Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
“Es triste, pero no estoy sorprendido”, dijo Lewis Hamilton, campeón de la Fórmula Uno, al enterarse del veredicto en el caso del asesinato de Breonna Taylor el miércoles. Él, como miles de personas, estaba a la expectativa de que la justicia estadounidense le imputara a los oficiales de policía responsables de la muerte de esta mujer afroamericana de 26 años cargos por homicidio. Pero no fue así.
El miércoles, el gran jurado de Kentucky decidió no procesar a ninguno de los tres agentes acusados de asesinar a Taylor durante una redada. Apenas uno de ellos, recibió cargos por “poner en peligro sin sentido” a la comunidad durante la redada. La polémica decisión hizo que en las calles el descontento por los abusos de la policía se sintieran de nuevo. Las protestas contra la violencia policial y a favor de una reforma de esta institución resurgieron en las principales ciudades del país. Esto es lo que sabemos sobre el caso.
¿Cómo murió Breanna Taylor?
Taylor, una auxiliar médica afroamericana, fue asesinada a tiros por agentes de la policía en Louisville en marzo, durante una fallida redada policial.
El apartamento donde vivía Taylor junto a su novio, Kenneth Walker, hacía parte de una lista de cinco redadas antinarcóticos por parte de la policía.
Cuando la policía llegó a la puerta de su apartamento, Walker les disparó a los agentes un tiro de advertencia pensando que se trataba de un intruso. No sabía, dice, que eran las autoridades. Los agentes John Mattingly, Brett Hankison y Myles Cosrgove respondieron al fuego con un total de 32 disparos, seis de ellos impactaron contra el cuerpo de Taylor. Uno de ellos fue mortal.
¿Qué ha pasado desde entonces?
El asesinato de Taylor no obtuvo protagonismo en las noticias hasta que la muerte de George Floyd revivió este y otros casos de abuso policial que han sucedido a lo largo del año.
La investigación de este homicidio no logró avances hasta junio, cuando el proceso fue de nuevo examinado. El pasado 9 de septiembre se anunció que un gran jurado escucharía el caso de Taylor y decidiría cuál sería el destino de los tres oficiales involucrados en su muerte, quienes no habían sido acusados de ningún cargo. Solo uno de ellos, de hecho, fue despedido. Los otros dos fueron reasignados. La decisión de este gran jurado llegó el miércoles, y se determinó que ninguno de los oficiales debería ser procesado por homicidio.
¿Por qué no?
Como señaló el fiscal general de Kentucky, Daniel Cameron, “había que investigar los hechos para determinar si hubo violaciones penales de la ley estatal en la muerte de Taylor”. Esto es ante todo un problema en la ley.
Lo que Cameron trató de sugerir es que la vida de Taylor estaba por debajo del accionar de los policías. Según la ley estatal, los oficiales estaban defendiéndose, por lo que se está justificando que el sargento Mattingly le disparara a Taylor seis veces y que el detective Cosgrove le proporcionara el tiro que le causó la muerte.
Es muy difícil que un agente de policía sea procesado por homicidio en un caso como el de Taylor porque la ley protege sus acciones. Un promedio de ocho oficiales al año han enfrentado cargos de homicidio desde 2005, pese a que se presentan cerca de 1.000 casos anualmente. Y hay otra cifra que habla mucho sobre lo complejos que son estos procesos: de 121 oficiales que fueron procesados, solo 44 fueron condenados, de acuerdo con las estadísticas sacadas por el Dr. Philip Stinson, criminólogo de la Universidad Estatal de Bowling Green.
“Existe una división real entre el sentido común y lo que el público espera y el estándar legal (para acusar a los policías)” le dijo Stinson a The Wall Street Journal. Ese estándar legal del que habla es muy alto, y es una de las cosas que, para los manifestantes que piden una reforma policial, debe cambiarse pronto.
Las protestas regresaron. ¿También volvió la violencia?
Las protestas se extendieron a ciudades como Nueva York, Washington y Los Ángeles, pero el epicentro de las concentraciones fue Louisville.
En esta ciudad, algunas manifestaciones se tornaron violentas cuando aparecieron las autoridades. Dos oficiales de la policía fueron heridos de bala en medio de las manifestaciones en Louisville, ciudad donde murió Breonna Taylor. Un hombre de 26 años fue arrestado como el principal sospechoso de atacar a los policías y “poner en peligro la vida” sin sentido.
“Hubo un total de 127 arrestos durante la protesta de anoche y de esta madrugada”, comunicó a la AFP el portavoz de la policía local, Dwight Mitchell.
Las autoridades de Louisville impusieron un toque de queda entre las 21:00 locales de este jueves y las 06:30 del viernes, temiendo que se presenten nuevas protestas violentas en la ciudad.
Gran parte del centro de esa ciudad de 600.000 habitantes está cerrado al tráfico, y varias tiendas protegieron sus vitrinas con tablones ante la posibilidad de nuevos disturbios.
“Va a haber más violencia esta noche. La gente está cansada”, advirtió a la AFP Marcus Reede, de 52 años, dueño de un restaurante en Louisville.
El presidente estadounidense Donald Trump, que ha hecho del lema “ley y orden” uno de los motores de su campaña rumbo a las elecciones del 3 de noviembre, tuiteó que “rezaba” por los policías hospitalizados.
Desde junio, Estados Unidos ha sido escenario de manifestaciones exacerbadas por varias muertes de ciudadanos negros a manos de la policía, por la polarización política y por la retórica incendiaria del mandatario republicano.
“Breonna Taylor merece que se haga justicia”, dijo Decorryn Adams, un afroestadounidense de 17 años en Louisville. “Nada va a cambiar si no nos mantenemos unidos”, añadió.
Le recomendamos: Policía de Estados Unidos: ¿La hora de rendir cuentas?