Con hambre y a oscuras: esta es la razón por la que protestan en Cuba
El fin de semana, la isla fue escenario de las protestas más grandes en por lo menos un año. Los apagones y la escasez de alimentos avivaron las expresiones del descontento social.
Las protestas en Cuba “terminarán en tragedia si no se inician inmediatamente cambios políticos, económicos y sociales, que conduzcan a la solución de los crecientes problemas que enfrenta la gran mayoría del pueblo”. Esa es la advertencia del Observatorio Cubano de Derechos Humanos tras las movilizaciones ciudadanas que se vieron el fin de semana en la isla, específicamente en Santiago, la segunda ciudad principal, así como en Bayamo y otras localidades.
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Las protestas en Cuba “terminarán en tragedia si no se inician inmediatamente cambios políticos, económicos y sociales, que conduzcan a la solución de los crecientes problemas que enfrenta la gran mayoría del pueblo”. Esa es la advertencia del Observatorio Cubano de Derechos Humanos tras las movilizaciones ciudadanas que se vieron el fin de semana en la isla, específicamente en Santiago, la segunda ciudad principal, así como en Bayamo y otras localidades.
Cientos de personas salieron a protestar el domingo en medio de la frustración exacerbada por el alto costo de vida, la baja provisión de alimentos y los constantes apagones de energía, que en los últimos días habían completado hasta 13 horas diarias.
“Comida y corriente”, reclamaba la gente. Es el más reciente capítulo en un largo viacrucis de hambre y escasez, en un país sumido en una crisis económica, política y social.
El Gobierno reconoce la situación a su manera y la sigue achacando al prolongado embargo económico de Estados Unidos que pesa sobre el país caribeño, que, por cierto, ha sido rechazado 31 veces por la Asamblea de las Naciones Unidas. En noviembre pasado con 187 votos a favor, dos en contra (el de Estados Unidos y el de Israel), y una abstención, la de Ucrania, de nuevo se pidió a Washington terminar el bloqueo económico.
“Varias personas han expresado su inconformidad con la situación del servicio eléctrico y la distribución de alimentos”, dijo el presidente Miguel Díaz-Canel en su cuenta de X el fin de semana. “Este contexto se intenta aprovechar por los enemigos de la Revolución, con fines desestabilizadores”, agregó.
La crisis que atraviesa la isla llevó a que Cuba iniciara el año con un severo paquete de medidas económicas, como el aumento del 500 % en el precio del combustible, cuya escasez agudizó la inestabilidad energética al dejar desprovistas a las termoeléctricas. El recorte en el abastecimiento de crudo venezolano (que atraviesa su propia crisis de liquidez) para Cuba se calcula en 30 %. El andamiaje económico de la isla, obsoleto y poco eficiente por falta de inversión, está en apuros.
Además, la situación de inseguridad alimentaria ha llevado a Cuba (que importa la mayoría de lo que consume) a pedir más ayuda del Programa Mundial de Alimentos, específicamente para la compra subsidiada de leche en polvo para menores de siete años.
La economía, según las estimaciones oficiales, se contrajo 2 % en 2023, mientras que el costo de vida dio un salto del 30 %.
Hambre y represión en Cuba
La advertencia del Observatorio no es menor, pues fue un apagón lo que en al menos 50 localidades de la isla detonó las multitudinarias pero pacíficas protestas del 11 de julio de 2021, fuertemente reprimidas por el régimen. Más de 1.000 personas fueron detenidas, algunas de las cuales recibieron condenas de hasta 25 años de cárcel; muchas otras salieron exiliadas, reavivando el éxodo de la población cubana.
“El domingo miles de cubanos volvieron a las calles, a pesar de la represión y la cárcel contra quienes se manifestaron pacíficamente en julio de 2021. La situación es insoportable. Es imposible vivir sin agua, sin electricidad, sin alimentos, y hacer silencio al mismo tiempo por temor”, expresó el Observatorio, que esta semana reportó que febrero cerró en Cuba con al menos 282 acciones represivas, entre ellas 95 detenciones arbitrarias.
La organización Prisoners Defenders, cuyas investigaciones han servido de base al Parlamento Europeo para denunciar la represión, consignada en una reciente resolución de febrero, afirmó que en el segundo mes del año registraron la detención de nueve personas más, para un total de 1.067 presos políticos.
Aunque las protestas del domingo amainaron, en medio del despliegue de militares y anuncios de la gobernadora de Santiago sobre el reparto de arroz y azúcar, las causas estructurales persisten. Es cuestión de tiempo para que la mecha se vuelva a encender.
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