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Peter McKinley: "Estamos muy felices con el resultado de California"

El diplomático aseguró que el debate sobre la legalización de la droga no se va a resolver en un día.

Angélica Lagos Camargo
09 de noviembre de 2010 - 11:59 p. m.
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Dice que la información que han dado los extraditados ha permitido aclarar cerca de 30.000 asesinatos. 

Peter Michael McKinley piensa varios segundos antes de responder cada pregunta. “Todavía no recuerdo bien mi español”, se excusa, resaltando que llegó a Colombia hace apenas tres meses. Es un conocedor de la región: nació en Venezuela y se crió entre Brasil, México, España y Estados Unidos. Dice que Colombia está en un momento interesante y les responde a quienes critican la “relación especial” que el país entabló con Washington hace ocho años: “Nunca vimos que Colombia se haya aislado de la región o nos haya favorecido”.

¿Cómo analiza la derrota electoral que sufrió el presidente Barack Obama en las elecciones del martes pasado?

Desde hace décadas, en las elecciones de mitad de mandato se dan resultados interesantes y, a veces, sorpresivos. Lo que se vio el 2 de noviembre es un indicio de que la voluntad del pueblo americano se expresa de formas diferentes cada dos y cuatro años. Era un resultado que se perfilaba, el presidente Obama reconoció en sus declaraciones que fue “una paliza”. Sin embargo, en el sistema americano, resultados como estos siempre abren el camino a esfuerzos de negociar posiciones comunes trabajando los grandes temas de la nación. Tanto los líderes republicanos como el presidente indicaron su disposición de trabajar estos temas en conjunto.

¿Cree usted que con la llegada al Congreso del Tea Party —el ala ultra conservadora del Partido Republicano— hay posibilidad de negociación?

Lo importante es que tenemos un sistema de dos partidos muy fuertes. Siempre se ha trabajado para buscar posiciones en común. Sin ese tipo de compromiso entre los partidos no es posible llevar a cabo el gobierno.

Existe la creencia en Colombia de que con los republicanos es más fácil que se apruebe el Tratado de Libre Comercio. ¿Usted lo ve así?

Cuando vino a Bogotá hace unas semanas, el subsecretario adjunto de Estado, James Steinberg, señaló que posibles cambios en la composición del Congreso americano podrían abrir la puerta a una consideración del TLC. Lo importante para recalcar es que en tres oportunidades durante el último año el presidente Obama insistió en su intención de ratificar el acuerdo. Dados los cambios en el Congreso, pero también tomando en cuenta la importancia de estar de acuerdo sobre cómo seguir, veremos qué decisión toma el Ejecutivo respecto al mejor momento de presentar de nuevo el TLC para su ratificación.

Usted ha dicho que una de sus prioridades son los Derechos Humanos. ¿Cuál es su percepción de los ‘falsos positivos’ y por qué el gobierno de EE.UU. certificó a Colombia a pesar de esto?

Desde hace muchísimos años, el gobierno de EE.UU. ha trabajado el tema de Derechos Humanos. Desde el comienzo del Plan Colombia ha insistido en la importancia de respetarlos. En el caso de los ‘falsos positivos’, el Gobierno ha hecho un esfuerzo muy importante para frenar la situación y ha declarado su intención de seguir con las investigaciones. Creo que estamos muy bien encaminados.

Se dijo en algún momento que algunas agencias estatales que participaron en el tema de las chuzadas podrían perder la ayuda de EE.UU. por dicha conducta...

Volviendo a la certificación, si uno ve el documento completo de la certificación, claramente expone nuestras preocupaciones sobre este tema, incluyendo las chuzadas. Lo importante es enfocarse en lo que ha hecho y en lo que se está haciendo para corregir la situación.

Hay muchas quejas por la dificultad que existe en EE.UU. para que los jefes paramilitares den su versión en el marco de la Ley de Justicia y Paz.

Somos muy sensibles sobre la importancia de permitir que haya acceso a los extraditados en Estados Unidos. Entendemos la importancia y trabajamos desde hace años fortaleciendo las instituciones, el sistema de acceso que permite a miles de víctimas colombianas saber qué fue lo que aconteció en el pasado. En términos de quienes han sido extraditados a los EE.UU. se han realizado varias audiencias, y para facilitar aún más el proceso se establecieron dos salas en Virginia y Florida para permitir un mayor acceso a las víctimas.

Parece que ahí surge un nuevo problema y es que los paramilitares no quieren hablar. ¿Cómo resolver eso?

Este no es un sistema perfecto, depende de la cooperación. A través de los últimos cinco años ha habido un nivel de cooperación en términos generales que ha ayudado a millares de familiares de víctimas a conocer la verdad sobre los abusos, despojos, asesinatos y violaciones. Hablamos de información de cerca de 30.000 asesinatos.

¿Qué opina del resultado del referendo sobre la legalización de la marihuana en California?

El gobierno de EE.UU. se oponía totalmente a la Proposición 19, así que estamos muy felices con el resultado en California.

¿Cómo vio el debate que se dio en América Latina sobre el tema? Incluso el presidente Juan Manuel Santos propuso revaluar la lucha antidrogas.

El debate sobre legalización lleva décadas y seguramente no se va a resolver en un día. Son temas importantes que se ponen en discusión, pero mientras tanto hay que continuar con la tarea importantísima de trabajar contra las mafias. Esta problemática no va a desaparecer porque haya un debate. Y quiero dejar muy claro que la lucha contra el narcotráfico no es contra los campesinos o poblaciones marginales, es contra las mafias.

Se cumplen 25 años del holocausto del Palacio de Justicia, acto financiado por un grupo de narcotraficantes que se oponía a la extradición. El debate sigue abierto en Colombia, ¿cree que esa figura sigue vigente?

La cooperación Estados Unidos-Colombia sobre este tema ha sido excelente. Son más de 2.000 personas que han sido extraditadas y esto ha ayudado en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo en ambos países. Que haya debate sobre extradición es normal, pero ya tenemos una trayectoria fuertísima de éxito.

¿Cómo ve hoy en día el tema del narcotráfico en Colombia?

La producción ha bajado el 50% o más, el Estado ha logrado hacer presencia en todos los rincones del país y las fuerzas del orden público han mejorado mucho. El trabajo tiene que continuar, pero los logros son indiscutibles.

Una de las ideas del presidente Santos es “desnarcotizar” la agenda y volverse un “socio estratégico de EE.UU.”. ¿Su gobierno está en la misma línea?

Sí, tenemos la misma hoja de ruta. La agenda ahora es mucho más amplia, va más allá de los temas de seguridad. Tenemos una relación económica estrecha y cooperamos en foros internacionales. Que Colombia esté en el Consejo de Seguridad, por ejemplo, es importantísimo para nosotros. Es un momento muy interesante para ambos países.

Durante ocho años Colombia sacrificó sus relaciones en la región por volverse el aliado de EE.UU. Ahora que el presidente Santos reenfocó las relaciones con Brasil y Venezuela, ¿cómo evalúa Washington ese cambio?

Nunca hemos visto que Colombia se haya aislado de la región o nos haya favorecido. Colombia sí ha tenido un papel importante regional en América Latina y lo sigue teniendo, pero en un momento tenía que enfrentar desafíos de seguridad. A partir de 1999, EE.UU. y Colombia trabajaron para asegurar que se podía ganar la lucha contra los grupos armados ilegales en el país, contra los grandes carteles que amenazaban con desatar la peor violencia y debilitar el Estado en Colombia. Eso no significa que Colombia no mantuvo relaciones, tuvo que enforcarse en estas importantes cuestiones.

¿Cómo ve a la región ahora?

Desde 2008 y 2009 está surgiendo una América Latina en la que Colombia es un componente importantísimo. Veo este momento como una cosa excelente en términos del perfil de Colombia a nivel regional y no es un contraste con un abrazo demasiado estrecho con EE.UU.

Luego del fallo de la Corte Constitucional sobre las siete bases militares de EE.UU. en Colombia, ¿qué están haciendo los dos gobiernos?

Respetamos el fallo de la Corte y estamos trabajando con base en las indicaciones del gobierno colombiano.

Por Angélica Lagos Camargo

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