Mujeres de blanco y una gorra hostil: detalles del discurso de Biden en el Congreso
Alrededor del discurso del estado de la Unión que dio Joe Biden el jueves tomaron lugar varios sucesos, entre ellos el uso del color blanco por parte de unas mujeres demócratas a favor de los derechos sexuales y reproductivos, y la interrupción de la representante Marjorie Taylor Greene, que desencadenó el reproche de algunos sectores sobre cómo el presidente se refirió en un momento a la migración.
Durante el discurso del estado de la Unión de Joe Biden, el último de esta índole antes de las elecciones presidenciales de noviembre, no solo se escuchó hablar de temas espinosos en la política estadounidense, como la guerra en la Franja de Gaza, la migración y el aborto, sino que también salieron a relucir algunos detalles a lo largo de la ceremonia: varias mujeres demócratas se vistieron de blanco y una representante republicana, con una gorra con el lema “Make America Great Again”, del expresidente Donald Trump, interrumpió al mandatario mientras él hablaba ante el Congreso.
“Nuestro mensaje es claro: las mujeres deben poder acceder a la atención médica que necesitan para controlar sus propias vidas y su futuro”, escribió en un comunicado Lois Frankel, presidenta del Caucus de Mujeres Demócratas: “Eso significa que las mujeres, no los políticos, deberían estar a cargo de si, cuándo y cómo iniciar o hacer crecer sus familias”. El color blanco fue un guiño al movimiento sufragista.
El aborto y la fertilización in vitro se han convertido en temas políticos álgidos dentro del país norteamericano, sobre todo después de que la Corte Suprema, con mayoría conservadora, derogara en 2022 el fallo Roe vs. Wade, que permitió que la decisión de interrumpir voluntariamente el embarazo estuviera protegida por el Estado por casi 50 años.
De hecho, además de la postura expresada a partir de este grupo de mujeres, entre las invitadas a la intervención de Biden, que tomó lugar en la Cámara de Representantes, estuvieron Kate Cox, una madre de Texas que el año pasado presentó una demanda por su derecho al aborto, pero se vio obligada a viajar fuera del estado para interrumpir de emergencia un embarazo no viable, y Latorya Beasley, de Alabama, a quien le interrumpieron su proceso de fertilización in vitro cuando la Corte Suprema de ese estado dictaminó en febrero que los embriones congelados deberían considerarse como niños.
La ceremonia también fue epicentro de tensiones entre el mandatario y la representante republicana de Georgia, Marjorie Taylor Greene, cuando ella interrumpió el discurso y Biden respondió usando un término que provocó desconcierto e indignación en algunos. Mientras él le estaba pidiendo a los republicanos que apoyaran un acuerdo fronterizo bipartidista, la mujer, que hizo alusión a Laken Riley, una estudiante de medicina de 22 años hallada muerta en febrero, caso por el cual se vinculó a un hombre de nacionalidad venezolana como sospechoso, le gritó.
Biden, en respuesta, comentó: “Una joven inocente que fue asesinada por un ilegal, así es”. Y aunque no demoró en agregar que miles de asesinatos se han atribuido a “legales”, a personas que residen de forma regular en el país, al mandatario le recriminaron haber usado ese término, ilegal, común entre republicanos y rechazado por muchos demócratas. A través de un comunicado, el Centro Nacional de Justicia para Inmigrantes dijo: “Nos sorprendió escuchar al presidente hacerse eco de las palabras de los extremistas antiinmigrantes. Manipular de esta manera una tragedia personal para obtener beneficios políticos es peligroso. Combinar el estatus migratorio con la criminalidad es racista y deshumanizante”.
Pero no fue solo esa organización la que reaccionó. La representante Pramila Jayapal, presidenta del Caucus Progresista del Congreso, le dijo a un periodista de Associated Press que deseaba que “no se hubiera comprometido con Marjorie Taylor Greene y hubiera usado la palabra ilegal”. Por su parte, Chuy García, demócrata de Illinois, citado por The New York Times, agregó: “Como inmigrante orgulloso, estoy extremadamente decepcionado de escuchar al presidente Biden usar la palabra ‘ilegal’”.
El mandatario estadounidense trató de centrar de nuevo su discurso, en el que recalcó que “no demonizará” a los inmigrantes diciendo que están “envenenando la sangre de nuestro país”, y con ello lanzó nuevos dardos a su más probable contrincante en noviembre, Trump. Con relación al caso de la estudiante de Georgia, expresó: “A sus padres les digo que mi corazón está con ustedes. Yo mismo he perdido hijos, lo entiendo”.
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Durante el discurso del estado de la Unión de Joe Biden, el último de esta índole antes de las elecciones presidenciales de noviembre, no solo se escuchó hablar de temas espinosos en la política estadounidense, como la guerra en la Franja de Gaza, la migración y el aborto, sino que también salieron a relucir algunos detalles a lo largo de la ceremonia: varias mujeres demócratas se vistieron de blanco y una representante republicana, con una gorra con el lema “Make America Great Again”, del expresidente Donald Trump, interrumpió al mandatario mientras él hablaba ante el Congreso.
“Nuestro mensaje es claro: las mujeres deben poder acceder a la atención médica que necesitan para controlar sus propias vidas y su futuro”, escribió en un comunicado Lois Frankel, presidenta del Caucus de Mujeres Demócratas: “Eso significa que las mujeres, no los políticos, deberían estar a cargo de si, cuándo y cómo iniciar o hacer crecer sus familias”. El color blanco fue un guiño al movimiento sufragista.
El aborto y la fertilización in vitro se han convertido en temas políticos álgidos dentro del país norteamericano, sobre todo después de que la Corte Suprema, con mayoría conservadora, derogara en 2022 el fallo Roe vs. Wade, que permitió que la decisión de interrumpir voluntariamente el embarazo estuviera protegida por el Estado por casi 50 años.
De hecho, además de la postura expresada a partir de este grupo de mujeres, entre las invitadas a la intervención de Biden, que tomó lugar en la Cámara de Representantes, estuvieron Kate Cox, una madre de Texas que el año pasado presentó una demanda por su derecho al aborto, pero se vio obligada a viajar fuera del estado para interrumpir de emergencia un embarazo no viable, y Latorya Beasley, de Alabama, a quien le interrumpieron su proceso de fertilización in vitro cuando la Corte Suprema de ese estado dictaminó en febrero que los embriones congelados deberían considerarse como niños.
La ceremonia también fue epicentro de tensiones entre el mandatario y la representante republicana de Georgia, Marjorie Taylor Greene, cuando ella interrumpió el discurso y Biden respondió usando un término que provocó desconcierto e indignación en algunos. Mientras él le estaba pidiendo a los republicanos que apoyaran un acuerdo fronterizo bipartidista, la mujer, que hizo alusión a Laken Riley, una estudiante de medicina de 22 años hallada muerta en febrero, caso por el cual se vinculó a un hombre de nacionalidad venezolana como sospechoso, le gritó.
Biden, en respuesta, comentó: “Una joven inocente que fue asesinada por un ilegal, así es”. Y aunque no demoró en agregar que miles de asesinatos se han atribuido a “legales”, a personas que residen de forma regular en el país, al mandatario le recriminaron haber usado ese término, ilegal, común entre republicanos y rechazado por muchos demócratas. A través de un comunicado, el Centro Nacional de Justicia para Inmigrantes dijo: “Nos sorprendió escuchar al presidente hacerse eco de las palabras de los extremistas antiinmigrantes. Manipular de esta manera una tragedia personal para obtener beneficios políticos es peligroso. Combinar el estatus migratorio con la criminalidad es racista y deshumanizante”.
Pero no fue solo esa organización la que reaccionó. La representante Pramila Jayapal, presidenta del Caucus Progresista del Congreso, le dijo a un periodista de Associated Press que deseaba que “no se hubiera comprometido con Marjorie Taylor Greene y hubiera usado la palabra ilegal”. Por su parte, Chuy García, demócrata de Illinois, citado por The New York Times, agregó: “Como inmigrante orgulloso, estoy extremadamente decepcionado de escuchar al presidente Biden usar la palabra ‘ilegal’”.
El mandatario estadounidense trató de centrar de nuevo su discurso, en el que recalcó que “no demonizará” a los inmigrantes diciendo que están “envenenando la sangre de nuestro país”, y con ello lanzó nuevos dardos a su más probable contrincante en noviembre, Trump. Con relación al caso de la estudiante de Georgia, expresó: “A sus padres les digo que mi corazón está con ustedes. Yo mismo he perdido hijos, lo entiendo”.
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