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Alba Aragón, una joven española de 19 años, aceptó hoy las disculpas del ginecólogo que redactó un documento que generó gran polémica en España: tras una consulta por temas menstruales, fue diagnosticada con “homosexualidad”. Aragón sostuvo que denunció el asunto para apoyar a otras personas de la comunidad LGBT a la hora de afrontar este tipo de expresiones homófobas.
Aragón recibió el pasado 4 de septiembre un informe médico que textualmente recogía la homosexualidad como “enfermedad actual” en una consulta de ginecología de la ciudad de Murcia (sureste de España), según denunció la asociación LGTBI Galactyco a la que acudió para informarse.
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“Nuestra asociación ha recibido innumerables informes de trato degradante debido a la orientación sexual o de género”, dice el comunicado de Galactyco. “Nos parece alarmante, inaceptable e intolerable que hoy en día existan profesionales que son responsables de nuestra salud, pero que ignoran las realidades de las personas LGBTI”, agregaron.
La asociación recordó que desde el año 1990 fue retirada por la Organización Mundial de la Salud la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales, y sin embargo, 31 años después se ha dado este caso en el que se considera la orientación sexual como una enfermedad, por lo que ese colectivo denunció públicamente “la ignorancia manifiesta con tintes lgtbifóbicos que supone relacionar orientación sexual con enfermedad”.
En declaraciones a Efe, la joven española relató que durante la revisión efectuada el pasado lunes comentó a su ginecólogo que era homosexual porque pensaba que podía ser una información relevante a la hora del diagnóstico o del tratamiento. Posteriormente, el médico le preguntó si le importaba que pusiera en el informe su orientación sexual, contestando que accedía a ello, sin saber que la incluyó en el apartado denominado “Enfermedad actual”.
La joven afirmó que se percató de este hecho cuando ya había llegado a su casa, y se mostró “muy sorprendida” porque es un “insulto” y una “injusticia” que reflejaran su homosexualidad como enfermedad en una revisión motivada por “otra cosa totalmente diferente”, por lo que presentó una queja en el centro sanitario.
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A pesar de que aceptó las disculpas del doctor y del hospital Reina Sofía, Aragón no cree en la versión del centro sanitario, que achaca la situación a un error a la hora de recoger los datos, porque el ginecólogo tuvo que teclear la palabra. “Cada uno tiene sus pensamientos; unos son mejores, otros peores y no hay que darle más vueltas”, dijo.
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