En Queens, bajo una vía elevada del metro, Víctor José Hernández estaba preparando frenéticamente los pepitos que había perfeccionado en un carrito callejero en Caracas, Venezuela.
Colocando capas de pollo y carne de res recién asadas con media docena de otros ingredientes en un panecillo dividido, Hernández roció la pila con salsa de ajo casera y le ralló queso cheddar encima. Luego lo derritió con un soplete hasta que rezumaba.
El puesto de pepitos surgió el invierno pasado en la avenida Roosevelt, un bullicioso corredor comercial que opera...