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Un año ha transcurrido desde que Pedro Pablo Kuczynski renunciara a su cargo como presidente de Perú y hoy nadie duda que fue la decisión correcta. La salida del ingeniero de 80 años de la Casa de Pizarro hizo que en ese país, en donde la corrupción ha salpicado a los últimos cuatro mandatarios, se diera un relevo político, tan inesperado como acertado, con la llegada de Martín Vizcarra al sillón presidencial.
Vizcarra recibió la presidencia el mismo día en que cumplía sus 55 años. Desde entonces, el ingeniero limeño ha buscado desmarcarse de los vicios de sus antecesores y está cerca de cumplir un año en el poder, con una popularidad sin precedentes y una oposición debilitada.
A pesar de haber sido elegido por Kuczynski como su escudero, Vizcarra entendió que debía desmarcarse de quien fue su mentor político, que abandonó la presidencia tras verse salpicado en el escándalo de sobornos de la constructora brasileña Odebrecht. La lucha frontal contra la corrupción le perimitió sintonizar con una población indignada y cansada de que sus gobernantes se aprovechen de los dineros públicos para enriquecerse.
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"Su mayor fortaleza es su honestidad en medio de una crisis de corrupción en el país", admite a la AFP Carlos Meléndez, investigador en la Universidad Diego Portales en Chile.
La popularidad del presidente peruano se acerca al 56% de acuerdo con una reciente encuesta de la firma Ipsos, una cifra muy alta a comparación de sus tres antecesores: Pedro Pablo Kuczynski, Ollanta Humala y Alan García.
"Su objetivo parece ser gobernar así", en base a encuestas, estima Meléndez, para quien "Vizcarra practica el populismo de la anti-corrupción" porque le otorga réditos.
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El hecho de que el presidente del Perú haya llegado sin un fuerte capital político, algo que podría verse como una desventaja, ha sido para él una fortaleza. El presidente peruano ha logrado desprenderse de la influencia de PPK, de los vicios del fujimorismo, principal movimiento en el Congreso, y consolidar una agenda propia.
"Vizcarra ha ganado todas las batallas contra el Congreso y el sistema", dice a la AFP el analista político Juan de la Puente, para quien la popularidad del mandatario está amarrada a su lucha contra la corrupción.
Decisiones acertadas
Apenas cuatro meses después de haber llegado al poder, unas grabaciones provocaron la primera de las crisis en el mandato del presidente Vizcarra, y el sistema judicial de su país: un escándalo en el que se comprobó que varios jueces y magistrados recibieron sobornos para manipular fallos judiciales, y que cobró la cabeza de varios jueces de las altas esferas de la justicia e incluso de miembros del círculo más cercano del mandatario.Ante esta situación, Vizcarra instó al Congreso a sesionar de manera extraordinaria para desactivar el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM), encargado de nombrar y ratificar a los jueces en el país, y destituir a sus miembros. Asimismo, convocó a una comisión para plantear una reforma del sistema de justicia.
Con las sugerencias de este grupo de trabajo el mandatario acudió al Parlamento y anunció su intención de convocar a un referéndum para plantear cuatro proyectos de reforma política: La conformación de la Junta Nacional de Justicia (JNJ) en lugar del desactivado CNM; la prohibición del financiamiento privado a partidos políticos, la no reelección parlamentaria y el retorno a un sistema bicameral.
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El referéndum finalmente terminó fortaleciendo a Vizcarra, que alcanzó la cúspide de aceptación (66%, sondeo Ipsos) en diciembre, con la aprobación de tres de cada cuatro peruanos. Su propuesta de prohibir la reelección inmediata de congresistas disparó su popularidad.
Además, el presidente revirtió una de las decisiones más polémicas de su antecesor, PPK, que indultaba al expresidente Alberto Fujimori, de 90 años, condenado a 25 años por las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta.
Además, Vizcarra es el único de los últimos cinco presidentes que no se ha visto salpicado por Odebrecht.
El expresidente Alejandro Toledo (2001-2006), quien escapó a Estados Unidos en enero de 2017 cuando la justicia se aprestaba a imponerle prisión preventiva y ahora enfrenta un pedido de extradición de Perú, es el más comprometido.
Según la fiscalía recibió un soborno de 20 millones de dólares de Odebrecht a cambio de un contrato para construir una carretera entre Brasil y Perú.
Otros tres expresidentes están bajo investigación y con prohibición de salida del país: Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018), Ollanta Humala (2011-2016) y Alan García (2006-2011).