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La presidenta de Perú, Dina Boluarte, no encuentra un respiro para poder gobernar. Solo tres días después de esquivar un nuevo pedido de destitución, promovido por la izquierda en el Congreso, a la mandataria le explotó otra crisis. Un audio filtrado de una conversación de su primer ministro, Alberto Otárola, quien hasta ahora se desempeña como su mano derecha, ha causado un fuerte sacudón en el Ejecutivo.
El audio de Otárola
El escándalo estalló con una revelación del programa Panorama de un audio en el que se le escucha a Otárola, quien había sido antes ministro de Defensa, conversar con su exesposa, Yaziré Pinedo Vásquez. El primer ministro le pide a su expareja que le envíe su hoja de vida para ayudarle a conseguir empleo, a la vez que le insiste en reencontrarse con ella.
“Dime, pues, amor, para hablar”, se le escucha decir a Otárola. “¿Me quieres? Lo único que quiero saber es si me quiere o no”, agrega.
“¿Y cuándo te dejas ver? ¿Y cuánto te veo? Tú sabes que estas cosas molesta, joden, pero tú sabes que yo te quiero también”, dice en la llamada.
Otros audios sugieren que Otárola habría pedido un seguimiento a Pinedo con un vehículo del Consejo de Ministros, gastando recursos públicos.
No se sabe con certeza de cuándo es este audio. Según Pinedo, que concedió una entrevista a América Televisión, es de 2021. A principios de 2023, Pineda obtuvo dos contratos por US$4.700 y US$9.200 en el Ministerio de Defensa.
Esto ha alimentado una nueva acusación de corrupción al interior del Ejecutivo. La ministra de la Mujer, Nancy Tolentino, dijo que Otárola volverá al país este martes desde Canadá, en donde se encontraba en un viaje oficial, por pedido de Boluarte.
“La señora presidenta ha dispuesto el retorno anticipado del señor ‘premier’ para tomar conocimiento y disponer de las acciones que estime conveniente”, dijo Tolentino.
Mientras se espera que el primer ministro aclare la situación a su regreso de Canadá, su exesposa ha echado más leña al fuego. Pinedo dijo que el audio filtrado fue manipulado por el hermano de la presidenta, Nicanor Boluarte, quien estaría intentando forzar la salida de Otárola del Consejo de Ministros. Nicanor, cabe destacar, está investigado por supuestos delitos de corrupción también. Se le ha acusado de planear la salida del hermano de la presidenta para ofrecerle el puesto a alguien más.
Siempre Pinedo, señala EFE, en ese complot participó también el expresidente Martín Vizcarra y un abogado al que identificó como César Figueredo.
El Ministerio Público ya lanzó dos investigaciones preliminares contra Otárola por delitos de corrupción y delitos contra la administración pública en agravio del Estado. Según la Fiscalía, la investigación se extiende a miembros del Ministerio de Defensa y del Consejo de Ministros que habrían permitido la contratación de Pinedo. A Otárola se le ha pedido la renuncia desde varios sectores.
“Previamente, hubo 50 motivos para que deje el cargo, pero ya es hora de que su presencia deje de faltarle el respeto al Perú”, sostiene la legisladora Susel Paredes, quien ha cuestionado el papel del primer ministro durante las protestas contra el gobierno.
“Otárola debió haber salido del gabinete el 15 de diciembre de 2022 por la masacre en Ayacucho perpetrada bajo su responsabilidad como Ministro de Defensa y Boluarte debió haber convocado a elecciones generales para abrir una salida democrática a la crisis. Ya pagará cada uno sus responsabilidades”, agregó Verónica Mendoza, representante de la izquierda peruana.
Las declaraciones de Pinedo, así como el presunto caso de corrupción en el que se ve inmerso Otárola, han causado una nueva crisis en el círculo de Boluarte. Según medios locales, la presidenta estaría dispuesta a pedirle la renuncia a Otárola apenas llegue. Sin su mano derecha, Boluarte se vería más arrinconada. Otárola, como abogado, salvó a Boluarte de los casos Reniec y Club Apurímac en el pasado. Por eso, hay quienes dudan si la presidenta de verdad planea deshacerse de él.
Y, aunque el primer ministro salga, la presidenta todavía debería afrontar las acusaciones que también recaen sobre su hermano, quien estaría disponiendo de puestos en el gobierno para sus propios intereses, lo que supone otra crisis interna para Boluarte.
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