Petro dice que el Tren de Aragua está “desmantelado”; la realidad es otra
Pese a las capturas de tres líderes del Tren de Aragua en Colombia, celebradas por el presidente, expertos advierten que la organización criminal sigue activa y adaptándose en América Latina.
Camilo Gómez Forero
El miércoles, en el marco de la ceremonia de ascensos de las Fuerzas Militares y de la Policía, el presidente Gustavo Petro celebró lo que consideró como un golpe fatal contra el Tren de Aragua, la organización criminal venezolana que se ha propagado con facilidad por todo el continente desde 2018.
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El miércoles, en el marco de la ceremonia de ascensos de las Fuerzas Militares y de la Policía, el presidente Gustavo Petro celebró lo que consideró como un golpe fatal contra el Tren de Aragua, la organización criminal venezolana que se ha propagado con facilidad por todo el continente desde 2018.
“(Está) prácticamente desmantelado el Tren de Aragua en América Latina por (las) capturas hechas en Colombia”, escribió el presidente Petro en su cuenta de X.
En solo un mes, tres miembros de la organización, que las autoridades locales aseguran que son de sus máximos cabecillas, fueron capturados en Colombia, motivo de celebración del presidente. El 17 de noviembre, Jeison Alexánder Lorca Salazar, alias “Jeison Comino”, fue atrapado en una lujosa propiedad en el departamento de Santander. Unas semanas después, el 7 de diciembre, Carlos Francisco Gómez Moreno, jefe del grupo en Chile bautizado como alias “Bobby”, fue capturado en Norte de Santander. Y el miércoles, Johan Michael García Rojas, alias “Gallina”, considerado el tercer cabecilla de la agrupación, fue capturado en Cali, Valle del Cauca.
Las tres capturas son, sin duda, relevantes. Alias “Bobby”, por ejemplo, es uno de los hombres de confianza de Héctor Guerrero Flores, alias “Niño Guerrero”, el presunto líder del Tren de Aragua. Dicha captura, junto con los dispositivos tecnológicos que fueron incautados en la operación, dejó pistas para la búsqueda del “Niño Guerrero”, según las autoridades. Sin embargo, las operaciones actuales y las dinámicas de esta organización hacen que sea desacertado decir que el Tren de Aragua está “prácticamente desmantelado”, pese al par de golpes que ha sufrido.
El primer argumento en contra de esta idea llegó un día antes de la captura de alias “Gallina”. El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana de México (SSPC), Ómar García Harfuch, admitió por primera vez que el grupo venezolano tenía presencia en la capital mexicana, un hecho que habían minimizado o negado funcionarios del gobierno.
“Este reconocimiento del secretario de Seguridad, que se da justamente en la rueda de prensa que da la presidenta Claudia Sheinbaum, le da una connotación bastante fuerte al asunto. Sobre todo, porque México oficialmente no había reconocido que estuvieran allá”, apuntó Ronna Rísquez , periodista de investigación venezolana y autora de “El Tren de Aragua: la banda que revolucionó el crimen”.
Esto sugiere que el grupo no se está recogiendo pese a los golpes: se sigue expandiendo. Y que, como dice Rísquez, continúan pasando muchas cosas asociadas a la organización. En México, el Tren de Aragua ha estado detrás de delitos como explotación sexual y tráfico de personas. De hecho, un reciente doble feminicidio, relacionado con estos crímenes, expone la gravedad de las operaciones de este grupo, su penetración y su capacidad trasnacional.
Susej y Stephanie, dos venezolanas de 20 y 21 años, respectivamente, fueron asesinadas, quemadas y arrojadas en el sur de la capital mexicana en julio de este año, luego de que intentaran escapar de sus captores. Ambas llegaron a Bogotá en 2019 y se separaron un año después: Susej fue a Cali y Medellín, luego a Ecuador y después a Lima, antes de llegar a México. Stephanie, por otro lado, pasó por Chile.
“Ese caso de esas chicas coincide con la manera de operar del Tren”, según Rísquez.
Son las rutas de la trata que sostiene la organización que, pese a los golpes sufridos en diferentes países, como Colombia, Chile y Perú, no han sido desarticuladas por completo. Rísquez también menciona que esta semana se encontró una célula del Tren operando en las cercanías del Palacio de La Moneda, sede del Ejecutivo, en Santiago de Chile. Este es un aspecto clave para entender a esta organización.
Como dijo el secretario García Harfuch, el hecho de que haya personas asociadas al Tren cometiendo delitos no significa que haya una operación de la organización en la zona, algo que destaca Rísquez. Por eso hay que ver al Tren, más que como una organización compleja, como un modelo de “gobernanza criminal y carcelaria”, según escribió el exministro de Interior de Perú, José Luis Pérez, experto en criminología.
“Actualmente, si el máximo jefe da la banda, llamado ‘Niño Guerrero’, fuese capturado y se desarticulara la banda, el modelo criminal seguiría funcionando... No solo podemos afirmar que este nuevo modelo de gobernanza criminal y carcelaria es replicable en otras realidades ajenas a su natal estado de Aragua y a su destruida cárcel de Tocorón (donde nació el Tren), sino que, de hecho, ha sabido ‘metamorfosearse’ en cada país”, escribió en “Infobae”.
En otras palabras, capturar a los líderes de la banda no está siendo efectivo para detener un modelo de “franquicia” en el que importa poco cuanta “mayor vinculación o dependencia de la original banda venezolana” tengan sus células. Lo importante, dice el experto, es que actúan como ella. Por otro lado, Rísquez identifica que Petro incurre en un gran error de entrada.
“Si tu criterio es que por detener a una persona implica que la organización está desapareciendo, pues primero tienes que detener a los jefes reales. Y eso no está pasando. Es supremamente aventurado decir que se ha desarticulado la banda porque ni siquiera tienes al uno, al dos, al tres, al cuatro... Lo que anuncia el presidente es una tontería porque, al final, la persona que acaban de detener, ni siquiera sabemos en qué lista figura. ¿Quién dice que es una persona importante dentro de la organización? Incluso hay funcionarios que han hecho investigaciones en Colombia sobre la organización y que han sido claves en identificar y detener a piezas verdaderamente importantes y ni siquiera saben quién es este hombre”, destaca Rísquez.
La periodista, que resta importancia a las capturas anunciadas en el último mes, pues figuran unas solicitudes de Interpol que no recaen sobre ninguno de esos nombres que han sido publicados, señala que a los únicos que han capturado verdaderamente importantes son a Larry Amaury Álvarez Núñez, más conocido como “Larry Changa”, a Carlos Antonio López Centeno, al que apodan “Pilo”, así como a Eryk Manuel Landaeta Hernández, ‘Eryk’, jefe logístico del Tren de Aragua y uno de los hombres de confianza de alias Giovanny, cabecilla de esta organización criminal. Todos, esos sí, atrapados en Colombia. Pero vuelve al mismo punto.
“Si la desarticulación del grupo criminal depende de la captura de sus integrantes, pues lo más importante en este caso sería detener a los jefes más importantes, y estos no han sido detenidos y no se sabe dónde están. Mientras eso no pase, no puedes hablar de que el grupo esté desarticulado. Lo que veo es que Petro puede estar buscando algún resultado para mostrar, algún éxito, en medio de sus problemas revueltos por la ‘paz total’, que es visiblemente improbable de lograr”, remata Rísquez.
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