Policías se amotinan en tres ciudades de Bolivia

Unidades de policías de tres ciudades de Bolivia se amotinaron este viernes contra el presidente Evo Morales, mientras la oposición exige en las calles su renuncia tras su cuestionada reelección. El gobierno todavía no se ha pronunciado.

AFP
09 de noviembre de 2019 - 12:25 a. m.
Las ciudades en las que se presentaron los motines son de mayoría opositora al presidente Evo Morales. / EFE
Las ciudades en las que se presentaron los motines son de mayoría opositora al presidente Evo Morales. / EFE
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La primera en rebelarse fue la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP) de la ciudad central de Cochabamba y poco después se amotinaron los comandos de la policía de Sucre (sur, la capital de Bolivia) y de Santa Cruz, rica región del oriente del país y bastión opositor.

"Estamos amotinados", dijo escuetamente a una televisora local -y con el rostro cubierto- un policía de la UTOP de Cochabamba, unidad encargada de reprimir manifestaciones.

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"La policía de Chuquisaca (Sucre) se está uniendo en apoyo a los camaradas que se han amotinando en Cochabamba", declaró a su vez otro agente de la capital boliviana que también tenía el rostro cubierto. El gobierno no ha comentado los motines hasta ahora.

El líder regional Luis Fernando Camacho, erigido como el rostro más visible y radical de la oposición boliviana, había pedido el sábado pasado a militares y policías que se unieran a la oposición en esta crisis desatada tras la polémica reelección de Morales en los comicios del 20 de octubre.

Camacho estaba en un mitin en la zona sur de La Paz este viernes en la tarde cuando se difundió la noticia del motín en Cochabamba. La multitud lanzó una ovación y comenzó a corear: "¡Policía amigo, el pueblo está contigo!".

Varias organizaciones y colectivos sociales se han unido a Camacho conformando un frente amplio contra Morales, algo que los partidos opositores no lograron hacer de cara a las elecciones, a las que llegaron con ocho candidatos a la presidencia.

En la tercera semana de protestas contra la polémica reelección en primera vuelta de Morales, que han dejado tres muertos y unos 200 heridos, La Paz permanece con el transporte público restringido por bloqueos viales, oficinas estatales asediadas por opositores y el comercio a media máquina.

Camacho, líder del poderoso Comité Cívico Pro Santa Cruz (derecha), dijo que le llevará personalmente una carta de dimisión el lunes a Morales, quien seguramente no la firmará. Pretende ir acompañado de otros dirigentes políticos y sociales.

El mandatario izquierdista indígena, de 60 años y en el poder desde 2006, ha descartado renunciar, como exige la oposición.

Morales ha hecho oídos sordos a los reclamos que lo acusan de "fraude" electoral y de buscar ganar tiempo para perpetuarse en el poder tras aceptar una auditoría de la Organización de Estados Americanos (OEA) a los comicios.

La oposición exige su dimisión, la anulación de los comicios y nuevas elecciones sin él como candidato, mientras que el presidente afirma que los comicios fueron limpios y exige respetar sus resultados.

El expresidente y candidato opositor Carlos Mesa exigió que el Congreso designe un nuevo órgano electoral que convoque a nuevos comicios, tras un informe de la consultora panameña Ethical Hacking que describió el sufragio como "viciado de nulidad". La consultora fue contratada por el propio órgano electoral y su informe divulgado por medios locales.

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Bloqueos en La Paz 

 

Las protestas, que comenzaron hace 17 días en Santa Cruz se irradiaron paulatinamente hacia todo el país y, por primera vez, se masificaron este viernes en La Paz, sede de los poderes ejecutivo y legislativo.

Las actividades en el centro de la ciudad de 800.000 habitantes estaban virtualmente paralizadas, igual que en la zona acomodada del sur. En las barriadas populares el pulso era casi normal, excepto por restricción en el transporte público.

Numerosas avenidas del sur estaban bloqueadas. Los autobuses, minibuses y taxis se movían por tramos cortos, y únicamente el teleférico (estatal) circulaba con normalidad en sus diez líneas.

En torno a la Casa Grande del Pueblo, la torre donde Morales tiene su despacho en el centro de La Paz, un gran dispositivo de seguridad impide el paso de manifestantes que, en las últimas tres noches, la han asediado.

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El edificio de 29 pisos contiguo al Palacio Quemado, la histórica casa de gobierno, es además custodiado por piquetes de mineros y campesinos afines al mandatario.

Camacho ha recibido apoyo de los cocaleros de los Yungas (valles subandinos cercanos a La Paz) contrarios a Morales.

El líder cívico sumó además el apoyo de los agricultores y ganaderos de su región y del Conade, un comité por la democracia liderado -entre otros- por Waldo Albarracín, rector de la Universidad Mayor de San Andrés, la principal de Bolivia y masivamente movilizada contra Morales. 

Camacho, abogado derechista de 40 años, espera seguir sumando aliados para llevar la carta de renuncia a Morales junto con una Biblia "para que Dios vuelva al palacio" de gobierno, según dijo. Morales criticó este viernes que la oposición "use a Jesucristo" en este conflicto. El ministro de Defensa, Javier Zavaleta, descartó que Morales vaya a recibirlo.

Por AFP

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