El equipo de la defensa de Colombia en La Haya
El 13 de julio se cerró el litigio entre Colombia y Nicaragua. El último fallo, que inició con una demanda radicada por el Estado centroamericano el 16 de septiembre de 2013, es una “victoria completa” para Colombia, en el que las pretensiones de Nicaragua se cayeron frente a la Corte Internacional de Justicia.
María José Barrios Figueroa
Una labor de diez años hizo posible la “victoria completa” de Colombia frente a Nicaragua. Abogados internacionales, coordinadores, agentes y coagentes del equipo de la defensa frente a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) lograron que esta fallara a favor del Estado colombiano, cerrando un pleito que se inició en 2001, pero que abrió un nuevo capítulo en 2013, con la radicación de la demanda de Nicaragua para la delimitación de la plataforma continental entre el Estado centroamericano y Colombia más allá de las 200 millas náuticas desde la costa nicaragüense.
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A lo largo de esa década de pleitos ante la CIJ con Nicaragua, el trabajo de los abogados internacionales, algunos de los cuales se han mantenido con todas las administraciones, fue esencial para la victoria. Frente la CIJ, la figura de los abogados funciona para ayudar a los agentes y coagentes en la preparación de los alegatos y la exposición de estos.
Michael Reisman, con especialidad en Derecho Internacional Público, Litigios y Arbitraje Internacional; Rodman Bundy, con especialidad en Derecho Internacional Público, Litigios y Arbitraje Internacional; Sir Michael Wood, con especialidad en Derecho Internacional Público, Derecho del Mar, Litigios y Arbitraje Internacional; y Eduardo Valencia-Ospina, con especialidad en Derecho Internacional y antiguo secretario de la CIJ, que luego se convirtió en agente de Colombia, han estado en la defensa desde el inicio del pleito.
A ellos se suman las labores de Jean-Marc Thouvenin, especialista en Derecho Internacional Público, Litigios y Arbitraje Internacional; Laurence Boisson, especialista en Derecho Internacional Público y Derecho Ambiental, quienes fueron adiciones más recientes al equipo. Por su parte, Tullio Treves, especialista en Derecho Internacional Público; y Matthias Herdegen, especialista en Derecho Internacional Público, fueron parte de este en ocasiones anteriores, también ayudando a la formulación de los alegatos.
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El equipo de defensa de Colombia ha tenido varios agentes, quienes son la cara de Colombia frente a la Corte. Quienes estuvieron presentes desde el 2013 fueron Carlos Gustavo Arrieta (agente), exmagistrado del Consejo de Estado y ex procurador general de la Nación, y Manuel José Cepeda (coagente), expresidente de la Corte Constitucional de Colombia.
El nuevo equipo incluye a Eduardo Valencia-Ospina (agente); Carolina Olarte Bácares (coagente), embajadora de Colombia en los Países Bajos y miembro de la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya; y a Elizabeth Taylor Jay (coagente), raizal, bióloga con maestría en protección del medio marino y viceministra de Asuntos Multilaterales.
La defensa de Colombia ante la Corte debía responder dos preguntas sobre la extensión de la plataforma continental de un Estado, que se referían al artículo 76 de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR). El argumento formulado por el equipo se basó en que el Colombia no hacía parte del tratado. De acuerdo con María Ángela Holguín, excanciller colombiana, la defensa mantuvo que “la plataforma continental extendida de un país no puede pasar por encima de la plataforma continental de otro”.
La victoria fue posible gracias al enfoque puramente técnico-jurídico que tomó la defensa de Colombia. Holguín explica que la Corte no tomó los argumentos de la pesca y el territorio ancestral con la importancia que le había dado Colombia en su argumento, algo que suele ocurrir en otros casos similares.
“De hecho, Nicaragua intentó en su defensa irse a temas precisamente políticos, pesqueros, de plataformas y a la final eso le resultó perjudicial porque la propia Corte le dijo a Nicaragua que no estaban discutiendo esa cuestión. Al final, Colombia se enfocó en lo técnico-jurídico, dijo que no había costumbre y solo con lograr ganar ese punto se ganó en cascada todas las demás pretensiones”, dice Fabián Cárdenas, profesor de Derecho Internacional de la Pontificia Universidad Javeriana.
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Con esta decisión de la Corte, se cierra un litigio que comenzó hace más de 20 años. El fallo deja un campo en el que Colombia tendrá que actuar desde la diplomacia, teniendo en cuenta la “compleja relación política” con el Estado centroamericano, como menciona Holguín.
“Lo que queda es aplicar los fallos”, afirma Cárdenas. Además de esto, el experto hace énfasis en la importancia de mantener una relación diplomática con Nicaragua y nombrar expertos en temas de gobernanza marítima. Holguín insistió en que tiene que haber una negociación de un tratado con Nicaragua. La Constitución colombiana, en el artículo 101, establece que “los límites de Colombia son los establecidos en los tratados internacionales aprobados por el Congreso, debidamente ratificados por el presidente de la República”.
El resultado del fallo, posible gracias al enfoque que tomó la defensa, constituye una de las pocas “victorias completas” en casos de la CIJ. Ahora, el trabajo que queda es el de la “unificación del archipiélago”, como menciona Holguín, en el que se debe trabajar de la mano de las comunidades que habitan las islas para la formulación de un tratado que garantice sus derechos.
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Michael Reisman, con especialidad en Derecho Internacional Público, Litigios y Arbitraje Internacional; Rodman Bundy, con especialidad en Derecho Internacional Público, Litigios y Arbitraje Internacional; Sir Michael Wood, con especialidad en Derecho Internacional Público, Derecho del Mar, Litigios y Arbitraje Internacional; y Eduardo Valencia-Ospina, con especialidad en Derecho Internacional y antiguo secretario de la CIJ, que luego se convirtió en agente de Colombia, han estado en la defensa desde el inicio del pleito.
A ellos se suman las labores de Jean-Marc Thouvenin, especialista en Derecho Internacional Público, Litigios y Arbitraje Internacional; Laurence Boisson, especialista en Derecho Internacional Público y Derecho Ambiental, quienes fueron adiciones más recientes al equipo. Por su parte, Tullio Treves, especialista en Derecho Internacional Público; y Matthias Herdegen, especialista en Derecho Internacional Público, fueron parte de este en ocasiones anteriores, también ayudando a la formulación de los alegatos.
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El nuevo equipo incluye a Eduardo Valencia-Ospina (agente); Carolina Olarte Bácares (coagente), embajadora de Colombia en los Países Bajos y miembro de la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya; y a Elizabeth Taylor Jay (coagente), raizal, bióloga con maestría en protección del medio marino y viceministra de Asuntos Multilaterales.
La defensa de Colombia ante la Corte debía responder dos preguntas sobre la extensión de la plataforma continental de un Estado, que se referían al artículo 76 de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR). El argumento formulado por el equipo se basó en que el Colombia no hacía parte del tratado. De acuerdo con María Ángela Holguín, excanciller colombiana, la defensa mantuvo que “la plataforma continental extendida de un país no puede pasar por encima de la plataforma continental de otro”.
La victoria fue posible gracias al enfoque puramente técnico-jurídico que tomó la defensa de Colombia. Holguín explica que la Corte no tomó los argumentos de la pesca y el territorio ancestral con la importancia que le había dado Colombia en su argumento, algo que suele ocurrir en otros casos similares.
“De hecho, Nicaragua intentó en su defensa irse a temas precisamente políticos, pesqueros, de plataformas y a la final eso le resultó perjudicial porque la propia Corte le dijo a Nicaragua que no estaban discutiendo esa cuestión. Al final, Colombia se enfocó en lo técnico-jurídico, dijo que no había costumbre y solo con lograr ganar ese punto se ganó en cascada todas las demás pretensiones”, dice Fabián Cárdenas, profesor de Derecho Internacional de la Pontificia Universidad Javeriana.
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“Lo que queda es aplicar los fallos”, afirma Cárdenas. Además de esto, el experto hace énfasis en la importancia de mantener una relación diplomática con Nicaragua y nombrar expertos en temas de gobernanza marítima. Holguín insistió en que tiene que haber una negociación de un tratado con Nicaragua. La Constitución colombiana, en el artículo 101, establece que “los límites de Colombia son los establecidos en los tratados internacionales aprobados por el Congreso, debidamente ratificados por el presidente de la República”.
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