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Durante un foro organizado en Washington D.C. por el Centro para Estudios Estratégicos Internacionales, Rahul Gupta, zar antidrogas en Estados Unidos, dijo que los niveles récord de cultivos ilícitos que actualmente tiene Colombia son una alerta importante para el hemisferio.
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Durante el encuentro, el funcionario advirtió que “los niveles récord de cultivos siguen siendo una amenaza, pero no solamente para Estados Unidos, sino también para otros países”. Además, aseguró que “es importante, por ejemplo, dar poder a la gente con programas como los de titulación de tierras y desarrollo alternativo” para que se alejen de ellos. La seguridad, según dijo, es indispensable para el desarrollo alternativo que se quiere impulsar en algunas regiones del país afectadas por los cultivos ilícitos.
Según el informe de la Organización de Naciones Unidas (ONU) de octubre de 2022, Colombia es el mayor productor de coca en el mundo, con un aumento del 43 % frente al año inmediatamente anterior, llegando a un área de 204.000 hectáreas sembradas. En medio de ello, aunque Gupta se refirió a las drogas sintéticas, entre ellas el fentanilo, que, combinada con otras sustancias, es responsable de más de 100.000 muertes por sobredosis al año en Estados Unidos, dijo que no solo se pueden concentrar en las de ese tipo: “Hay que mantener la presión sobre las producidas a base de plantas y la estrategia incluye interrumpir la producción y su movimiento a través de las fronteras, para así aliviar la presión contra nuestro sistema de salud”.
Gupta fue interrogado frente a las críticas posturas de Colombia y México frente al enfoque que ha manejado Estados Unidos con respecto a las drogas ilícitas. Aceptó que, a su juicio, algunas de ellas son razonables, pues le atribuyen el problema a la enorme demanda por estas sustancias en Estados Unidos. Sin embargo, y con relación a Colombia, afirmó que le han pedido al gobierno Petro ver “en lo amplio del espectro” la colaboración entre ambos países en materia de lucha contra las drogas, advirtiendo que la erradicación, la interdicción y el desarrollo económico juegan un papel importante y son herramientas en esta batalla contra las drogas. También señaló que si en Colombia los campesinos tienen tierras, legalmente tituladas, esto puede ayudar a transitar hacia un desarrollo de economías alternativas. “Queremos ver más que esto está pasando, porque entre más empoderemos a los colombianos para que tomen mejores decisiones, vamos a ver progreso”, remarcó.
La labor de Estados Unidos, según el funcionario, que tiene formación como médico, es demostrar los esfuerzos para reducir el consumo, teniendo en cuenta que dedica anualmente más de $US20.000 millones en prevención y tratamiento. Sin embargo, enfatizó en que el consumo de drogas sintéticas y no sintéticas es un problema que existe y que seguirá creciendo si no se toman medidas conjuntas para enfrentarlo.
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