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La Policía Nacional del Perú (PNP) retiró a los cientos de manifestantes que llegaron este miércoles hasta los exteriores del Congreso y los dirigió hacia otros puntos del centro de Lima, al final de la marcha que reactivó las protestas en el país andino, jornada convocada por colectivos sociales para exigir la renuncia de la presidenta Dina Boluarte.
La Policía usó bombas lacrimógenas para dispersar a los manifestantes que llegaron hasta los exteriores del Parlamento, edificio que estaba rodeado por un cerco policial y rejas de metal para impedir su acceso.
Un grupo de manifestantes fue conducido por la Policía hacia un puente que comunica con el distrito del Rímac, mientras que otro grupo fue forzado a retroceder hacia el parque Universitario, donde estaba el cerco policial que bloqueaba el ingreso a la avenida Abancay.
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Los manifestantes lanzaron objetos envueltos en llamas, piedras y botellas de agua a la Policía para intentar no ser desalojados del centro histórico, pero los agentes avanzaron protegidos con sus escudos.
Unos minutos antes, los manifestantes habían logrado traspasar un cerco policial en el Parque Universitario para ingresar a la avenida Abancay, donde se encuentra la sede del Congreso.
La movilización que congregó a organizaciones sociales, políticas, sindicales y estudiantiles transcurrió pacíficamente en su desplazamiento entre las plazas Dos de Mayo y San Martín, pero a, mitad de camino, se detuvo frente a un cerco policial que impedía el acceso a la avenida Abancay, que atraviesa buena parte del centro de la capital.
Al final de esa avenida se encuentra el edificio del Parlamento, que permanecía cerrado y resguardado por la Policía Nacional con tanquetas y otras unidades móviles.
Los manifestantes comenzaron a empujar los escudos de los agentes policiales y a lanzar botellas de agua y otros objetos para romper el cerco, y finalmente lo lograron después de un enfrentamiento, en el que no faltaron los gases lacrimógenos y bombas de humo.
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La Policía detuvo a un manifestante que se enfrentó a los agentes envuelto en una bandera.
Un grupo de agentes se dirigió en motos a otro punto de acceso al Congreso para evitar la llegada masiva de manifestantes, mientras que un mayor número de policías se dirigía a bloquear el paso en la avenida.
Una vez en el lugar, la televisión local mostró al presidente del Congreso, José Williams, observando desde un balcón a los manifestantes que seguían llegando a los exteriores, una situación que no se había producido en las movilizaciones de protesta de los meses previos.
Pese a que los manifestantes no han mostrado intenciones de confrontación, como sí hicieron en las anteriores olas de protestas, la Policía reforzó su presencia en los exteriores del Congreso con un alto número de agentes que salió del interior del Parlamento.
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