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El sacerdote nicaragüense Óscar José Escoto Salgado, vicario de la Diócesis de Matagalpa, en el norte de Nicaragua, fue detenido nuevamente este sábado por la Policía, después de que en la víspera fuera liberado tras permanecer 12 horas arrestado, según informaron defensores de derechos humanos y prensa local.
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“La policía de la #DictaduraOrtega secuestra de nuevo a Monseñor Óscar Escoto en Matagalpa el día de hoy. Ayer se le vio ingresando a la Curia (tomada por la policía) y ahora nos confirman que se lo llevaron nuevamente hoy. @Pontifex_es su acción es urgente”, anunció en su cuenta de X (antes Twitter) la activista nicaragüense desnacionalizada Haydeé Castillo.
El diario local La Prensa, que también anunció la nueva detención, explicó que el sacerdote tenía previsto asistir la mañana de este sábado a la parroquia de Santa María de Guadalupe, en Matagalpa, que está bajo su cargo, para ofrecer una misa por los días previos a la Navidad.
El religioso, director del colegio diócesano San Luis Gonzaga, fue detenido la noche del jueves y puesto en libertad el mediodía del viernes (hora de Managua), según informó ayer Castillo a través de su red social.
Y habría sido arrestado también dos días después de que las autoridades detuvieran al obispo Isidoro del Carmen Mora Ortega, de la diócesis de Siuna, en el Caribe de Nicaragua, quien fue encarcelado junto a los seminaristas Alester Sáenz y Tony Palacios. Esos tres permanecen detenidos hasta el momento.
Según dijo ayer el abogado nicaragüense desnacionalizado y exfuncionario del Poder Judicial, Yader Morazán, natural de Matagalpa, el religioso es hermano de la exalcaldesa sandinista del municipio de Ciudad Darío, departamento de Matagalpa, y actual delegada del Ministerio de Educación en esa ciudad, Catalina Escoto.
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Monseñor Mora es el segundo obispo detenido en Nicaragua. El primero fue Álvarez, quien el 10 de febrero pasado fue condenado a 26 años y 4 meses de prisión, despojado de su nacionalidad, y suspendidos sus derechos ciudadanos de por vida por delitos considerados traición a la patria.
Esa condena fue dictada un día después de que Álvarez rechazó subirse a un avión que lo iba a llevar, junto con otros 222 excarcelados políticos nicaragüenses, hacia Estados Unidos, lo que provocó la indignación del presidente Daniel Ortega, quien en cadena nacional lo calificó de “soberbio”, “desquiciado” y “energúmeno”.
Las relaciones del Gobierno de Ortega y la Iglesia católica viven momentos de gran tensión, marcadas por la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas, y la suspensión de sus relaciones diplomáticas.
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