Perú, ¿un año en el limbo con Pedro Castillo?
Las cinco investigaciones preliminares en su contra y los más de 50 nombramientos en su gabinete no han dejado que Pedro Castillo saque adelante a un país que se avecina a una crisis alimentaria. Analistas dicen que aún no existen los votos para una vacancia, pero los casos ante la Fiscalía pueden pasarle factura más pronto de lo esperado.
María Paula Ardila
Muchos pensaban que Pedro Castillo no alcanzaría a cumplir un año en el poder. “Él y su entorno han protagonizado, durante su administración, 237 situaciones polémicas. Es decir, cada 36 horas, en promedio, el Ejecutivo fue centro de un nuevo cuestionamiento”, se lee en un recuento que hizo el diario El Comercio de Perú. Sin mencionar que el mandatario enfrentó dos pedidos de vacancia por parte del Congreso que, aunque fracasaron, dejaron a un presidente que, según analistas, está concentrado exclusivamente en esquivar los ataques políticos y no en gestionar un país.
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Muchos pensaban que Pedro Castillo no alcanzaría a cumplir un año en el poder. “Él y su entorno han protagonizado, durante su administración, 237 situaciones polémicas. Es decir, cada 36 horas, en promedio, el Ejecutivo fue centro de un nuevo cuestionamiento”, se lee en un recuento que hizo el diario El Comercio de Perú. Sin mencionar que el mandatario enfrentó dos pedidos de vacancia por parte del Congreso que, aunque fracasaron, dejaron a un presidente que, según analistas, está concentrado exclusivamente en esquivar los ataques políticos y no en gestionar un país.
“Es evidente que el gobierno está dedicado absolutamente a la supervivencia”, sostuvo el politólogo Paolo Sosa al mismo medio peruano. Y es que, como lo comenta el experto, ya no estamos hablando solamente de su pelea con el Congreso, sino también de unas investigaciones en su contra que involucran a actores claves del gobierno. “Las promesas más importantes de la campaña se han ido de lado, y todas las acciones y estrategias del gobierno han estado orientadas a torear a la oposición y a controlar los frentes legales”, agregó Sosa.
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Y es que Castillo está cada vez más acorralado: en este punto enfrenta cinco investigaciones preliminares abiertas por la Fiscalía por presuntos actos de corrupción. Sin mencionar que, según datos de la Contraloría obtenidos por El Comercio, su administración ha sumado 138 nombramientos cuestionados entre los distintos ministerios. Un remezón en su gabinete que tampoco lo ha dejado gobernar: en menos de un año, el mandatario nombró a más de 50 ministros, sin contar la salida de su sexto ministro del Interior, Mariano González, que no duró ni 15 días en el cargo. “Cada siete días se cambia un ministro en Perú”, le comentó a este diario Carlos Meléndez, académico de la Universidad Diego Portales.
Un descuido que ya sienten los peruanos desde hace meses: “Hay una suerte de desorientación para responder a la crisis alimentaria y de combustibles, y por eso ya hemos vivido varias protestas; se han reavivado conflictos mineros y paro de transportistas. Hay incertidumbre en la población, y lo cierto es que nadie ve con optimismo el panorama venidero”, nos comentó el periodista Fernando Leyton.
Desenredando este lío
Hay que hablar de las investigaciones preliminares en su contra, del caos dentro de su gabinete y de sus promesas incumplidas. Pero sabemos que no todos los males se deben a la gestión de Pedro Castillo, porque el enredo viene desde hace años. Maritza Paredes, profesora de sociología de la Pontificia Universidad Católica del Perú, escribió en una publicación de El País de España que “la carencia de un Estado con capacidades y autonomía, y la precariedad de las organizaciones políticas en diferentes niveles, hace muy difícil la gobernabilidad del país”.
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Las cosas empeoraron desde 2016, según nos dicen los analistas. “Estamos hablando de una crisis institucional desde el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski, con un enfrentamiento de fuerzas políticas tan agudo, que llegó más allá de las reglas de juego democráticas”, comentó Meléndez. Eduardo Dargent, profesor de la Universidad Católica del Perú, dijo que, desde entonces, se usaron mecanismos extremos: “Amenazas de vacancia, abusos en presupuesto y meter agendas diversas contra el Ejecutivo. Estos usos y costumbres se asentaron con el Congreso siguiente”.
Pedro Castillo asumió el cargo no solo con ese telón de fondo, sino que también recibió un país donde la informalidad laboral llegó al 77 % en marzo de 2021, y cuya economía se hundió 11,12 % en 2020. Y si a la mezcla le sumamos que ni Castillo ni la izquierda en Perú tenían experiencia de gobierno, como lo mencionó Paredes, el panorama, un año después de asumir el cargo, era prácticamente predecible.
“¿Que si logró adelantar algunas de sus promesas de campaña? Las más populistas, sin lugar a duda, las que tienen que ver con políticas a favor de los sindicatos, pero con mucha irresponsabilidad”, sostuvo Meléndez, quien explicó que Castillo presentó, por ejemplo, un decreto supremo para reformar la política de sindicalización, sin embargo, eso le compete al Legislativo. “Y sí, impulsó algunas normas sobre una segunda reforma agraria, pero en el papel, que no se han sacado adelante”, agregó el analista.
Eduardo Dargent señaló que ha habido un manejo muy torpe, de inexperiencia, “pero también de corruptelas al inicio del gobierno. Castillo no estaba preparado y no entendió lo que estaba enfrentando; viene de un sindicato débil y sin experiencia política. Definitivamente no es un Lula da Silva o un Gabriel Boric, líderes que vienen de movimientos sociales mucho más consolidados”, sostuvo el analista, que insiste en que la inexperiencia se juntó con la corrupción.
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“Lo que está pasando en la Fiscalía no es una persecución contra el mandatario. Ha habido tanta pillería, nombramientos de amigos y cuestionamientos sobre contratos de infraestructura que al poco tiempo de asumir el cargo (los escándalos) le explotaron en la cara”, agregó Dargent.
Las investigaciones contra Castillo
El fiscal general sostuvo que encontró indicios de que el mandatario lideró una organización criminal que llegó a beneficiarse con coimas de empresarios que, el año pasado, ganaron irregularmente una licitación de más de US$62 millones para la construcción del Puente Tarata, según cifras recopiladas por el diario El País de España.
Las cosas dieron un giro drástico en este caso, pues Bruno Pacheco, exsecretario del presidente, se entregó a la justicia este martes tras permanecer prófugo más de 100 días, luego de que el Segundo Juzgado de Investigación Preparatoria ordenara 36 meses de prisión preventiva en su contra por presuntas irregularidades en la licitación del puente. Esto es importante, pues una eventual colaboración de Pacheco con la Fiscalía sería clave para desenredar otros casos que siguen abiertos contra Castillo.
A esta investigación habría que sumar por lo menos tres más. En las últimas semanas, Patricia Benavides, la fiscal de la nación, sostuvo que indagaría la presunta obstrucción a la justicia en la que habría incurrido Castillo al destituir a Mariano González como ministro del Interior, así como por presunto tráfico de influencias en la compra de biodiésel en el caso Petroperú. Sin mencionar las investigaciones, también por el presunto delito de tráfico de influencias, en ascensos militares.
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En este punto se empiezan a traslapar los líos pendientes con la Fiscalía y los malos manejos dentro de su gobierno, y el ejemplo perfecto es el nombramiento de Bruno Pacheco, un hombre que ya tenía denuncias policiales por daños y violencia psicológica antes de llegar al cargo, y que ahora no solo está implicado en el caso del Puente Tarata, sino también es señalado por los ascensos en las Fuerzas Armadas y la Policía.
”Castillo ya no puede nombrar a gente honesta; ha dejado tanto rastro, que, aunque hay excepciones, es muy difícil que gente con reputación le acepte un cargo”, comentó Dargent.
Un Perú que resiste, ¿qué pasa con la economía del país?
Irónicamente, pese a la crisis política, Perú sigue siendo una economía muy resiliente, y eso logró una cierta recuperación económica luego de la pandemia, según nos explicó Claudia Navas, analista sénior de Control Risks. “Perú sigue destacándose en su desempeño fiscal, tiene capacidad de endeudamiento y ha tenido un manejo muy ortodoxo y juicioso de las finanzas públicas, aprovechando los altos precios de los commodities, pero sin derrochar ni ir más allá de la regla fiscal”, sostuvo Navas.
Agregó que el haber nombrado a un presidente del Banco Central como Julio Velarde dio confianza al mercado, sin mencionar que el país tiene una cultura pro negocios clave y un consenso significativo de que la recepción de inversión privada es fundamental para Perú. Con todo y eso, hay líos que prometen desestabilizar las cosas.
“El año pasado hubo una reducción en la producción minera del 2 o 3 %, y eso pesa en el PIB. Y en el corto plazo no vemos solución a estos conflictos entre las comunidades y las empresas; en 2021, por ejemplo, hubo varias disrupciones de los proyectos mineros, sobre todo en Las Bambas, que es el proyecto más grande y que incide en la producción minera en Perú”, comentó la experta. Tampoco hay que dejar de lado la crisis por la escasez de fertilizantes.
“Este tema es muy importante y nosotros lo estamos viendo como uno de los principales conductores de inestabilidad política en los próximos 12 meses”, dijo Navas, quien agregó que Perú es el segundo mayor importador de fertilizantes en América Latina provenientes de Rusia; hay una dependencia importante de ese mercado. “Hay un déficit de urea de 180.000 toneladas (...). La combinación de precios altos de los combustibles, el tema de los fertilizantes afectando la productividad agropecuaria y la falta de una acción contundente auguran una amenaza significativa a la seguridad alimentaria del país”, agregó Navas.
¿Se avecina una destitución?
Pese a su separación del Partido Perú Libre, aún no existen los 87 votos necesarios para sacar a Castillo. “Saben que si él cae es muy probable que caigan todos”, comentó Meléndez. Sin embargo, agregó que las investigaciones en contra del mandatario han tomado un nuevo ritmo con la elección de una nueva fiscal: “Ella ha acelerado las investigaciones a un nivel no antes visto; podríamos llegar a algo inédito en la historia peruana, y es un presidente acusado constitucionalmente en pleno ejercicio de sus funciones”, explicó el experto.
Meléndez sostuvo que las elecciones regionales de octubre también serán determinantes. “Lo que van a develar estos comicios es que Castillo ni siquiera representa a lo que llaman como Perú profundo, que su movimiento político es una farsa y que no van a tener ninguna victoria importante a nivel regional (...). Castillo, definitivamente, tiró por la borda lo que significa representar a los marginales en Perú”, concluyó el experto.
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