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El alcalde de Nueva York, Eric Adams, ha comenzado una nueva etapa en lo que los neoyorquinos llaman “la guerra contra las ratas”. Dentro de sus medidas está la de contratar una persona “con tesón y espectacularidad” que encuentre la forma definitiva de acabar con esta plaga.
Entre otros requisitos para este cargo, se busca una persona con “actitud de capa y espada, humor astuto y un aura general de maldad”. También se exige que domine programas como Word, Excel, PowerPoint y resida en Nueva York.
La oferta laboral, catalogada como “un trabajo de ensueño”, fue publicada por la Alcaldía y el Departamento de Saneamiento. Esto se da luego de que Nueva York registró la tasa más alta de denuncias de avistamiento en su historia con 21.600 registros, según señala la compañía antiplagas Orkin.
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De acuerdo con los datos del Departamento de Salud de Nueva York (NYSPH), las ratas abundan en el metro, en las zonas peatonales e incluso en los barrios residenciales durante gran parte del día.
Una guerra perdida
En su primer año de mandato, Eric Adams se ha enfocado en cerrar brechas culturales y atacar la criminalidad de “la ciudad que nunca duerme”. Sin embargo, la plaga de roedores hoy encabeza su agenda y de ello depende su aprobación entre los círculos que lo eligieron como alcalde.
Nueva York viene de invertir, y perder, 32 millones de dólares en esta batalla, según un dato citado por el diario peruano La República. El desembolso lo hizo Bill de Blasio, antiguo alcalde de la ciudad para comprar trampas, equipos de fumigación, contenedores de basura herméticos, equipos privados de exterminio e incluso perros Terrier de caza. Pero nada de eso ha logrado dar resultados debido a la gran cantidad de roedores en la ciudad.
Por ejemplo, Rentokil, la empresa experta en manejo de plagas a nivel mundial ha reportado que, en un período de dos años, estos animales pueden reproducirse hasta llegar a la cifra de 34 millones de ratas. Hasta ahora las autoridades de EE. UU. no tienen certeza de cuántos roedores viven bajo sus principales ciudades, entre ellas Chicago, Los Ángeles o Washington.
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Esta situación parece muy difícil de remediar mientras no se mejore el sistema de gestión de residuos de la ciudad de la Gran Manzana. Según reportan los turistas y el Departamento de Saneamiento de Nueva York, la ciudad está inundada en basura. Las bolsas negras con desechos “llegan a permanecer durante 14 horas” en las aceras y las calles, causando olores putrefactos y atrayendo en masa a las ratas.
Incluso en las horas más concurridas de peatones en la ciudad, estos roedores parecen no sentir miedo alguno y abundan en las bancas de los parques, las puertas de los establecimientos e incluso dentro de locales comerciales.
Tal ha sido la magnitud de esta plaga que Adams aseguró hace algunos meses que “las ratas tienen su propia versión” de reapertura económica luego de la pandemia.
Más que una plaga, un problema de salud pública
Independientemente de que la administración local de Nueva York se preocupe por el aspecto negativo que transmiten decenas de ratas en las aceras, su reproducción ha causado varios problemas en la metrópolis. Por un lado, estudios de la Universidad de Missouri reportaron que, en una muestra aleatoria de ratas de Nueva York, detectaron que estos animales son transmisores de todas las variantes del virus SARS-CoV-2. Además, el Departamento de Salud de la ciudad han alertado que durante los últimos cinco años se ha disparado el contagio de leptospirosis, una infección ocasionada por el contacto humano con la orina de estos roedores.
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