El “panini” pendiente de Petro: faltan cabezas en Migración y Gerencia de Fronteras

El domingo empezará oficialmente la fiebre por llenar el álbum del Mundial de Catar 2022, una tradición a la que, sin duda, muchos nos sumaremos. Pero quienes de alguna manera nos encontramos relacionados con la migración en la región -migrantes, refugiados, periodistas, políticos, expertos, analistas y cabezas de las organizaciones donantes, entre otros- venimos llenando otro tipo de “panini” muy importante: el del gobierno del presidente Gustavo Petro. Y hasta ahora nos han salido pocas láminas.

Por supuesto: el Gobierno hasta ahora va a cumplir tres semanas de trabajo desde la posesión y tiene muchos asuntos en la cabeza que son prioritarios en la agenda nacional, como la economía, con la inflación y la tributaria en la mesa, o el suministro de energía, así como la seguridad, con los diálogos con el Eln resonando. Sin embargo, lo que sabemos hasta ahora es que el jefe del Ministerio de Relaciones Exteriores es el canciller Álvaro Leyva, que en la Organización de Estados Americanos estará Luis Ernesto Vargas y que en la Embajada en Venezuela estará Armando Benedetti y en la de EE. UU. Luis Gilberto Murillo. Son anuncios muy importantes, desde luego. Pero continúa la incertidumbre en dos áreas claves: Migración Colombia y la Gerencia de Fronteras.

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En Migración Colombia todavía está Juan Francisco Espinosa. En el sonajero para ocupar el cargo está Víctor Bautista Olarte, quien actualmente se desempeña como secretario de Fronteras, Asuntos Migratorios y Cooperación de Norte de Santander. También ha sido director de la oficina de Integración y Desarrollo Fronterizo de la Cancillería, por lo que ha adquirido amplia experiencia sobre el tema y conoce los retos que este representa.

Para la Secretaría de Inclusión, antes Gerencia de Fronteras, como nos comentó Lucas Gómez, quien ocupó el cargo durante el gobierno de Iván Duque, suena Iván Gaitán, quien aún se desempeña como alto consejero para Asuntos Migratorios de la alcaldesa de Bogotá, Claudia López. Es un consultor que trabaja para el Banco Mundial y que ayudó a que la alcaldesa cambiara la forma en la que se comunicaba respecto a la migración, luego de algunos errores registrados y declaraciones que resultaban xenófobas.

Todo indicaba que Bautista y Gaitán iban a llegar a estos cargos. ¿Qué ha pasado? Según nos comentó una fuente que se comunica con el equipo de empalme, las demoras en el nombramiento de estos cargos han sido producto de dos cosas que se resumen en una: así funciona la política. Por un lado, este es un gobierno de coalición y tiene una cantidad de fuerzas y partidos que esperan obtener una posición burocrática.

Por otro lado, la migración es un asunto espinoso para el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, quien, cabe destacar, ha sostenido que solo 600.000 ciudadanos han salido de su país. Por eso, y como el diálogo sobre migraciones está en la agenda binacional entre Colombia y Venezuela, se cree que el gobierno Petro está tomando con cautela cada paso que da y esperando a que primero se dé una conversación entre embajadores para que lo que se haga en materia de movilidad humana no tenga un efecto colateral en el restablecimiento de las relaciones.

A mediados de esta semana, el presidente Petro reafirmó su posición frente al asilo y refugio recordándole al vicepresidente del oficialista Partido Socialista Unido (PSUV), Diosdado Cabello, que su gobierno garantiza ese derecho en Colombia. Cabello manifestó el lunes su deseo de que Colombia extraditara a opositores solicitados por la justicia chavista. Ese es un buen mensaje de confianza. Sin embargo, el terreno es frágil.

Aunque hay incertidumbre, también hay esperanza. La viceministra de Exteriores, Laura Gil, se ha reunido con un equipo que le transmitió mensajes y propuestas para fortalecer el manejo de la movilidad humana en Colombia. No obstante, cada hora que pasa sin cabezas en estas áreas es perjudicial para todos, pues los retos relacionados con la migración no dan pausa.

En materia de seguridad, la presunta participación de la banda Tren de Aragua en el asesinato de personas que fueron encontradas en Bogotá recuerda que Colombia necesita establecer un diálogo regional para fortalecer los mecanismos que enfrenta el crimen organizado, que se aprovecha de las personas migrantes en las fronteras. Esta banda también cuenta con presencia en Chile, por lo que es urgente que las autoridades de ambos países establezcan una comunicación más profunda para detener a esta organización criminal.

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En cuanto a la movilidad por fronteras, hay que destacar que cerca de 120 personas fueron detenidas en el mar de San Andrés intentando cruzar a Nicaragua, por lo que expertos temen que se establezca una nueva ruta peligrosa para el tránsito de migrantes y refugiados. Este es un recordatorio de que la Secretaría de Fronteras, como la establezca el gobierno Petro, ya no debe estar enfocada solo en Venezuela, sino en Panamá y Centroamérica, donde hay también muchos retos por afrontar.

Hay paciencia para la conformación de todo el equipo que tendrá a cargo los desafíos en migración. También se entiende que el Gobierno recién empieza. Sin embargo, la urgencia es evidente, no solo porque se van sumando retos, como qué hacer con el Tren de Aragua o con el Darién, y ahora la ruta por San Andrés, sino por lo que ocurre en casa. “En menos de dos meses los venezolanos van a comenzar a resentirse”, le dijo una fuente a El Espectador. Y esto es porque se necesita a alguien que continúe fortaleciendo los programas para atender a esta población de más de dos millones de personas en Colombia, una cabeza que triangule Cancillería, Migración y Secretaría de Fronteras. Los cooperantes y donantes igual están a la expectativa. Al embajador de Colombia en Washington, Luis Gilberto Murillo, le espera mucha presión de senadores estadounidenses que le preguntarán por cómo están los programas para migrantes que se sostienen con fondos de ese país. El álbum tiene que llenarse pronto.

*Una versión anterior de este artículo señalaba que Yenevieve Cuervo se encontraba de manera interina a cargo de Migración Colombia. Juan Francisco Espinosa sigue en el cargo.

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El domingo empezará oficialmente la fiebre por llenar el álbum del Mundial de Catar 2022, una tradición a la que, sin duda, muchos nos sumaremos. Pero quienes de alguna manera nos encontramos relacionados con la migración en la región -migrantes, refugiados, periodistas, políticos, expertos, analistas y cabezas de las organizaciones donantes, entre otros- venimos llenando otro tipo de “panini” muy importante: el del gobierno del presidente Gustavo Petro. Y hasta ahora nos han salido pocas láminas.

Por supuesto: el Gobierno hasta ahora va a cumplir tres semanas de trabajo desde la posesión y tiene muchos asuntos en la cabeza que son prioritarios en la agenda nacional, como la economía, con la inflación y la tributaria en la mesa, o el suministro de energía, así como la seguridad, con los diálogos con el Eln resonando. Sin embargo, lo que sabemos hasta ahora es que el jefe del Ministerio de Relaciones Exteriores es el canciller Álvaro Leyva, que en la Organización de Estados Americanos estará Luis Ernesto Vargas y que en la Embajada en Venezuela estará Armando Benedetti y en la de EE. UU. Luis Gilberto Murillo. Son anuncios muy importantes, desde luego. Pero continúa la incertidumbre en dos áreas claves: Migración Colombia y la Gerencia de Fronteras.

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En Migración Colombia todavía está Juan Francisco Espinosa. En el sonajero para ocupar el cargo está Víctor Bautista Olarte, quien actualmente se desempeña como secretario de Fronteras, Asuntos Migratorios y Cooperación de Norte de Santander. También ha sido director de la oficina de Integración y Desarrollo Fronterizo de la Cancillería, por lo que ha adquirido amplia experiencia sobre el tema y conoce los retos que este representa.

Para la Secretaría de Inclusión, antes Gerencia de Fronteras, como nos comentó Lucas Gómez, quien ocupó el cargo durante el gobierno de Iván Duque, suena Iván Gaitán, quien aún se desempeña como alto consejero para Asuntos Migratorios de la alcaldesa de Bogotá, Claudia López. Es un consultor que trabaja para el Banco Mundial y que ayudó a que la alcaldesa cambiara la forma en la que se comunicaba respecto a la migración, luego de algunos errores registrados y declaraciones que resultaban xenófobas.

Todo indicaba que Bautista y Gaitán iban a llegar a estos cargos. ¿Qué ha pasado? Según nos comentó una fuente que se comunica con el equipo de empalme, las demoras en el nombramiento de estos cargos han sido producto de dos cosas que se resumen en una: así funciona la política. Por un lado, este es un gobierno de coalición y tiene una cantidad de fuerzas y partidos que esperan obtener una posición burocrática.

Por otro lado, la migración es un asunto espinoso para el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, quien, cabe destacar, ha sostenido que solo 600.000 ciudadanos han salido de su país. Por eso, y como el diálogo sobre migraciones está en la agenda binacional entre Colombia y Venezuela, se cree que el gobierno Petro está tomando con cautela cada paso que da y esperando a que primero se dé una conversación entre embajadores para que lo que se haga en materia de movilidad humana no tenga un efecto colateral en el restablecimiento de las relaciones.

A mediados de esta semana, el presidente Petro reafirmó su posición frente al asilo y refugio recordándole al vicepresidente del oficialista Partido Socialista Unido (PSUV), Diosdado Cabello, que su gobierno garantiza ese derecho en Colombia. Cabello manifestó el lunes su deseo de que Colombia extraditara a opositores solicitados por la justicia chavista. Ese es un buen mensaje de confianza. Sin embargo, el terreno es frágil.

Aunque hay incertidumbre, también hay esperanza. La viceministra de Exteriores, Laura Gil, se ha reunido con un equipo que le transmitió mensajes y propuestas para fortalecer el manejo de la movilidad humana en Colombia. No obstante, cada hora que pasa sin cabezas en estas áreas es perjudicial para todos, pues los retos relacionados con la migración no dan pausa.

En materia de seguridad, la presunta participación de la banda Tren de Aragua en el asesinato de personas que fueron encontradas en Bogotá recuerda que Colombia necesita establecer un diálogo regional para fortalecer los mecanismos que enfrenta el crimen organizado, que se aprovecha de las personas migrantes en las fronteras. Esta banda también cuenta con presencia en Chile, por lo que es urgente que las autoridades de ambos países establezcan una comunicación más profunda para detener a esta organización criminal.

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En cuanto a la movilidad por fronteras, hay que destacar que cerca de 120 personas fueron detenidas en el mar de San Andrés intentando cruzar a Nicaragua, por lo que expertos temen que se establezca una nueva ruta peligrosa para el tránsito de migrantes y refugiados. Este es un recordatorio de que la Secretaría de Fronteras, como la establezca el gobierno Petro, ya no debe estar enfocada solo en Venezuela, sino en Panamá y Centroamérica, donde hay también muchos retos por afrontar.

Hay paciencia para la conformación de todo el equipo que tendrá a cargo los desafíos en migración. También se entiende que el Gobierno recién empieza. Sin embargo, la urgencia es evidente, no solo porque se van sumando retos, como qué hacer con el Tren de Aragua o con el Darién, y ahora la ruta por San Andrés, sino por lo que ocurre en casa. “En menos de dos meses los venezolanos van a comenzar a resentirse”, le dijo una fuente a El Espectador. Y esto es porque se necesita a alguien que continúe fortaleciendo los programas para atender a esta población de más de dos millones de personas en Colombia, una cabeza que triangule Cancillería, Migración y Secretaría de Fronteras. Los cooperantes y donantes igual están a la expectativa. Al embajador de Colombia en Washington, Luis Gilberto Murillo, le espera mucha presión de senadores estadounidenses que le preguntarán por cómo están los programas para migrantes que se sostienen con fondos de ese país. El álbum tiene que llenarse pronto.

*Una versión anterior de este artículo señalaba que Yenevieve Cuervo se encontraba de manera interina a cargo de Migración Colombia. Juan Francisco Espinosa sigue en el cargo.

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