Zanahoria y garrote: los incentivos en el alivio de sanciones de EE. UU. a Venezuela
Estados Unidos necesita contener la migración y asegurar la provisión de crudo en el hemisferio. Maduro, de otro lado, estaría buscando legitimarse en unas elecciones que le permitan regresar fortalecido a los mercados internacionales. Hablan los expertos.
María Alejandra Medina
El miércoles, Estados Unidos anunció un levantamiento parcial y limitado en el tiempo de algunas sanciones petroleras, gasíferas y auríferas contra Venezuela. Esa fue la respuesta a lo sucedido el día anterior, cuando los delegados del gobierno venezolano y de la plataforma unitaria de la oposición llegaron en Barbados a un acuerdo sobre derechos políticos y garantías electorales de cara a los comicios que se prevén para el próximo año. Dicho proceso prácticamente se inicia este domingo con las primarias en las que la oposición escogerá a su candidato o candidata para 2024.
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El miércoles, Estados Unidos anunció un levantamiento parcial y limitado en el tiempo de algunas sanciones petroleras, gasíferas y auríferas contra Venezuela. Esa fue la respuesta a lo sucedido el día anterior, cuando los delegados del gobierno venezolano y de la plataforma unitaria de la oposición llegaron en Barbados a un acuerdo sobre derechos políticos y garantías electorales de cara a los comicios que se prevén para el próximo año. Dicho proceso prácticamente se inicia este domingo con las primarias en las que la oposición escogerá a su candidato o candidata para 2024.
Entre las licencias emitidas por Washington está una autorización por seis meses para las “transacciones relacionadas con el sector de petróleo y gas en Venezuela”. A renglón seguido aclara que dicha licencia “se renovará solo si Venezuela cumple con sus compromisos bajo la hoja de ruta electoral, así como otros compromisos con respecto a aquellos que son detenidos injustamente”.
También se autorizan las transacciones con la estatal minera de oro de Venezuela (Minerven), con el objetivo “de reducir el comercio de oro en el mercado negro”.
Asimismo, se eliminó la prohibición de negociación secundaria de “ciertos bonos soberanos venezolanos”, así como de la deuda y el capital de PDVSA. “La prohibición de negociar en el mercado primario de bonos venezolanos sigue vigente”, aclaró el Tesoro. Las demás sanciones y restricciones sobre Venezuela siguen en pie, según el Departamento de Estado.
El Tesoro, por su parte, advirtió en su comunicado que la suavización de sanciones podrá revertirse en cualquier momento si Maduro y sus representantes no dan las muestras esperadas.
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¿Qué le pide Estados Unidos a Venezuela?
El gobierno de Joe Biden quiere que Venezuela, antes de que termine el próximo mes de noviembre, defina “un cronograma y un proceso específicos para la reinstalación acelerada de todos los candidatos”. La advertencia no es menor sabiendo que la candidata favorita para las primarias, María Corina Machado, fue inhabilitada durante 15 años por el régimen venezolano, a través de la Contraloría General.
“Todos los que quieran postularse para presidente deben tener la oportunidad y tener derecho a igualdad de condiciones electorales, a libertad de movimiento y a garantías para su seguridad física”, agregó el Departamento de Estado.
Asimismo, Estados Unidos demanda “comenzar la liberación de todos los ciudadanos estadounidenses y presos políticos venezolanos detenidos injustamente”.
El llamado no tardó en ser escuchado: cinco presos, entre los que están el exdiputado venezolano Juan Requesens y el periodista Roland Carreño, fueron liberados el miércoles en la noche.
Para Juan González, asesor de Joe Biden para temas de América Latina, esta liberación “demuestra que el paso que se dio ha tenido éxito”, pero advirtió que si las solicitudes que hizo Estados Unidos no se cumplen antes de que termine el mes entrante se “desmantelará el alivio que hemos ofrecido”, dijo este jueves el funcionario.
¿Qué esperar entonces? Para Eglée González Lobato, analista política y electoral venezolana, “nadie es ingenuo” en este momento. Se refiere a los múltiples intentos de diálogo y negociación que han fracasado y han sido burlados por el gobierno de Nicolás Maduro.
Por lo mismo, destaca que en la situación actual no hay un “cheque en blanco”, no solo porque Estados Unidos “tiene clara la estrategia” de aflojar sanciones al tiempo que exige avances democráticos, con plazos determinados, sino que para Maduro el levantamiento no es suficiente, sino que tiene que tomar acciones para sacar a flote las industrias nacionales, con los impactos que eso puede tener en la vida cotidiana de los venezolanos.
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¿Cuáles son los incentivos para Estados Unidos?
Para Txomin Las Heras Leizaola, investigador adscrito del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario y presidente de Diálogo Ciudadano, las decisiones de Estados Unidos son el perfecto ejemplo de “la zanahoria y el garrote”: aliviar sanciones con condiciones y consecuencias en caso de incumplimiento.
Sin embargo, señala que hay más que una intención altruista por la restauración democrática en Venezuela. De por medio están temas clave como la migración y el mercado energético.
Antonio De Lisio, profesor titular de la Universidad Central de Venezuela, señala que “el tema migratorio es la clave”. Una muestra de ello ha sido el acuerdo alcanzado entre Caracas y Washington para que Venezuela acepte a migrantes irregulares deportados, cuyo primer vuelo se llevó a cabo el miércoles, a través de Conviasa, una aerolínea sancionada, destaca Las Heras.
Según las cifras de las autoridades estadounidenses, las detenciones de migrantes venezolanos cruzando de manera irregular la frontera sur de Estados Unidos ya superó los registros del año fiscal (octubre-septiembre) anterior: mientras en 2022 hubo casi 188.000, este año (cuando aún faltan las cifras de septiembre) el número se aproxima a 200.000.
Sin olvidar que por el Tapón del Darién, en donde se han roto todos los récords de cruces de migrantes que a través de esa selva buscan emprender el viaje hacia Norteamérica, el grupo más representativo es el de la población venezolana.
Si los venezolanos “ven una mejora en la perspectiva económica, la diáspora podría reducirse”, dice De Lisio.
Tampoco hay que olvidar que una de las mayores presiones que ha recibido el gobierno de Biden ha sido por cuenta del “descontrol en la frontera sur” que los republicanos le adjudican. Cambiar esa imagen de “mano blanda” sería clave de cara a las elecciones presidenciales de Estados Unidos el próximo año, y más inmediatamente en el proceso de elección del presidente de la Cámara de Representantes, que está en un callejón sin salida, y ante los riesgos de un cierre administrativo del gobierno por el bloqueo del debate del presupuesto en el Legislativo.
El oxígeno económico para Venezuela, en todo caso, se lograría en buena parte con el alivio de sanciones, aunque los problemas empezarían a resolverse “en el mediano plazo cuando mucho”, según De Lisio.
El otro asunto clave es el energético, en momentos en que el barril de petróleo vuelve a acercarse a los US$100. A las presiones que introdujo la guerra en Ucrania, que implicó el aislamiento internacional de la potencia petrolera que es Rusia, ahora se suma la inestabilidad en Medio Oriente, por el conflicto entre Israel y Hamás, y la probabilidad de que esto escale hasta convertirse en un conflicto regional.
Aunque, como dice Las Heras, hoy Venezuela no es un actor petrolero relevante en el mercado internacional, a Estados Unidos “le conviene poder contar en el futuro” con este país, que tiene las mayores reservas de petróleo del mundo, “como proveedor seguro para el hemisferio occidental”.
De Lisio, por su parte, advierte que aunque el alivio de sanciones es por seis meses, la recuperación de la industria petrolera es un reto “de mediano y largo plazo”. Recuerda la estimación que se hizo en 2018 sobre cuánto tardaría Venezuela en recuperar la producción que tenía en 2013, cuando todavía se sentían los efectos del “boom” de las materias primas: “Se hablaba de nueve años para recuperar una producción de 3,5 millones (de barriles diarios) que teníamos”.
Hoy, pasados cinco años, con una producción que ronda los 800.000 barriles diarios, “la situación de mantenimiento de la industria ha ido empeorando”, añade el académico.
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¿Qué incentivos tiene Venezuela?
Los analistas coinciden en que mejorar la situación económica de Venezuela es algo que Nicolás Maduro necesita antes de las elecciones presidenciales de 2024, dados sus bajos niveles de aprobación.
“Maduro está tan bajo que sin el dinero que venga del levantamiento de sanciones es imposible que se vea como un candidato competitivo”, señala González Lobato. Agrega que en este momento “no tiene cómo aplicar métodos clientelares”.
El meollo del asunto está en que, si Maduro no se ve como un candidato competitivo, es poco probable que el proceso electoral pueda continuar. “Él solo va si piensa que puede ganar”, añade la analista.
¿Y cuál es el incentivo de llevar a cabo un proceso electoral? Los analistas coinciden en que Maduro “necesita” salir legitimado de un proceso electoral, pues esto, entre otras cosas, lo habilitaría internacionalmente “para volver a los negocios y mercados globales”.
¿Estados Unidos está reconociendo a Maduro?
Esa es la gran pregunta que ha surgido con el alivio de sanciones.
“Lo que hay es un reconocimiento a un régimen autoritario que requiere de una mesa de negociaciones para lograr acuerdos en contraprestación de la eliminación de sanciones”, señala De Lisio.
Para González-Lobato, por otro lado, “si [Estados Unidos] no quiere reconocer a Maduro, al menos tiene que reconocer que la estrategia de máxima presión que hubo en el gobierno de Donald Trump fracasó y que el apoyo a la oposición en los términos de entonces fracasó”. Para la analista, esta es una especie de “alto al fuego” entre ambos gobiernos para comenzar un camino de negociación.
La primera prueba en este camino será sin duda la votación del domingo: si Machado sale elegida, la atención de Estados Unidos estará puesta en si el régimen venezolano le despeja el camino para que pueda competir en las elecciones. La duda sobre si los incentivos son suficientes para Nicolás Maduro sigue quedando en el aire.
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