No se fueron “a la mierda”: la reconciliación de Alberto y Cristina Fernández
Tras meses de distanciamiento entre Cristina Fernández, la vicepresidenta de Argentina, y Alberto Fernández, el presidente, los dos parecen haber logrado un acuerdo en medio de un escenario de incertidumbre económica. El acercamiento se dio después de que el presidente dijera: “si me siguen jodiendo, renuncio y que se vayan todos a la mierda”.
El domingo 10 de julio, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, parecía pasar por el momento más difícil de su mandato. El presidente estaba en su residencia oficial y le dijo a los funcionarios que lo rodeaban una frase que los dejó atónitos: “Si me siguen jodiendo, renuncio y que se vayan todos a la mierda. No la voy a llamar, no voy a firmar mi rendición”, escribe en el diario La Nación el periodista Jorge Liotti.
Se refería a su vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, con quien sostiene una diferencia fundamental sobre cómo dirigir la economía de su país. Mientras que Alberto Fernández aceptó un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional por US$ 44.000 millones, el Kirchnerismo, encabezado por Cristina Fernández desde el asiento que le corresponde al vicepresidente de Argentina en el legislativo, se opuso a la decisión. El acuerdo con el FMI evitó que el país entrara de nuevo en impagos, pero negociar con el FMI y aceptar los duros ajustes fiscales que este impone va contra todo lo que el kirchnerismo defiende. Con 18 millones de personas en la pobreza, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos, los ajustes fiscales del FMI podrían implicar una derrota en las elecciones generales de 2023.
Le recomendamos: Así está la inflación en Colombia, Chile, Argentina y más países de América Latina
El presidente y la vicepresidenta estaban enfrentados y lo suyo parecía irreconciliable. Sin embargo, en plena crisis y sin previo aviso, el ministro de Economía, Martín Guzmán, renunció a su cargo a través de Twitter el 2 de julio.
Esta estocada forzó al presidente Fernández a resolver su disputa con la vicepresidenta. Fue “un acto de enorme irresponsabilidad” política, “ingratitud” y “desestabilización institucional”, dijo Fernández de Kirchner sobre el exministro en un discurso el viernes, donde, por primera vez, no criticó al presidente. Por el contrario, pareció defenderlo: “El mundo como está, el país como está, el dólar como está. Hacerlo enterar al presidente por un tuit no me parece bien. Fue un acto de inmensa ingratitud al presidente. Este presidente había bancado a ese ministro de Economía como a nadie, enfrentándose inclusive a las propias fuerzas de su coalición. ¿Se merecía esto?”.
El lunes, pese a la incesante protesta en las calles contra el presidente, Alberto Fernández no renunció y nadie se fue “a la mierda”. Fernández y Fernández se pusieron de acuerdo y escogieron una nueva ministra de economía. Ahora los ojos están puestos sobre Silvina Batakis, quien, cuando se posesionó, dijo que planea cumplir las metas de déficit fiscal y emisión monetaria que implican los acuerdos en el FMI.
Le recomendamos: Argentina anuncia medidas de ajuste fiscal al ratificar compromiso con el FMI
Batakis, de quien no se conocen declaraciones en contra del FMI, deberá enfrentar una inflación que creció un 60,7 % interanual en mayo y es el detonante de las protestas contra el gobierno. El 4 de julio, día en el que se posesionó, la tasa de cambio del mercado negro cayó precipitadamente: bajó un 14,6 % a 280 pesos.
No hay certeza sobre cómo Batakis asumirá el acuerdo con el FMI, pues es muy cercana a la vicepresidenta Cristina Fernández.
Fernández y Fernández se aliaron en 2019 para evitar un segundo período presidencial de Mauricio Macri. Cristina, quien había sido primera dama, presidenta y senadora de Argentina, accedió a la vicepresidencia, pero era, de lejos, la que mayor capital electoral tenía en la dupla y es aún la que suma más apoyo popular.
👀🌎📄 ¿Ya se enteró de las últimas noticias en el mundo? Le invitamos a verlas en El Espectador.
El domingo 10 de julio, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, parecía pasar por el momento más difícil de su mandato. El presidente estaba en su residencia oficial y le dijo a los funcionarios que lo rodeaban una frase que los dejó atónitos: “Si me siguen jodiendo, renuncio y que se vayan todos a la mierda. No la voy a llamar, no voy a firmar mi rendición”, escribe en el diario La Nación el periodista Jorge Liotti.
Se refería a su vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, con quien sostiene una diferencia fundamental sobre cómo dirigir la economía de su país. Mientras que Alberto Fernández aceptó un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional por US$ 44.000 millones, el Kirchnerismo, encabezado por Cristina Fernández desde el asiento que le corresponde al vicepresidente de Argentina en el legislativo, se opuso a la decisión. El acuerdo con el FMI evitó que el país entrara de nuevo en impagos, pero negociar con el FMI y aceptar los duros ajustes fiscales que este impone va contra todo lo que el kirchnerismo defiende. Con 18 millones de personas en la pobreza, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos, los ajustes fiscales del FMI podrían implicar una derrota en las elecciones generales de 2023.
Le recomendamos: Así está la inflación en Colombia, Chile, Argentina y más países de América Latina
El presidente y la vicepresidenta estaban enfrentados y lo suyo parecía irreconciliable. Sin embargo, en plena crisis y sin previo aviso, el ministro de Economía, Martín Guzmán, renunció a su cargo a través de Twitter el 2 de julio.
Esta estocada forzó al presidente Fernández a resolver su disputa con la vicepresidenta. Fue “un acto de enorme irresponsabilidad” política, “ingratitud” y “desestabilización institucional”, dijo Fernández de Kirchner sobre el exministro en un discurso el viernes, donde, por primera vez, no criticó al presidente. Por el contrario, pareció defenderlo: “El mundo como está, el país como está, el dólar como está. Hacerlo enterar al presidente por un tuit no me parece bien. Fue un acto de inmensa ingratitud al presidente. Este presidente había bancado a ese ministro de Economía como a nadie, enfrentándose inclusive a las propias fuerzas de su coalición. ¿Se merecía esto?”.
El lunes, pese a la incesante protesta en las calles contra el presidente, Alberto Fernández no renunció y nadie se fue “a la mierda”. Fernández y Fernández se pusieron de acuerdo y escogieron una nueva ministra de economía. Ahora los ojos están puestos sobre Silvina Batakis, quien, cuando se posesionó, dijo que planea cumplir las metas de déficit fiscal y emisión monetaria que implican los acuerdos en el FMI.
Le recomendamos: Argentina anuncia medidas de ajuste fiscal al ratificar compromiso con el FMI
Batakis, de quien no se conocen declaraciones en contra del FMI, deberá enfrentar una inflación que creció un 60,7 % interanual en mayo y es el detonante de las protestas contra el gobierno. El 4 de julio, día en el que se posesionó, la tasa de cambio del mercado negro cayó precipitadamente: bajó un 14,6 % a 280 pesos.
No hay certeza sobre cómo Batakis asumirá el acuerdo con el FMI, pues es muy cercana a la vicepresidenta Cristina Fernández.
Fernández y Fernández se aliaron en 2019 para evitar un segundo período presidencial de Mauricio Macri. Cristina, quien había sido primera dama, presidenta y senadora de Argentina, accedió a la vicepresidencia, pero era, de lejos, la que mayor capital electoral tenía en la dupla y es aún la que suma más apoyo popular.
👀🌎📄 ¿Ya se enteró de las últimas noticias en el mundo? Le invitamos a verlas en El Espectador.