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Mujeres migrantes: cuando el emprendimiento es la respuesta

Wendys llegó a Colombia hace seis años. Con esfuerzo, ha podido volver a levantar el negocio que tenía en Venezuela: las artesanías. Sueña con volver a dictar talleres y trabajar dando segunda vida a materiales aprovechables.

08 de marzo de 2024 - 05:00 p. m.
El emprendimiento de Wendys se llama Artesanías WyD. / Acnur - María José Gómez Valencia
El emprendimiento de Wendys se llama Artesanías WyD. / Acnur - María José Gómez Valencia
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Wendys Arenas es técnica en informática, pero su verdadera pasión siempre fueron las manualidades. En su natal Venezuela se dedicaba a eso, pero recién llegada a la casa de un amigo en Bogotá, hace seis años, era difícil levantar su emprendimiento aquí.

Llegó un 3 de febrero con su esposo y su hija, porque su hijo varón se quedó un tiempo en Venezuela, mientras terminaba la carrera universitaria. Prácticamente ocho días después Wendys, hoy de 52 años, tuvo la fortuna de ser la primera de la familia en conseguir un empleo en limpieza de un gimnasio en horas de la noche.

Pudo empezar a complementarlo con otro empleo, en lo que mejor sabía hacer: manualidades. De día trabajaba en un taller de muñecos para niños y en la noche, en el gimnasio.

Cuando a su esposo le salió un trabajo en una trilladora en Quindío, Wendys dejó sus empleos aquí. Fue en Armenia que empezó a hacer de nuevo sus manualidades y a venderlas. Hizo cursos en el Sena, y les vendía sus productos a sus compañeras. También en las calles o donde fuera.

Duraron un año y medio allá, hasta que se terminó el contrato de Danilo, su esposo. Como no encontraron más oportunidades laborales regresaron a Bogotá a probar suerte. Entonces, cayó la pandemia. Por fortuna la hija de Wendys se había empleado en un supermercado, que podía seguir funcionando, mientras que a su marido, del call center en donde trabajaba, lo mandaron a desempeñar sus funciones desde la casa. Ahora, en su segunda llegada a Bogotá, era Wendys la que la tenía más difícil.

A finales de 2020, no obstante, recibió apoyo de Acnur, a través de capacitaciones y una máquina de coser, que fortalecieron su emprendimiento. Hoy está dedicada completamente a él.

“En 2022 se debían disponer unas carpas que se retiraron de una emergencia, y para no llevarlas a un relleno sanitario se decidió donar algunas de ellas a Wendys, ya que ella las podría utilizar como materia prima, con las que elaboró diferentes productos, entre ellos muñecas y tote bags”, cuentan desde Acnur, que el año pasado la apoyó también visibilizando su negocio.

Y ahí está el próximo objetivo de Wendys: trabajar dando una segunda vida a materiales que todavía se pueden aprovechar. También quiere mover más su canal de Youtube, principalmente para enseñar manualidades. Aspira con volver a dar talleres, como hacía en Venezuela, tarea que se le ha dificultado en Colombia: no ha podido adecuar su casa para eso y alquilar un local es difícil, no solo por dinero, sino por requisitos como un codeudor colombiano con finca raíz, al que difícilmente puede acceder una persona que llega sin una red de apoyo robusta.

Pese a las dificultades, dice que no anda predispuesta frente a la xenofobia, que pocas veces le ha tocado. Sigue de cerca la situación en su país, y hasta tiene expectativas sobre si podrá votar en las elecciones con su Permiso por Protección Temporal.

Si quiere apoyar a Wendys, que también tiene en sus planes empezar a hacer envío a todo Colombia, la encuentra en Facebook, Instagram y Tiktok como Artesanías WyD.

Vea más de la historia de Wendys aquí:

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Cielo(jwpea)08 de marzo de 2024 - 05:26 p. m.
Buena nota, especialmente en el día de la mujer 💪🏽💜
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