Más de 20 excancilleres latinoamericanos piden suspender a Rusia de la ONU
La carta, dirigida al secretario general de la ONU, pide que hasta que no cese la ofensiva en Ucrania, se suspenda a Rusia del organismo.
Hugo Santiago Caro
En una carta dirigida a Antonio Guterres, secretario general de la ONU, figuras claves de la diplomacia latinoamericana y de la defensa de los derechos humanos piden que la Federación Rusa sea excluida del organismo hasta que no cese su ofensiva en Ucrania.
Entre los excancilleres más destacados que firman la carta se encuentran Jorge Castañeda (México), Celso Lafer (Brasil), Noemí Sanín (Colombia), Eduardo Stein (Guatemala) y Didier Opertti (Uruguay).
La misiva cita los datos de la Comisión Internacional Independiente de Investigación sobre Ucrania, para la cual cerca del 84 % de las más de 10.000 muertes en territorio ucraniano desde la invasión son causadas por ataques con armas explosivas en zonas pobladas.
“El hecho de que hayan muerto civiles en prácticamente todas las provincias de Ucrania, como muestran los mapas de la OACDH, también demuestra que los ataques tienen poco que ver con la conducción de hostilidades militares. Más bien, son parte integral de una campaña para aterrorizar a toda la población de Ucrania”, afirma la carta.
Relatan diferentes ataques en ciudades como Hroza, Kramatorsk y Lviv, con destrucción de hospitales, bibliotecas y centros comerciales, todos sin objetivos militares cercanos. También hacen énfasis al ataque en el que murió la escritora Victoria Amelina, quien se encontraba con el escritor colombiano Héctor Abad Faciolince y el excomisionado de paz Sergio Jaramillo.
Para los firmantes, situaciones como las de Gaza y Sudán deben ser condenadas igualmente, pero hacen énfasis en que el de Rusia es un caso especial, pues se trata de un miembro del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas: “Como tal, todos los miembros de las Naciones Unidas le han confiado la ‘responsabilidad primordial de mantener la paz y la seguridad internacionales’, según la Carta de la ONU”.
Rusia habría violado, según la carta, todo lo establecido en el Estatuto de Roma, los Convenios de Ginebra y “los protocolos adicionales que durante tanto tiempo han brindado a los civiles la única protección en tiempos de guerra y son una de las grandes conquistas de la humanidad”.
El pedido en concreto a Guterres es que como ocurrió con Sudáfrica en 1974, se decida si se suspende o no a Rusia de Naciones Unidas hasta que cese con toda actividad militar que se adelante en Ucrania.
Entre los firmantes más importantes también se encuentran Oleksandra Matviichuk, presidenta del Centro para las Libertades Civiles de Ucrania y ganadora del Premio Nobel de la Paz; Diego García-Sayán, exministro de Relaciones Exteriores de Perú y expresidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos; Claudio Grossman, expresidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y ganador del Premio Nelson Mandela; José Miguel Vivanco, exdirector para las Américas de Human Rights Watch; y Antonia Urrejola, exministra de Relaciones Exteriores de Chile y expresidenta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
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Entre los excancilleres más destacados que firman la carta se encuentran Jorge Castañeda (México), Celso Lafer (Brasil), Noemí Sanín (Colombia), Eduardo Stein (Guatemala) y Didier Opertti (Uruguay).
La misiva cita los datos de la Comisión Internacional Independiente de Investigación sobre Ucrania, para la cual cerca del 84 % de las más de 10.000 muertes en territorio ucraniano desde la invasión son causadas por ataques con armas explosivas en zonas pobladas.
“El hecho de que hayan muerto civiles en prácticamente todas las provincias de Ucrania, como muestran los mapas de la OACDH, también demuestra que los ataques tienen poco que ver con la conducción de hostilidades militares. Más bien, son parte integral de una campaña para aterrorizar a toda la población de Ucrania”, afirma la carta.
Relatan diferentes ataques en ciudades como Hroza, Kramatorsk y Lviv, con destrucción de hospitales, bibliotecas y centros comerciales, todos sin objetivos militares cercanos. También hacen énfasis al ataque en el que murió la escritora Victoria Amelina, quien se encontraba con el escritor colombiano Héctor Abad Faciolince y el excomisionado de paz Sergio Jaramillo.
Para los firmantes, situaciones como las de Gaza y Sudán deben ser condenadas igualmente, pero hacen énfasis en que el de Rusia es un caso especial, pues se trata de un miembro del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas: “Como tal, todos los miembros de las Naciones Unidas le han confiado la ‘responsabilidad primordial de mantener la paz y la seguridad internacionales’, según la Carta de la ONU”.
Rusia habría violado, según la carta, todo lo establecido en el Estatuto de Roma, los Convenios de Ginebra y “los protocolos adicionales que durante tanto tiempo han brindado a los civiles la única protección en tiempos de guerra y son una de las grandes conquistas de la humanidad”.
El pedido en concreto a Guterres es que como ocurrió con Sudáfrica en 1974, se decida si se suspende o no a Rusia de Naciones Unidas hasta que cese con toda actividad militar que se adelante en Ucrania.
Entre los firmantes más importantes también se encuentran Oleksandra Matviichuk, presidenta del Centro para las Libertades Civiles de Ucrania y ganadora del Premio Nobel de la Paz; Diego García-Sayán, exministro de Relaciones Exteriores de Perú y expresidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos; Claudio Grossman, expresidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y ganador del Premio Nelson Mandela; José Miguel Vivanco, exdirector para las Américas de Human Rights Watch; y Antonia Urrejola, exministra de Relaciones Exteriores de Chile y expresidenta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
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