Primer año de Biden: ¿por qué es tan impopular?
Las cosas en el país están mucho mejor de lo que reflejan las encuestas sobre el presidente, según expertos. Errores en comunicación y la falta de avances en temas claves responden al descontento.
Camilo Gómez Forero
Tras estos convulsos 12 meses, resulta muy complejo resumir el primer cuarto de gobierno de Joe Biden. La pregunta esencial es: ¿cómo evaluarlo de la manera más objetiva? Las dos rutas que elegimos, un examen sobre su campaña y una revisión sobre su popularidad, nos ofrecen la misma conclusión. Vamos paso a paso.
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Tras estos convulsos 12 meses, resulta muy complejo resumir el primer cuarto de gobierno de Joe Biden. La pregunta esencial es: ¿cómo evaluarlo de la manera más objetiva? Las dos rutas que elegimos, un examen sobre su campaña y una revisión sobre su popularidad, nos ofrecen la misma conclusión. Vamos paso a paso.
🤔 Primero, ¿Biden ha cumplido con sus promesas?
Hasta ahora el rastreador de las promesas de Biden de PolitiFact, que monitorea los avances de las 100 promesas de campaña más importantes del presidente, no da un mal panorama sobre este gobierno.
- 🤞 El recuento muestra 16 promesas cumplidas, 46 promesas en marcha, compromiso sobre otras tres, 10 que no han podido ser abordadas y ninguna promesa rota.
Entre las promesas cumplidas se destacan, desde luego, las que responden a la pandemia de coronavirus.
- 💉 Biden alcanzó el hito de 100 millones de dosis de vacunas aplicadas 58 días después de asumir la presidencia, eso fue 42 días antes de la fecha límite que se había fijado. La campaña de vacunación continuó de manera positiva: hoy el 63 % de los estadounidenses están completamente vacunados y el 75,7 % ya recibió su primera dosis.
También se aumentó el testeo de casos y se aprobó la Ley de Plan de Rescate Estadounidense de 2021, un nuevo paquete de estímulo económico por US$1,9 billones para las pequeñas empresas que ayudó a reducir la pobreza infantil a la mitad, se restauró la Dirección del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca para la Seguridad de la Salud Global y el país se reintegró a la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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Pero la mayor victoria de Biden fue la aprobación de su proyecto de infraestructuras de US$1 billón, con el que se espera mejorar las carreteras, puentes, sistemas de agua y la banda ancha de la nación. Este contó con el respaldo de 19 senadores republicanos, incluido el líder de la minoría, Mitch McConell, y fue el único momento en el que se consiguió un amplio apoyo bipartidista.
“Esto es lo que puede suceder cuando los republicanos y los demócratas deciden trabajar juntos por algo”, dijo el senador Rob Portman (R-Ohio).
Aun así, con varias promesas cumplidas y decenas más en marcha, el presidente se enfrenta a un escenario adverso. Y es que, hoy por hoy, pocos votantes le dan crédito a Biden por ese millonario plan de rescate que envió cheques a cientos de miles de hogares o por su plan de infraestructuras que significará miles de empleos nuevos.
“Es una situación irónica donde las políticas son más populares que los políticos, lo cual es muy raro. Por lo general es al revés”, le dijo Celina Lake, una encuestadora demócrata, a The Guardian.
🤷 Si hay promesas cumplidas, ¿por qué Biden es tan impopular?
La respuesta corta es porque las promesas cumplidas hasta ahora no son necesariamente las más urgentes para quienes votaron por Biden. El electorado requiere movimiento sobre los proyectos específicos que los llevaron a votar por el demócrata, y no hay resultados hasta ahora en esos frentes. A esto se suma que el gobierno no ha sabido comunicar sus aciertos a nivel masivo, como el del proyecto de infraestructura o el auxilio económico, y a que la economía en el país no atraviesa por el mejor momento. Pero ya llegaremos a ese último punto.
📈 ¿Qué tan impopular es Biden?
Si hacemos el cálculo con las cifras de aprobación de todos los presidentes estadounidenses desde Harry Truman -tomando, claro, solo el primer año en la Oficina Oval como referencia-, Biden tiene uno de los peores desempeños registrados en cuanto a aprobación de su gestión entre el público con el 42,3 %.
- Las gráficas nos indican que la aprobación de su gobierno tras el primer año solo es mejor que la de un exmandatario: Donald Trump. Y desde 1945 solo dos presidentes, Gerald Ford y Bill Clinton, tuvieron meses con índices de aprobación más bajos que los de Biden.
⚠️ ¿Por qué Biden no cumple con las promesas urgentes primero para remediar su imagen?
La respuesta corta es porque no puede. Biden sobreestimó su capacidad de negociación y el compromiso de Washington para lograr acuerdos bipartidistas. A pesar de su larga trayectoria en el Capitolio, el mandatario no solo fue incapaz de trabajar con los republicanos, sino que tampoco ha logrado unificar a su bancada. Y sin la unión de su partido y sin conciliaciones con la oposición en el Congreso ha sido imposible que los puntos más progresistas de su agenda prosperen. Pero revisemos cuáles son esas promesas urgentes.
⚖️ Democracia y justicia
PolitiFact señala que también hay 24 promesas de campaña del presidente que actualmente están estancadas, entre estas la Ley de Derechos Electorales de John Lewis y la Ley de Libertad para Votar, dos proyectos que se debatieron el miércoles, que buscan proteger el derecho al voto en el país y que fueron fundamentales para conseguir el apoyo de los votantes afros en las elecciones de 2020.
Los republicanos obstruyeron el avance de los dos proyectos mencionados en el Senado, asestando así la última gran derrota legislativa del gobierno. Si a eso le sumamos que tampoco hay progresos en la reforma policial, otro de los pilares del apoyo de los afroamericanos a los demócratas, es comprensible que el respaldo a Biden en las encuestas por parte de este sector se haya desplomado.
Al igual que la defensa sobre el derecho al voto, los republicanos también hundieron la Ley de Justicia George Floyd, la cual buscaba reformas a la policía. De nuevo, no se pudo lograr una medida bipartidista.
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🌲 👩🎓 Medio ambiente y educación
Aunque Biden ha tomado acciones frente al cambio climático, como reintegrar a Estados Unidos al Acuerdo de París y ordenar a las agencias gubernamentales que dejen de financiar proyectos de combustibles fósiles intensivos en el extranjero, estas han sido insuficientes para complacer a los votantes jóvenes que requieren más combate en este frente.
- Si bien Biden ha convocado cumbres climáticas y se ha unido a acuerdos para revertir la deforestación y reducir las emisiones de carbón, los mayores esfuerzos en la financiación para combatir esta emergencia han fracasado en el Congreso.
Esos fracasos legislativos están marcados no solo por la oposición de los republicanos, sino por la resistencia de su propia bancada. El senador demócrata Joe Manchin, quien representa a uno de los estados donde la industria del carbón es más fuerte, se ha mostrado contrario a la mayoría de las políticas verdes de Biden para no molestar a sus votantes en Virginia.
- Ahora mismo Manchin tiene en vilo el proyecto Build Back Better de Biden en el Senado, el cual presenta medio billón de dólares en incentivos fiscales para enfrentar el cambio climático. Por ahora no hay acuerdo y se teme que el proyecto haya muerto.
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Al disgusto de los jóvenes por la pasividad frente al cambio climático se suman las enormes deudas estudiantiles que representan más de US$1,7 billones y que asfixian a más de 45 millones de personas, uno de cada seis adultos, según el Centro de Protección al Deudor Estudiantil. Si bien Biden ha extendido la moratoria sobre los préstamos estudiantiles, el gobierno sigue bajo presión para condonar las deudas y revisar todo el sistema de préstamos, ampliamente criticado. También es comprensible que el apoyo de los jóvenes se haya reducido ante el estancamiento de las promesas verdes y de educación.
💲 😷 Economía y salud
Como dijo James Carville, asesor de Bill Clinton: “Es la economía, estúpido”. Todos los expertos en política en el país saben que un mal momento económico representa impopularidad, y la actual crisis económica contribuye al descontento con Biden. Eso lo dan por sentado los votantes hispanos, otro de los focos electorales claves, quienes se quejan de manera concisa sobre su situación financiera. Este es un problema que se ha posicionado en todos los sectores que apoyaron a Biden por encima de los lentos avances en la agenda.
¿Qué tan grave es?
Como señala Allan Lichtman, profesor de historia en la Universidad Americana de Washington, “la economía en realidad es mejor que la percepción. El desempleo se ha reducido al 3,9 %. Se crearon muchos millones de puestos de trabajo y vas a tener inflación en esas circunstancias. Pero el mensaje no ha salido. Todo el mundo piensa que Biden ha hecho un mal trabajo”.
Durante la administración Biden se han agregado 6,4 millones de trabajos, la mayor cantidad registrada en el primer año de cualquier presidente, y los salarios promedio han aumentado ante las renuncias masivas de empleados, aunque no lo suficiente para cumplir con las demandas de los votantes.
Sin embargo, hay un punto desalentador: la inflación subió al 7 % en 2021, el mayor incremento anual en las últimas cuatro décadas.
Los economistas señalan que es complicado culpar a Biden de la inflación. Contrario a las acusaciones de los republicanos, de que el gasto público y el paquete de estímulo de Biden aumentaron el déficit, hay que recordar que los precios de bienes que consumen los hogares estadounidenses ya estaban en sus niveles más altos antes de que llegara Biden.
“Hay fuerzas comunes detrás del aumento de los costos: los precios mundiales del petróleo, los problemas de la cadena de suministro de la pandemia y la forma en que el virus ha cambiado los hábitos de gasto”, señaló la organización de noticias Marketplace. En todo el mundo, el gasto se concentró en los bienes, que son escasos debido a los problemas de producción. Es un problema con el que no solo carga Estados Unidos.
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Como señala Sarah Longwell, estratega republicana anti-Trump, las calificaciones sobre Biden no son precisamente un reflejo sobre él, sino la muestra del descontento sobre el tercer año de la pandemia y la inflación, que, de nuevo, no es explícitamente culpa del presidente.
“Es un elemento que no tiene nada que ver con Joe Biden. Simplemente, es un momento difícil”, dice Longwell.
Lo que estas cifras sugieren, como indica Longwell, es que la economía ahora es una prioridad para el país y que mientras los bolsillos se vean notablemente afectados eso se verá reflejado en la gran desaprobación de Biden.
Superado ese momento difícil del que habla Longwell, puede que el castigo en las encuestas no sea tan duro con el presidente. El problema para Biden, entre muchos otros, es que la inflación se mantendría alta hasta después de la segunda mitad de 2022, según el Departamento del Tesoro. Y si este es el factor que más conduce a su baja popularidad, es de esperar que influya en las elecciones de medio término de noviembre, donde los demócratas se juegan el control del Congreso.
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En cuanto a la pandemia, aunque la estrategia nacional de Biden parece estar bien articulada, según la epidemióloga Michelle Williams, de la Escuela de Salud Pública de Harvard, solo el 44,6 % de los ciudadanos aprueban su gestión de la pandemia, según el portal 538. El público perdió el interés por la nueva orientación epidemiológica por los problemas de comunicación de los Centros para el Control y la Prevención de enfermedades. Ahora que las variantes como delta y ómicron han demostrado su potencia, los votantes demócratas piden ser menos laxos y hacer lo posible por reinstalar la obligatoriedad del uso de tapabocas y las vacunas para los trabajadores a nivel federal.
📊 ¿Cómo recuperarse de esto?
Harto de que su sueño bipartidista no pueda realizarse, Biden cambió su plan desde la semana pasada y ha hecho campaña para que se cambien las reglas en el Senado. De esta manera, no sería necesario pactar con los republicanos para avanzar en su agenda. No obstante, la resistencia de Joe Manchin y Krysten Sinema, congresistas demócratas, lo ponen en aprietos. Ambos se niegan a cambiar las reglas del Senado y ayudar a Biden, lo que ha ocasionado una guerra civil dentro del partido. Así que el presidente tiene dos opciones.
Robert Reich, exsecretario de Trabajo y profesor de la Universidad de Berkeley, dice que Biden deberá sentarse a negociar específicamente con los republicanos más moderados, como Mitt Romney, Susan Collins y Lisa Murkowski, para tratar de obtener el apoyo que no pudo encontrar en los dos miembros rebeldes de su bancada. Biden también puede intentar fragmentar cada uno de sus proyectos para que se voten acciones por separado, como quedó planteado el miércoles durante su discurso.
“Estoy seguro de que podemos lograr que se conviertan en ley grandes porciones de la ley Build Back Better”, dijo Biden.
Adicional a esas negociaciones, Biden tendrá que emitir varias órdenes ejecutivas para satisfacer al electorado que luce descontento con su gestión antes de perder su voto en noviembre.
Reich propone, por ejemplo, conmutar las deudas de hasta US$10 mil que mantienen exalumnos con el gobierno federal y aumentar la financiación de la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio (Obamacare). Biden parece estar de acuerdo con esto: según medios locales, planea firmar acciones ejecutivas sobre la reforma policial no más allá de febrero.
🗝️ La clave: En marzo, Biden deberá dar su primer discurso sobre el Estado de la Unión y tendrá que presentar adelantos a sus votantes. Las siguientes semanas serán claves para el gobierno y deberá recomponer el camino antes de las difíciles elecciones en noviembre.
🌎 ¿Y la política internacional?
La sorprendente debilidad del presidente de EE. UU. en esta área ha contribuido al desplome de su popularidad. Si bien la mayoría de los estadounidenses coincidían en que era necesario acabar con la guerra en Afganistán, la retirada caótica de Kabul, en la que murieron 13 soldados estadounidenses, cerca de 200 afganos y miles de nacionales y colaboradores de ese país fueron dejados atrás, esto destruyó la confianza en el manejo de la política exterior de Biden. Después del ataque terrorista su aprobación cayó al 38 %, su punto más bajo.
Puede que los votantes no castiguen a Biden por lo ocurrido en Afganistán, cuando tantos puntos de la agenda local se sitúan por encima entre las prioridades del electorado. Sin embargo, su accidentada respuesta a la crisis afgana se presta para que Rusia y China pongan a prueba su temple durante este año, que ya comenzó con las amenazas de una invasión rusa a Ucrania y las advertencias del Congreso sobre la acumulación de capacidad militar china cerca de Taiwán.
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