la capital y una de ellas, March for Trump, ha convocado a sus seguidores indicando que le toca a la ciudadanía estadounidense impedir el fraude electoral. Un hecho no por menos inquietante, debido a que históricamente, pasara lo que pasara, se había respetado en esta última instancia la decisión de un proceso electoral confiando en la constitución nacional.
El miedo de muchos es que las simpatizantes de Trump no solo creen en teorías conspirativas, sino que apoyan el porte de armas y han dejado ver en diferentes momentos que confían en la justicia por mano propia. “Junto con el presidente Trump haremos cualquier cosa que sea necesaria para garantizar la integridad de esta elección por el bien de la nación”, afirma el grupo organizador del evento en su página web.
Ver más: Del KKK a los Proud Boys: así evolucionó la amenaza supremacista en Estados Unidos
Ante la posibilidad de ver a 15.000 personas armadas por las calles de la ciudad, la alcaldesa capitalina, Muriel Bowser, dijo en una conferencia de prensa que pondera la posibilidad de decretar un toque de queda, y el jefe de la Policía Metropolitana, Robert Contee, aseguró que se ha recibido información acerca de individuos que tratarán de ingresar al Distrito de Columbia con armas. Incluso, se sabe que 340 miembros de la guardia nacional ya fueron activados para contener posibles disturbios.
Por su parte, Million MAGA March, ha invitado a sus simpatizantes a tomar posición en el mayor acto político de Trump en la historia de Estados Unidos, con un mensaje en Twitter acompañado de símbolos con la bandera del país, signos de admiración y una explosión. También han prometido su participación milicias como Three Percenters, Proud Boys y Oath Keepers que ya están movilizando caravanas con estancias en varias ciudades de todo el país en su marcha hacia Washington DC, donde tendrán prohibido portar armas de fuego, cono han hecho en otras demostraciones.
Enrique Tarrio, líder de Proud Boys, anunció en una declaración en la plataforma de redes sociales Parler que los miembros de su grupo asistirán a las manifestaciones el miércoles con una diferencia. “Los Proud Boys saldrán a la calle en número sin precedentes, pero esta vez con una diferencia -explicó-. No usaremos nuestro uniforme tradicional negro y amarillo. Estaremos de incógnito y estaremos dispersos por todo el centro de Washington DC en pelotones más pequeños”, dijo.
Pero no le duraron mucho las amenazas. Tarrio, de origen cubano, fue detenido cuando llegó a la capital estadounidense desde Miami, donde vive, por cargos relacionados con la quema de una banderola con el lema “Black Lives Matter” (“Las vidas negras importan”) que retiró el mes pasado de una iglesia histórica negra en la ciudad. El líder del grupo ultraderechista enfrenta un cargo de destrucción de propiedad, un delito menor, además de otros dos cargos por posesión de cargadores de armas de fuego con capacidad extra para balas, según fuentes policiales citadas por el diario The Washington Post.
La Policía local no descartó que las autoridades federales puedan presentar cargos contra Tarrio por crímenes de odio, algo que podría acarrear penas mayores. Tarrio negó en diciembre que sus acciones estuvieran guiadas por una motivación racista contra los negros, y afirmó que su problema con el movimiento “Black Lives Matter” era que, a su juicio, habían “aterrorizado” al país durante las protestas del año pasado contra la brutalidad policial.
Los Proud Boys, uno de los grupos que más fuerza han adquirido durante la administración Trump, tienen lazos con grupos supremacistas blancos, pero Tarrio ha intentado generalmente esquivar esa etiqueta, que otros miembros de su organización sí abrazan más libremente.
Para Trump, los grupos radicales de derecha no son una amenaza para la seguridad del país como lo son, para él, los movimientos de izquierda como Antifa (abreviatura de antifascista). Pero se equivoca. El mismo Buró Federal de Investigaciones (FBI) lo contradice. El director de esta entidad, Christopher Wray, declaró el año pasado ante un comité de la Cámara que “el extremismo violento por motivos raciales” constituye la “mayor amenaza de terrorismo nacional”.
Hoy la violencia causada por los extremistas blancos representa más peligro para las fuerzas estadounidenses que la de los extremistas religiosos, como los yihadistas del Estado Islámico (EI), según el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS). Una encuesta realizada en agosto por el Military Times, en asocio con el Instituto para Veteranos y Familias Militares, encontró que las tropas consideran que el supremacismo es una amenaza tan grande como la de Al Qaeda y el EI, e incluso más preocupante que el peligro que representa Corea del Norte o Irak.
Las estadísticas también nos muestran que la teoría de Trump está mal. Según los datos del Global Terrorism Database, el 35 % de los actos de terrorismo nacional ocurridos entre 2010 y 2017 estuvieron relacionados con la derecha, mientras que el 13 % estuvieron ligados a la izquierda. Además, los ataques de extremistas de derecha no solo ocurren con más frecuencia, sino que tienen más probabilidades de dejar víctimas mortales.
El grupo TheDonaldWin, en su portal de internet, ha invitado a los participantes a que “traigan sus armas” y, en la preparación para la jornada, las autoridades han colocado carteles en las áreas donde se realizará la manifestación recordando la prohibición de armas de fuego en la capital de Estados Unidos.
“A los miembros del público y a cualquier persona que participe en las demostraciones se les recuerda que la ley del Distrito prohíbe el porte de un arma de fuego a menos de 300 metros de cualquier actividad política”, señaló la alcaldesa Muriel Bowser en una declaración. Bowser añadió que “bajo la ley federal es ilegal la posesión de armas de fuego en los predios del Capitolio y en áreas del Servicio Nacional de Parques, tales como la Freedom Plaza, la Elipse y el Mall Nacional”.
Miles de simpatizantes de Trump desfilaron en Washington DC a mediados de diciembre, muchos de ellos con vestimenta de combate, y al anochecer al menos cuatro personas fueron apuñaladas cerca de un bar que se ha convertido en sitio de reunión del grupo Proud Boys. “Es un momento de mucho miedo”, dijo en declaraciones a la televisión local Susnara Taylor, portavoz del grupo refusefascism.org. “Es de miedo tanto por la seguridad inmediata de la gente en las calles como, aún más, para el futuro”.
“Nos preocupan mucho los manifestantes violentos que vienen a la ciudad”, agregó. “La última vez que estuvieron aquí atacaron a peatones inocentes. Éste es el terrorismo de supremacía blanca y sabiéndolo, Donald Trump repetidas veces los ha elogiado y a convocado a esta gente para que inunden las calles”.