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Dos días después de que Afganistán celebrara un acuerdo histórico entre los talibán y Estados Unidos, para poner fin a casi dos décadas de conflicto en ese país, una nueva preocupación azota a los habitantes de este país en el Medio Oriente.
Los talibanes anunciaron este lunes que ponían fin a la tregua parcial instaurada el 22 de febrero y retomaban los ataques contra las fuerzas de seguridad afganas, a solo 48 horas de haber cerrado la negociación con Estados Unidos.
El período de reducción de la violencia, que duró nueve días, "terminó y nuestras operaciones volverán a la normalidad", declaró a la AFP Zabihullah Mujahid, portavoz de los insurgentes. "Nuestros muyahidines (combatientes) no atacarán a las fuerza extranjeras, pero nuestras operaciones contra las fuerzas del gobierno de Kabul continuarán", agregó el portavoz.
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El anuncio se da solo un día después de que el gobierno afgano afirmara que la tregua parcial continuaría con vistas a un "alto el fuego completo", en palabras del presidente Ashraf Ghani, quien no hizo parte de las negociaciones entre Washington y los talibanes.
Al parecer, los talibán se habrían molestado por la negativa de Ghani de liberar a 5.000 prisioneros a cambio de la liberación de 1.000 miembros de las fuerzas afganas detenidos por los rebeldes. Un acuerdo que Washington se comprometió a lograr a pesar de que el gobierno afgano no tuvo nada que ver en esta discusión.
“Estados Unidos carece de autoridad para dejar en libertad a los prisioneros, esa es una prerrogativa que corresponde al Gobierno de Afganistán”, dijo Ghani durante una conferencia de prensa de la que se ha hecho eco la web afgana ToloNews.
El presidente afgano rechazó que esa medida fuese considerada una precondición e insistió en eu él y su gobierno debían ser parte de las conversaciones con los talibanes.
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El presidente admitió que el intercambio podría "formar parte de la agenda de negociaciones entre afganos pero no puede ser una condición para las negociaciones".
Sin embargo, hasta ahora, los insurgentes se han negado a negociar con el gobierno de Ghani, que calificaban como una marioneta de Estados Unidos.
Durante la semana de "reducción de la violencia", el número de ataques en todo el país disminuyó considerablemente.
Esta tregua parcial precedió la firma en Doha el sábado de un acuerdo histórico entre Estados Unidos y los insurgentes afganos.
Según este pacto, Washington y sus aliados se comprometen a retirar todas sus tropas de Afganistán en 14 meses, si los talibán respetan los términos del acuerdo, entre ellos, el inicio de negociaciones entre insurgentes y el gobierno para alcanzar una paz duradera.