Michael Cohen, la ficha clave en la imputación contra Donald Trump
El paso de Cohen, uno de los antiguos abogados de Trump, por el estrado judicial de Manhattan fue determinante para que se tomara la decisión de imputar al expresidente. Cohen, que aseguró en una ocasión ser capaz de recibir un disparo por Trump, pasó de ser aliado acérrimo del republicano a convertirse en la ficha que le faltaba al rompecabezas del caso Stormy Daniels para acusar al exmandatario.
Tomás Tarazona Ramírez
El círculo social de Donald Trump ha sido analizado en más de una ocasión durante los últimos años. Desde antes de que aspirara a ocupar la Casa Blanca, el republicano se rodeó con periodistas, políticos, magnates y empresarios para poder forjar su trayectoria política y edificar su riqueza. Sin embargo, la historia de Michael Cohen, su antiguo abogado, pasó de ser una relación de amistad incondicional a convertirse en un vínculo agridulce para el presente del exmandatario.
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El círculo social de Donald Trump ha sido analizado en más de una ocasión durante los últimos años. Desde antes de que aspirara a ocupar la Casa Blanca, el republicano se rodeó con periodistas, políticos, magnates y empresarios para poder forjar su trayectoria política y edificar su riqueza. Sin embargo, la historia de Michael Cohen, su antiguo abogado, pasó de ser una relación de amistad incondicional a convertirse en un vínculo agridulce para el presente del exmandatario.
Michael Cohen trabajó durante 12 años siendo “la mano derecha” de Donald Trump. Según los medios estadounidenses, la relación entre Cohen y Trump se prolonga desde hace más de dos décadas en que el abogado asegura haber hecho “todo el trabajo sucio” del expresidente y ser su “solucionador de problemas”. Este es el relato en que uno de los amigos más leales de Donald Trump tuvo una metamorfosis para ser la principal ficha en la imputación del expresidente.
Los buenos amigos
El vínculo entre Donald Trump y Michael Cohen surgió gracias a los negocios, especialmente transacciones relacionadas con la Trump Organization, empresa familiar del expresidente. Cohen, que es abogado de profesión, se dedicó durante meses a vender licencias de taxis en Manhattan, un negocio muy demandado que en su época alcanzó a superar más de US$1 millón cada bono.
Con el tiempo, Cohen empezó a hacer negocios con la Trump Organization hasta el punto de establecer su oficina personal dentro del inmenso edificio del magnate ubicado en la Quinta Avenida, en Nueva York. De acuerdo con Cohen, fue él quien representó y asesoró a Trump desde 2006 hasta 2018. Durante estos 12 años, el abogado “manejó numerosos negocios comerciales dentro y fuera de EE. UU. y tuvo que solucionar algunos de los problemas de quien luego se convertiría en presidente”, sostiene Infobae.
Hasta este momento, Cohen aseguró que Trump era para él un “mentor” y un “patriarca”, por lo cual estuvo dispuesto a hacer todo lo que el entonces candidato presidencial le pidiera. Según France 24, la abogacía solo fue una de las tantas funciones que tuvo Cohen en la vida de Trump, puesto que el defensor también hacía las labores de “animador, encubridor, vocero y peón”, además de ser la “mano derecha”, según confesó el propio Cohen.
Las relaciones entre ambos se deterioraron luego de la victoria presidencial de Trump, período en que no le ofreció ningún cargo dentro de la Casa Blanca.
Para el antiguo defensor de Donald Trump, hubo momentos en que tuvo que asesorarlo para que dejara de comportarse como un “jefe de la mafia”. Incluso, el abogado aseguró en su libro Disloyal: A Memoir que tuvo que intervenir para que Trump no mencionara públicamente que “los hispanos son demasiado estúpidos” o referirse a los países africanos como naciones “de mierda”.
El punto de quiebre
El vínculo de amistad incondicional se fracturó cuando los fiscales en Estados Unidos pusieron la lupa sobre la campaña “Make America great again” en que Trump ganó la presidencia de 2016. Desde Nueva York, las autoridades empezaron a investigar un supuesto pago que el recién electo presidente había hecho a Stormy Daniels, una actriz porno, a cambio de su silencio.
Las denuncias, que en aquel momento no eran más que rumores, indicaban que Trump y Cohen idearon un plan de pagarle US$130.000 a Daniels para que no mencionara que tuvo sexo extramarital con el magnate en 2006. Según lo recopilado por los testigos hasta el momento, el republicano fue quien tuvo la idea de “comprar” el silencio de Daniels, mientras que Cohen se encargó de hacer el pago y amenazar a la actriz porno de mantener su palabra.
Incluso Daniels señaló en el programa 60 minutes que Cohen ideó el “pago secreto” y que en caso de ella mencionar algo, se arriesgaría a una demanda del abogado de US$1 millón. La actriz también denunció que Cohen amenazó a su hija en dado caso violara el acuerdo entre ambas partes al decir que “sería una lástima que le pasara algo”.
Cuando los expedientes judiciales empezaron a crecer dentro del Tribunal de Manhattan, surgió la pelea definitiva entre Trump y Cohen. Mientras que el defensor aseguró estar dispuesto a “recibir una bala por el presidente” y “encubrir todos sus actos sucios”, Trump decidió alejarse de Cohen y mantener silencio frente a las acusaciones que en ese momento empezaban a recaer sobre su amigo.
Es importante aclarar que este pago no es un delito; un ciudadano cualquiera puede hacer cualquier transacción económica a otro y eso no implica un crimen. Lo que busca demostrar el tribunal es que las acciones tanto de Trump como de Cohen buscaron “influir en las elecciones” al comprar el silencio de Daniels. Además, los indicios dentro del Tribunal buscan demostrar que este dinero provino de la campaña presidencial, lo cual sí es un delito: utilizar financiación pública con fines particulares.
El amigo de mi enemigo es mi amigo
¿Por qué Cohen se convirtió en un testigo clave del proceso que imputó a Trump con cargos penales? El abogado fue citado desde 2017 por la Fiscalía para definir qué protagonismo tuvo él en el pago a la actriz porno.
Cohen, según las revelaciones de los fiscales y los medios estadounidenses, fue el encargado de hacer el pago directamente a Daniels. El abogado fue condenado en 2018 a tres años de cárcel por haber aceptado su responsabilidad en el desembolso de dinero y de cumplir su “ciega lealtad a Trump” encubriendo “sus sucias acciones”, según expuso antes de declarase culpable.
De acuerdo con la Oficina del Fiscal de Nueva York, Cohen aceptó “evadir la evaluación de deuda tributaria, suministrar declaración falsa a un banco, inducir a contribución corporativa ilegal y contribuir de forma excesiva a una campaña”, todos ellos delitos que el abogado aseguró haber hecho bajo órdenes de Trump.
El apoderado del expresidente aceptó que hizo el pago. Aunque la transacción “a la señorita Clifford (Stormy Daniels) fue legal, no provino de las donaciones a la campaña ni de los gastos de la campaña presidencial”, explicó.
En un primer momento, Trump negó cualquier conocimiento tanto del origen del dinero destinado a la actriz porno como de las actuaciones de Cohen. Sin embargo, a medida que Daniels contaba más detalles sobre cómo recibió los US$130.000, Trump se contradijo, explicando que su abogado sí hizo el pago con recursos propios y que “personalmente” le devolvería este monto.
La imputación por parte del Tribunal demuestra que las pruebas recopiladas son suficientes para intentar demostrar que Trump sí tenía conocimiento del pago en 2016, aseguran medios estadounidenses. Y Cohen ha funcionado como máxima prueba en los hallazgos judiciales. El abogado, que ya cumplió su condena, ha visitado al menos 20 veces a los fiscales de Manhattan para, según el New York Times, ofrecer más pruebas sobre el protagonismo de Trump en el pago a la actriz porno.
Según declaraciones del propio abogado hace algunos años, él actuó “en coordinación y bajo la dirección de un candidato a un cargo federal […] con el propósito de influir en las elecciones”.
Cuando el Tribunal le preguntó en 2018 a Cohen si conocían que los actos que cometió eran un delito, Cohen explicó que sí era consciente que “todo esto estaba mal y era ilegal”. Durante cuatro años, Cohen ha intentado salpicar a Trump al referirse que el entonces candidato a la presidencia sí tuvo conocimiento e influencia en el pago.
Incluso Cohen sirvió como testigo “estrella”, cuando aseguró a los medios que “Trump tiene que rendir cuentas por sus actos sucios”.
¿Es Cohen un testigo creíble?
Aunque las declaraciones y pruebas que Cohen brindó han tenido peso dentro de la imputación de Trump, el Tribunal de Manhattan ha recibido el testimonio de al menos otras siete personas con conocimiento del caso. Es decir, que el proceso penal contra el expresidente no recae únicamente en lo que ha declarado Cohen.
De acuerdo con el New York Times, los abogados de Trump intentarán anular todo lo que Cohen haya dicho alguna vez y se centrarán en atacar al exabogado con sus “antecedentes penales” y su “carácter” para catalogarlo de “poco creíble”. El medio estadounidense reconoce que “Cohen no es un testigo perfecto” en este caso. Sin embargo, aún está el testimonio que Stormy Daniels puede ofrecer en el juzgado y las demás pruebas que durante más de cuatro años de investigaciones se han recopilado.
El diario afirma que puede haber un escenario para el expresidente: ahora que fue imputado formalmente, no necesariamente irá a prisión.
“El caso contra Trump depende de una teoría legal no probada, y por lo tanto, arriesgada que involucra una compleja interacción de leyes, todas ellas equivalentes a un delito grave de bajo nivel (como lo es violar las leyes electorales”, asegura el diario. “Si Trump finalmente fuera condenado, enfrentaría una sentencia máxima de cuatro años”, explica el New York Times.
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