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Joe Biden (76), la fórmula vicepresidencial de Barack Obama, podría ponerle fin este miércoles a meses de incertidumbre sobre su futuro político, pues se espera que anuncie oficialmente su candidatura a la presidencia de Estados Unidos para las elecciones de 2020. No sería la primera vez que el demócrata, con cerca de cuatro décadas de carrera política, aspire al liderazgo de la nación, pues ya se había presentado en dos ocasiones (1988 y 2008), en las que se retiró de la contienda tras cometer varios errores en su campaña y recibir poco apoyo. En 2016, aprovechando la exposición que le dio su cargo en el gobierno Obama, pensó de nuevo en lanzarse a la presidencia, pero la muerte de su hijo, Beau, y la fortaleza que gozaba la candidata Hillary Clinton lo hicieron renunciar a sus aspiraciones de nuevo. Pero ahora, según expertos, es el mejor momento para lanzar su campaña, pues además de gozar con un alto índice de respaldo, es la fórmula ideal del Partido Demócrata para contrarrestar al presidente Donald Trump, quien ya ha dejado ver sus intenciones de quedarse cuatro años más en el poder.
Biden, como Trump, no se pone límites a la hora de hablar. Su lengua imprudente metió en varios líos al presidente Obama durante su gobierno, como cuando aseguró en una entrevista que apoyaba al matrimonio entre personas del mismo sexo, obligando al mandatario a unirse a la lucha por los derechos LGBT de manera anticipada a la que planeaba la Casa Blanca y a crear así el camino para la legalización del matrimonio gay. También se recuerda cuando, a inicios de la administración, aseguró que Obama necesitaría “una crisis internacional generada” para ponerse a prueba, comentario que algunos sectores interpretaron como un sinónimo de la inexperiencia del gobierno. La Casa Blanca en ese entonces tuvo que explicar que a lo que se refería el vice era a “que todos los presidentes enfrentan desafíos desde el primer día” y esta no sería la excepción. Sin embargo, todos esos errores en sus declaraciones podrían darle a Biden un toque ganador en esta carrera electoral. Le puede interesar: Así es Pete Buttigieg, el primer precandidato presidencial de EE. UU. abiertamente gay
“Tenemos una nueva realidad cuando se trata de meteduras de pata políticas accidentales. Para Joe Biden, cuyos errores ocasionales son bien conocidos, son simplemente inocentes y quizá torpes. Pero en contraste con los delitos intencionales diarios de Trump, Biden parece casi pintoresco. Más que nada, él es completamente genuino. Obtienes lo que ves. Y nadie piensa que es simplón. Aunque no es modesto, Biden está en la liga de Trump cuando se trata de ego”, declaró el consultor de estrategias de campañas políticas, Steve Rabinowitz, a Univisión.
Poco después de convertirse en senador, Biden perdió a su esposa y a su hija en un accidente de tránsito. El incidente lo hizo querer abandonar su carrera en la política y su deseo de llegar a la presidencia. La historia de los dos hijos que le quedaron de ese matrimonio, Hunter y Beau, también le generan preocupación. En 2015, Beau murió de cáncer de cerebro, y su hermano, Hunter, que fue acusado de tener problemas con el alcohol y las drogas, comenzó a salir con su cuñada viuda. Conociendo a Trump, Biden esperaría que se meta con sus asuntos familiares en los debates políticos. Además, las recientes acusaciones de acoso en su contra también frenaron su postulación al cargo. Lea también: "Seré más respetuoso con el espacio personal de la gente": Joe Biden
Sin embargo, los expertos coinciden en que el lanzamiento de su hipotética campaña, de quererla hacer, ya no puede esperar más. El tiempo apremia en la carrera electoral, y según consejos del presidente Barack Obama, para lograr la victoria en las primarias demócratas, a las que ya se han presentado una decena de precandidatos, hay que ganar terreno recorriendo estados claves con un año de antelación a la Convención Nacional Demócrata, que se celebrará en Wisconsin, entre el 13 y 16 de julio de 2020.
Además, todas las piezas del rompecabezas ya estaban puestas sobre la mesa para el sí final de Biden. El demócrata reapareció en los principales discursos públicos en las últimas semanas, con énfasis en el plano internacional para ganar simpatía en el exterior. Su actual esposa, Jill Biden, también confesó que está lista para enfrentar a “los acosadores”, un comentario que muchos relacionaron con una hipotética carrera contra Trump. También la máquina de recaudación de fondos ya estaba puesta en marcha para la campaña, al igual que la maquinaria política del partido. El asesor de Biden, Steve Ricchetti, se comunicó con otros candidatos y colaboradores demócratas para indicar la posibilidad de que el exvicepresidente ingresara a la contienda, y su núcleo político cercano también comenzó a ofrecer puestos a experimentados estrategas de campaña demócratas para colaborar en la misión.
Finalmente, está el respaldo del público, principalmente de la clase media a la que también le ha apuntado Trump. Hace apenas unas semanas, el sindicato de bomberos aclamaba a Biden durante un discurso y le pidieran que oficializara su campaña. Las encuestas publicadas este año le dan una ventaja, por el momento, sobre Trump de cerca del 8 %. Con el nombre, el recorrido y el respaldo para llegar a la cima, Biden es la mejor apuesta del Partido Demócrata. De no llegar a participar en la campaña, expertos en sondeos políticos, como Celinda Lake y Patrick Murray, coinciden en que el voto demócrata quedaría indeciso, pues sin el vice de Obama no hay un verdadero líder dentro de las votaciones.