Penguin y el caso que podría cambiar el panorama literario de EE. UU., explicado
El negocio que busca Penguin terminaría perjudicando a la competencia al disminuir la producción, la creatividad y la diversidad de la industria.
El reconocido autor de novelas de terror, Stephen King, se presentó este martes como testigo del Departamento de Justicia en el caso que lleva el gobierno estadounidense contra la editorial Penguim Random House, un proceso cuyo desenlace podría cambiar para siempre el panorama literario de Estados Unidos. ¿Qué está pasando? El Espectador le explica.
¿Por qué el gobierno de EE. UU. llevó a Penguim Random House a juicio?
Primero lo primero: Penguin Random House es una editorial titánica -la más grande de EE. UU.- que pertenece al gigante alemán de los medios Bertelsmann. En noviembre de 2020, Penguin llegó a un acuerdo para adquirir a su rival, Simon & Schuster por US$ 2.128 millones. Juntas pertenecen al grupo bautizado como las “Cinco Grandes” de la industria de los libros en el país. Su fusión, en pocas palabras, significaría que ya no habría “Cinco Grandes”, sino “Una muy grande y otras tres”, como apuntó un analista de la industria citado por The New York Times.
La clave: para el gobierno estadounidense, este negocio provocaría la consolidación de un monopsonio, una estructura en la industria en donde hay un único demandante en lugar de varios y donde este tiene demasiado poder sobre los proveedores.
Es decir, al existir un único comprador (la editorial) los oferentes (los autores) deberán adaptarse a sus exigencias en cuanto a precio o cantidad, etc.
El gobierno estadounidense dice que si se reduce la cantidad de editoriales habría menos competencia por los títulos y los autores podrían ver reducidos sus pagos anticipados. Por eso, el Departamento de Justicia quiere evitar la fusión, así que presentó una demanda para bloquear el negocio.
“Menos autores podrán ganarse la vida escribiendo”, señaló el Departamento de Justicia en su escrito previo el lunes, cuando comenzó el juicio.
En pocas palabras: la editorial más grande de Estados Unidos quiere ser mucho más grande y tener mucho más poder.
¿Por qué Penguin se quiere fusionar con sus rivales?
Con la fusión, la editorial sería mucho más poderosa y tendría una mayor influencia sobre Amazon, el mayor vendedor de libros en el país. Acá es donde entran los lectores y los autores. Amazon domina la forma en la que la ciudadanía se encuentra con los títulos de libros, pues presenta los que le generan más ingresos a la empresa. Un autor cuyos libros no se venden mucho no será promocionado. Sin embargo, si Beterlsmann tiene una mayor influencia, podría obligar a Amazon a vender los libros con sus términos. Esto incluye precios y promociones de títulos.
En pocas palabras: “Su argumento para proteger al mercado de la monopolización de Amazon es monopolizar el mercado”, le dijo el director ejecutivo del Open Markets Institute, Barry Lynn, a The New York Times.
Le puede interesar: ¿Cómo EE. UU., sin soldados, mató a Ayman al Zawahiri, líder de Al Qaeda?
¿Por qué es tan problemático?
Básicamente, como describe el señor Lynn, se está enfrentando el problema de un monopolio con la creación de otro. Por eso el gobierno está sobre el caso: considera que empuja los límites de los esfuerzos antimonopolio.
Lynn le manifestó al Times que permitir que una empresa se vuelva más poderosa para intimidar a otra es contraproducente, por lo que el mejor enfoque es aplicar restricciones y regulaciones a Amazon, no dejar que surja otro monopolio. La demanda pondrá a prueba si el gobierno puede montar más casos antimonopolio que aborden los efectos de la concentración corporativa
Shira Ovidio, periodista de The New York Times, recuerda que no es la primera vez que una empresa justifica sus prácticas monopólicas supuestamente para “nivelar” el campo de juego. Ha pasado con AT&T en el campo de las comunicaciones o con Sesac en el campo de la industria musical o con el mismo New York Times en la industria de la información, pues ha desplazado a la competencia.
“Realmente hay una consolidación sustancial en los mercados de todo el lugar. Una vez que dejas que una economía llegue a ese punto, hay muy poco que cualquier ley antimonopolio (o cualquier otra intervención regulatoria) pueda esperar hacer”, escribió el profesor de derecho de la Universidad Estatal de Cleveland, Chris Sagers.
¿Qué impacto tiene en la industria?
Para Sagers, el resultado del juicio no importará mucho: la industria del libro ya está pagando menos a los autores, aunque les cobra de más a los lectores. Sin embargo, es claro que un negocio exitoso traerá un efecto en la industria, que depende cada vez más de los éxitos editoriales para sacar ganancias.
La fusión dejaría a Penguin y Simon & Schuster con una representación del 49 % sobre el total de los libros más vendidos. La compañía produciría un porcentaje desproporcionado de los libros más vendidos en la industria, y sin duda apostaría mucho más por los títulos de autores de renombre o de figuras públicas, como los Obama, que por autores independientes. Así, terminaría perjudicando a la competencia al reducir los anticipos pagados a los autores y disminuir la producción, la creatividad y la diversidad de la industria.
¿Qué tiene que ver Stephen King en toda la disputa?
El popular autor de novelas de terror como “It” o “The Shining” se presentó como testigo del Departamento de Justicia en el juicio contra Penguin. En la audiencia dijo “que la concentración es mala para la competencia. Así es como entiendo el negocio de los libros, y he estado en él unos 50 años”.
Le recomendamos: “El viaje honra el compromiso de EE. UU. de apoyar la democracia”: Pelosi en Taiwán
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El reconocido autor de novelas de terror, Stephen King, se presentó este martes como testigo del Departamento de Justicia en el caso que lleva el gobierno estadounidense contra la editorial Penguim Random House, un proceso cuyo desenlace podría cambiar para siempre el panorama literario de Estados Unidos. ¿Qué está pasando? El Espectador le explica.
¿Por qué el gobierno de EE. UU. llevó a Penguim Random House a juicio?
Primero lo primero: Penguin Random House es una editorial titánica -la más grande de EE. UU.- que pertenece al gigante alemán de los medios Bertelsmann. En noviembre de 2020, Penguin llegó a un acuerdo para adquirir a su rival, Simon & Schuster por US$ 2.128 millones. Juntas pertenecen al grupo bautizado como las “Cinco Grandes” de la industria de los libros en el país. Su fusión, en pocas palabras, significaría que ya no habría “Cinco Grandes”, sino “Una muy grande y otras tres”, como apuntó un analista de la industria citado por The New York Times.
La clave: para el gobierno estadounidense, este negocio provocaría la consolidación de un monopsonio, una estructura en la industria en donde hay un único demandante en lugar de varios y donde este tiene demasiado poder sobre los proveedores.
Es decir, al existir un único comprador (la editorial) los oferentes (los autores) deberán adaptarse a sus exigencias en cuanto a precio o cantidad, etc.
El gobierno estadounidense dice que si se reduce la cantidad de editoriales habría menos competencia por los títulos y los autores podrían ver reducidos sus pagos anticipados. Por eso, el Departamento de Justicia quiere evitar la fusión, así que presentó una demanda para bloquear el negocio.
“Menos autores podrán ganarse la vida escribiendo”, señaló el Departamento de Justicia en su escrito previo el lunes, cuando comenzó el juicio.
En pocas palabras: la editorial más grande de Estados Unidos quiere ser mucho más grande y tener mucho más poder.
¿Por qué Penguin se quiere fusionar con sus rivales?
Con la fusión, la editorial sería mucho más poderosa y tendría una mayor influencia sobre Amazon, el mayor vendedor de libros en el país. Acá es donde entran los lectores y los autores. Amazon domina la forma en la que la ciudadanía se encuentra con los títulos de libros, pues presenta los que le generan más ingresos a la empresa. Un autor cuyos libros no se venden mucho no será promocionado. Sin embargo, si Beterlsmann tiene una mayor influencia, podría obligar a Amazon a vender los libros con sus términos. Esto incluye precios y promociones de títulos.
En pocas palabras: “Su argumento para proteger al mercado de la monopolización de Amazon es monopolizar el mercado”, le dijo el director ejecutivo del Open Markets Institute, Barry Lynn, a The New York Times.
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¿Por qué es tan problemático?
Básicamente, como describe el señor Lynn, se está enfrentando el problema de un monopolio con la creación de otro. Por eso el gobierno está sobre el caso: considera que empuja los límites de los esfuerzos antimonopolio.
Lynn le manifestó al Times que permitir que una empresa se vuelva más poderosa para intimidar a otra es contraproducente, por lo que el mejor enfoque es aplicar restricciones y regulaciones a Amazon, no dejar que surja otro monopolio. La demanda pondrá a prueba si el gobierno puede montar más casos antimonopolio que aborden los efectos de la concentración corporativa
Shira Ovidio, periodista de The New York Times, recuerda que no es la primera vez que una empresa justifica sus prácticas monopólicas supuestamente para “nivelar” el campo de juego. Ha pasado con AT&T en el campo de las comunicaciones o con Sesac en el campo de la industria musical o con el mismo New York Times en la industria de la información, pues ha desplazado a la competencia.
“Realmente hay una consolidación sustancial en los mercados de todo el lugar. Una vez que dejas que una economía llegue a ese punto, hay muy poco que cualquier ley antimonopolio (o cualquier otra intervención regulatoria) pueda esperar hacer”, escribió el profesor de derecho de la Universidad Estatal de Cleveland, Chris Sagers.
¿Qué impacto tiene en la industria?
Para Sagers, el resultado del juicio no importará mucho: la industria del libro ya está pagando menos a los autores, aunque les cobra de más a los lectores. Sin embargo, es claro que un negocio exitoso traerá un efecto en la industria, que depende cada vez más de los éxitos editoriales para sacar ganancias.
La fusión dejaría a Penguin y Simon & Schuster con una representación del 49 % sobre el total de los libros más vendidos. La compañía produciría un porcentaje desproporcionado de los libros más vendidos en la industria, y sin duda apostaría mucho más por los títulos de autores de renombre o de figuras públicas, como los Obama, que por autores independientes. Así, terminaría perjudicando a la competencia al reducir los anticipos pagados a los autores y disminuir la producción, la creatividad y la diversidad de la industria.
¿Qué tiene que ver Stephen King en toda la disputa?
El popular autor de novelas de terror como “It” o “The Shining” se presentó como testigo del Departamento de Justicia en el juicio contra Penguin. En la audiencia dijo “que la concentración es mala para la competencia. Así es como entiendo el negocio de los libros, y he estado en él unos 50 años”.
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