Migrantes que pasan por el Darién lo hacen en condiciones cada vez más vulnerables
Médicos sin fronteras registró el aumento de casos de personas con discapacidades, en estado de embarazo o con enfermedades crónicas. Según la organización, más de 160.000 personas cruzaron en el primer semestre del año la peligrosa selva que une a Colombia y Panamá.
Mientras la ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, ya había alertado el aumento exponencial de personas migrantes cruzando por el Darién en 2023 (más de 100.000 para mayo, cinco veces más que el mismo periodo en 2022), otra organización que brinda asistencia en el peligroso fronterizo, Médicos sin fronteras (MSF), alertó de una problemática que también viene en aumento, la creciente población con discapacidades, en estado de embarazo o con enfermedades crónicas que se lanzan a la selva sin importar su condición.
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Según una alerta lanzada por la organización, durante este primer semestre del año hicieron casi 500 (499) controles prenatales en los dos puestos de atención que disponen en suelo panameño, a donde llegan los migrantes que consiguen llegar al otro lado de la selva.
“Hemos visto un aumento en los diagnósticos de condiciones crónicas que necesitan especial tratamiento: personas con enfermedades cardiacas, personas que necesitan insulina, personas con problemas de presión arterial y casos agudos de personas que se desmayan por aumento de temperaturas, la falta de alimentos o deshidratación severa”, cuenta en el informe Priscila Acevedo, médica en terreno de MSF, quien también alerta del cruce de personas con movilidad reducida o incluso, demencia senil.
Frente a condiciones como la diabetes, la organización relata haber atendido en los primeros cinco meses del año a más de 660 personas con esta enfermedad, casi tres veces más que los 262 atendidos en el mismo periodo de 2022.
El informe cuenta también que de esos 166.000 migrantes que han cruzado en 2023, después de los venezolanos (82,054), los migrantes haitianos han sido el grupo poblacional que más ha emprendido su ruta migratoria por esta vía con 31,493 personas. “En la lista hay ecuatorianos, chinos, chilenos, indios, afganos, sirios y personas de una veintena más de nacionalidades que se dirigen hacia EE. UU.”, continúa el documento.
“El costo de vida es muy alto allá (Chile); todo está caro, la comida, el arriendo. Sin documentos, no se puede tener un buen trabajo y, aunque intentamos regularizar nuestra situación, fue imposible”, cuenta Merlande, una ciudadana haitiana citada en el documento, que viene desde Chile buscando llegar a Boston, Estados Unidos, y quien tuvo un parto anticipado en medio de la ruta, pues sufrió preeclampsia durante su embarazo.
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La alerta también recoge la problemática de hacinamiento que viven los migrantes que son atendidos por MSF, pues los dos puestos de atención, en Bajo Chiquito y Lajas Blancas, que sumados tienen atención para 799 personas, están atendiendo hasta 2.000 personas en un mismo día. “También ha habido un incremento en la cantidad y en la gravedad de neumonías y diarreas. Las condiciones no son las ideales para dormir ni para prevenir las enfermedades”, cuenta Acevedo.
La alerta de MSF concluye pidiendo a las autoridades de Panamá y Colombia que “garanticen rutas seguras y dignas para los migrantes”. También reiteran que migrar no es un delito, pidiendo que amplíen y mejoren la seguridad, espacios dignos y cobertura de necesidades básicas para las personas en tránsito durante todo su recorrido en el paso por el Darién.
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Según una alerta lanzada por la organización, durante este primer semestre del año hicieron casi 500 (499) controles prenatales en los dos puestos de atención que disponen en suelo panameño, a donde llegan los migrantes que consiguen llegar al otro lado de la selva.
“Hemos visto un aumento en los diagnósticos de condiciones crónicas que necesitan especial tratamiento: personas con enfermedades cardiacas, personas que necesitan insulina, personas con problemas de presión arterial y casos agudos de personas que se desmayan por aumento de temperaturas, la falta de alimentos o deshidratación severa”, cuenta en el informe Priscila Acevedo, médica en terreno de MSF, quien también alerta del cruce de personas con movilidad reducida o incluso, demencia senil.
Frente a condiciones como la diabetes, la organización relata haber atendido en los primeros cinco meses del año a más de 660 personas con esta enfermedad, casi tres veces más que los 262 atendidos en el mismo periodo de 2022.
El informe cuenta también que de esos 166.000 migrantes que han cruzado en 2023, después de los venezolanos (82,054), los migrantes haitianos han sido el grupo poblacional que más ha emprendido su ruta migratoria por esta vía con 31,493 personas. “En la lista hay ecuatorianos, chinos, chilenos, indios, afganos, sirios y personas de una veintena más de nacionalidades que se dirigen hacia EE. UU.”, continúa el documento.
“El costo de vida es muy alto allá (Chile); todo está caro, la comida, el arriendo. Sin documentos, no se puede tener un buen trabajo y, aunque intentamos regularizar nuestra situación, fue imposible”, cuenta Merlande, una ciudadana haitiana citada en el documento, que viene desde Chile buscando llegar a Boston, Estados Unidos, y quien tuvo un parto anticipado en medio de la ruta, pues sufrió preeclampsia durante su embarazo.
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La alerta de MSF concluye pidiendo a las autoridades de Panamá y Colombia que “garanticen rutas seguras y dignas para los migrantes”. También reiteran que migrar no es un delito, pidiendo que amplíen y mejoren la seguridad, espacios dignos y cobertura de necesidades básicas para las personas en tránsito durante todo su recorrido en el paso por el Darién.
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