Murió Alberto Fujimori, expresidente de Perú, a los 86 años
Elio Riera, abogado del expresidente, confirmó la muerte del líder histórico del fujimorismo.
El expresidente de Perú, Alberto Fujimori, murió este 11 de septiembre a los 86 años. La muerte del antiguo jefe de Estado fue anunciada por Elio Riera, abogado del exmandatario.
Más temprano, su médico personal, tras visitarlo en su residencia, expresó que el estado de salud del exmandatario era delicado. “Está luchando por su vida”, dijo a periodistas el también congresistas Alejandro Aguinaga.
“Desde la presidencia de la República expresamos nuestra preocupación por la salud del expresidente Alberto Fujimori y hacemos votos por su pronta recuperación. Extendemos a su familia, nuestra solidaridad y fuerza”, señaló la cuenta de la cabeza del Ejecutivo en X.
La salud de Fujimori
Desde hacía varios años, el exmandatario presentaba un cuadro de salud complicado mientras cumplía una condena a 25 años de prisión por haber estado involucrado en crímenes de lesa humanidad.
Fujimori dejó la cárcel en diciembre pasado, luego de que el Tribunal Constitucional restableciera un indulto humanitario que le otorgó en 2017 el entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018). Dicha decisión fue adoptada en contravía de los llamados de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), que se oponía.
El exgobernante fue visto por última vez el pasado jueves saliendo de una clínica, donde recibió atención médica.
En julio pasado fue operado con éxito de la cadera, una semana después de ser ingresado en cuidados intensivos tras sufrir una caída en su domicilio de Lima.
Hace pocos meses, además, había informado que un nuevo tumor maligno le había sido encontrado, por lo que se sometería a un nuevo tratamiento contra el cáncer.
Sin embargo, al poco tiempo, su hija Keiko, excandidata presidencial y quien enfrenta un juicio por corrupción, dijo que su padre aspiraba a postularse para las elecciones de 2026.
Ya desde 2022, el deterioro del estado de salud del hombre que gobernó Perú entre 1990 y 2000 fue noticia en el país vecino y Latinoamérica debido a varias condiciones médicas que sufrió.
A inicios del año pasado, el exmandatario tuvo que ser hospitalizado debido una fibrosis pulmonar, según explicó el cuerpo médico que lo atendió. En esa ocasión, Fujimori tuvo que ser trasladado de la cárcel donde cumplía su sentencia para ser atendido.
📝 Sugerimos: Caso Alberto Fujimori: un laberinto judicial en Perú
En aquel entonces, los médicos alegaron que Fujimori también padecía de una “fibrilación auricular”, una condición en que hay un ritmo cardiaco inestable. Por este diagnóstico, Fujimori tuvo que ser operado en octubre de 2021.
En los últimos meses, los medios peruanos captaron a Fujimori utilizando cánulas de oxígeno constantemente debido a las condiciones tanto cardiacas como respiratorias que tenía.
De acuerdo con medios de ese país, el expresidente también fue diagnosticado de gastritis y tenía unas lesiones en la boca conocidas como leucoplasia, precursoras del cáncer.
Los orígenes de Fujimori
Fujimori fue descendiente de una familia japonesa que llegó a Perú en el siglo XVIII. Vivió gran parte de su niñez en Lima y cuando llegó a la universidad, logró graduarse como ingeniero agrónomo. Sin embargo, a medida que llevaba a cabo tareas relacionadas con su carrera, dedicó gran parte de sus actividades a ser docente universitario y a sumergirse en el mundo de la política peruana.
Mientras Fujimori se adentró en el universo político de Perú, tuvo cuatro hijos: Keiko, Kenji, Hiro y Sachi. En la actualidad, todos sus descendientes han estado relacionados con investigaciones y acusaciones de la rama judicial peruana al estar involucrados con corrupción o nexos ilegales dentro de la política. Por ejemplo, Kenji, el menor de sus hijos, fue hallado culpable en 2022 a cuatro años de prisión por haber cometido tráfico de influencias.
📌Le puede interesar: Cronología: Fujimori y la historia de sus entradas y salidas de prisión
En 1990, cuando el mandato del entonces presidente Alan García llegaba a su fin, Fujimori se presentó como candidato y alternativa de “cambio” a la grave crisis económica y de seguridad que se vivía en Perú. En aquel entonces, Fujimori prometió, según decía su eslogan electoral, llevar “honradez, tecnología y trabajo” a los peruanos si resultaba electo, cosa que finalmente sucedió al derrotar en las urnas a su principal contendiente, el escritor Mario Vargas Llosa.
Tan solo pocos meses después de ocupar el palacio de la Presidencia en Lima, Fujimori empezó a recibir críticas por realizar lo contrario a lo prometido durante su campaña. Por ejemplo, el entonces presidente optó por decretar un ajuste económico en Perú, decisión que rechazó mientras fue candidato. Además, en sus primeros meses de mandato Fujimori fue denunciado por haber evadido impuestos y por no tener la nacionalidad peruana.
Entre la presidencia y la cárcel
En 2009, Fujimori fue sentenciado a 25 años de prisión por haber estado involucrado en la masacre de Barrios Altos y La Cantuta, ambas cometidas durante su Gobierno. El tribunal que condenó a Fujimori manifestó en ese entonces que el mandatario, además de haber tenido conocimiento de las matanzas que dejaron 25 muertos, fue partícipe de un plan para intentar ocultar las pruebas que lo vinculaban con estos hechos.
Con la condena, Fujimori se convirtió en el primer exmandatario elegido democráticamente en ser condenado a prisión y en declarársele culpable por violaciones a los derechos humanos en toda Latinoamérica.
Muchos de los partidarios de Fujimori alegan que fue su estancia en un calabozo del centro penal de Barbadillo, en Lima, lo que deterioró su salud. Mientras el exmandatario estuvo preso en ese centro de máxima seguridad, interpuso constantes recursos tanto administrativos como legales para recibir atención médica y salir de cárcel.
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Por ejemplo, en 2017, que ya llevaba más de siete años cumpliendo su sentencia penal, recibió un indulto de parte del presidente de aquel entonces, Pedro Pablo Kuczynski, por “razones humanitarias”. Según Kuczynski, el presidente reo padecía de enfermedades no terminales graves en etapa avanzada, por lo cual la vida del expresidente podría estar en riesgo dentro de la prisión.
Sin embargo, en abril de 2022 la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) le ordenó al Estado peruano que debía obligar a Fujimori a cumplir su sentencia y condena dentro de prisión.
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El expresidente de Perú, Alberto Fujimori, murió este 11 de septiembre a los 86 años. La muerte del antiguo jefe de Estado fue anunciada por Elio Riera, abogado del exmandatario.
Más temprano, su médico personal, tras visitarlo en su residencia, expresó que el estado de salud del exmandatario era delicado. “Está luchando por su vida”, dijo a periodistas el también congresistas Alejandro Aguinaga.
“Desde la presidencia de la República expresamos nuestra preocupación por la salud del expresidente Alberto Fujimori y hacemos votos por su pronta recuperación. Extendemos a su familia, nuestra solidaridad y fuerza”, señaló la cuenta de la cabeza del Ejecutivo en X.
La salud de Fujimori
Desde hacía varios años, el exmandatario presentaba un cuadro de salud complicado mientras cumplía una condena a 25 años de prisión por haber estado involucrado en crímenes de lesa humanidad.
Fujimori dejó la cárcel en diciembre pasado, luego de que el Tribunal Constitucional restableciera un indulto humanitario que le otorgó en 2017 el entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018). Dicha decisión fue adoptada en contravía de los llamados de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), que se oponía.
El exgobernante fue visto por última vez el pasado jueves saliendo de una clínica, donde recibió atención médica.
En julio pasado fue operado con éxito de la cadera, una semana después de ser ingresado en cuidados intensivos tras sufrir una caída en su domicilio de Lima.
Hace pocos meses, además, había informado que un nuevo tumor maligno le había sido encontrado, por lo que se sometería a un nuevo tratamiento contra el cáncer.
Sin embargo, al poco tiempo, su hija Keiko, excandidata presidencial y quien enfrenta un juicio por corrupción, dijo que su padre aspiraba a postularse para las elecciones de 2026.
Ya desde 2022, el deterioro del estado de salud del hombre que gobernó Perú entre 1990 y 2000 fue noticia en el país vecino y Latinoamérica debido a varias condiciones médicas que sufrió.
A inicios del año pasado, el exmandatario tuvo que ser hospitalizado debido una fibrosis pulmonar, según explicó el cuerpo médico que lo atendió. En esa ocasión, Fujimori tuvo que ser trasladado de la cárcel donde cumplía su sentencia para ser atendido.
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En aquel entonces, los médicos alegaron que Fujimori también padecía de una “fibrilación auricular”, una condición en que hay un ritmo cardiaco inestable. Por este diagnóstico, Fujimori tuvo que ser operado en octubre de 2021.
En los últimos meses, los medios peruanos captaron a Fujimori utilizando cánulas de oxígeno constantemente debido a las condiciones tanto cardiacas como respiratorias que tenía.
De acuerdo con medios de ese país, el expresidente también fue diagnosticado de gastritis y tenía unas lesiones en la boca conocidas como leucoplasia, precursoras del cáncer.
Los orígenes de Fujimori
Fujimori fue descendiente de una familia japonesa que llegó a Perú en el siglo XVIII. Vivió gran parte de su niñez en Lima y cuando llegó a la universidad, logró graduarse como ingeniero agrónomo. Sin embargo, a medida que llevaba a cabo tareas relacionadas con su carrera, dedicó gran parte de sus actividades a ser docente universitario y a sumergirse en el mundo de la política peruana.
Mientras Fujimori se adentró en el universo político de Perú, tuvo cuatro hijos: Keiko, Kenji, Hiro y Sachi. En la actualidad, todos sus descendientes han estado relacionados con investigaciones y acusaciones de la rama judicial peruana al estar involucrados con corrupción o nexos ilegales dentro de la política. Por ejemplo, Kenji, el menor de sus hijos, fue hallado culpable en 2022 a cuatro años de prisión por haber cometido tráfico de influencias.
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En 1990, cuando el mandato del entonces presidente Alan García llegaba a su fin, Fujimori se presentó como candidato y alternativa de “cambio” a la grave crisis económica y de seguridad que se vivía en Perú. En aquel entonces, Fujimori prometió, según decía su eslogan electoral, llevar “honradez, tecnología y trabajo” a los peruanos si resultaba electo, cosa que finalmente sucedió al derrotar en las urnas a su principal contendiente, el escritor Mario Vargas Llosa.
Tan solo pocos meses después de ocupar el palacio de la Presidencia en Lima, Fujimori empezó a recibir críticas por realizar lo contrario a lo prometido durante su campaña. Por ejemplo, el entonces presidente optó por decretar un ajuste económico en Perú, decisión que rechazó mientras fue candidato. Además, en sus primeros meses de mandato Fujimori fue denunciado por haber evadido impuestos y por no tener la nacionalidad peruana.
Entre la presidencia y la cárcel
En 2009, Fujimori fue sentenciado a 25 años de prisión por haber estado involucrado en la masacre de Barrios Altos y La Cantuta, ambas cometidas durante su Gobierno. El tribunal que condenó a Fujimori manifestó en ese entonces que el mandatario, además de haber tenido conocimiento de las matanzas que dejaron 25 muertos, fue partícipe de un plan para intentar ocultar las pruebas que lo vinculaban con estos hechos.
Con la condena, Fujimori se convirtió en el primer exmandatario elegido democráticamente en ser condenado a prisión y en declarársele culpable por violaciones a los derechos humanos en toda Latinoamérica.
Muchos de los partidarios de Fujimori alegan que fue su estancia en un calabozo del centro penal de Barbadillo, en Lima, lo que deterioró su salud. Mientras el exmandatario estuvo preso en ese centro de máxima seguridad, interpuso constantes recursos tanto administrativos como legales para recibir atención médica y salir de cárcel.
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Por ejemplo, en 2017, que ya llevaba más de siete años cumpliendo su sentencia penal, recibió un indulto de parte del presidente de aquel entonces, Pedro Pablo Kuczynski, por “razones humanitarias”. Según Kuczynski, el presidente reo padecía de enfermedades no terminales graves en etapa avanzada, por lo cual la vida del expresidente podría estar en riesgo dentro de la prisión.
Sin embargo, en abril de 2022 la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) le ordenó al Estado peruano que debía obligar a Fujimori a cumplir su sentencia y condena dentro de prisión.
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