Proyecto Serrana: el experimento de una ciudad para librarse del COVID-19
Serrana, la “capital brasileña de la vacunación”, hizo un ejercicio de inmunización masiva para determinar los efectos a gran escala para el retorno a la normalidad. Los resultados se verían en mayo.
Serrana, un pequeño municipio de 50 mil habitantes, ubicado en el estado de São Paulo, fue elegido para un experimento de vacunación con el que se determinará si el COVID-19 se ha eliminado por completo en el territorio o si ha logrado sobrevivir. Más de la mitad de la población ya recibió la vacuna china Coronavac. El análisis servirá para medir el impacto que la inmunización a gran escala pueda tener tanto en el sistema de salud como en la economía y la circulación de personas. En conversación con El Espectador, Leonardo Capitelli, alcalde de Serrana, nos cuenta las claves del experimento.
¿Por qué se eligió Serrana para este experimento de vacunación?
Al inicio de la pandemia, el porcentaje de contagios en todo el estado de São Paulo era del 2 al 2,5 %, pero aquí en Serrana ese número llegó al 6 casi 6,5 %. Esto llamó la atención del Instituto Butantan, una clínica de investigación muy respetada. Así que hicimos esta alianza entre el hospital estatal, Butantan y la Alcaldía para desarrollar el proyecto “S”, que al principio era una “S” secreta. Fue un proyecto para hacer en silencio incluso para poder tener todo este éxito.
Puede leer: La metamorfosis de Bolsonaro frente al cambio climático está llena de promesas poco fiables
¿Cómo fue este experimento?
Trazamos el mapa de la ciudad, casa por casa, de modo que pudiéramos hacer una encuesta de datos, tener un registro de toda la población y luego también georreferenciamos la ciudad, la cartografiamos y después la dividimos en cuatro colores que eran verdes, amarillos, grises y azules para proceder a la vacunación. También la dividimos en 25 áreas para analizar la cobertura inmunológica de cada una de estas áreas y determinar si eso tiene relación con la inmunidad de rebaño y con la reducción de casos graves y hospitalizaciones.
Luego iniciamos un trabajo de orientación, en el sentido de la importancia de la vacunación y la de contribuir incluso a la ciencia en Brasil y el mundo. Y después, con la base de datos confiable, externalizamos el proyecto: el único estudio clínico de vacunación masiva en el mundo.Los resultados conducirán a la esperanza de un retorno a la normalidad, la esperanza de vida de toda la población mundial.
¿Cómo fue este proceso de vacunar a tanta gente? ¿Cuántos médicos participaron?
Fue una logística muy grande. Usamos ocho escuelas del municipio para vacunar aproximadamente a 30 mil personas. Entonces, la primera semana fueron las personas del color verde, la segunda del amarillo, la tercera del gris y la cuarta del azul. Y en la quinta semana empezamos de nuevo con el color verde con la segunda dosis. Fueron ocho semanas del proyecto, con más de quinientos profesionales involucrados, distribuidos en las ocho escuelas para hacer el cribado, hacer todos los análisis clínicos y luego, posteriormente, en la sala de vacunación, donde fue la última etapa de este proceso en torno al proyecto de salud.
¿Necesitaron personal de afuera?
También lo necesitamos. Butantan hizo toda esta logística. Contrataron a la mayoría de personas aquí, pero también tuvieron que traer a algunos profesionales de la salud fuera de la ciudad.
¿Hay personas que no querían vacunarse?
Les confieso que no hemos tenido mayores problemas con la población. Hicieron una adhesión muy importante, tanto que tuvimos, de la población inscrita, un 98 % de participación, lo que hizo muy felices incluso a la misma gente de Butantan.
El gobierno central no empezó a hablar de vacunación temprano, ¿eso fue un problema para ustedes?
Estás absolutamente en lo correcto. Brasil está, a nivel mundial, rezagado en vacunación. Seguro que podríamos estar un poco más avanzados en ese sentido y estoy seguro de que salvaría muchas vidas. Tengo la gran expectativa de que de este ejemplo de Serrana, de los resultados esperanzadores y que realmente comprueban la eficiencia, efectividad de la vacunación, que los gobiernos puedan trabajar todos los días para aprovechar esta oportunidad de la inmunización, de la vacunación a cada ciudadano brasileño y mundial.
Puede leer: La pandemia y sus efectos en la informalidad laboral
¿Qué piensa del trato que el presidente Bolsonaro le dio a la pandemia?
Creo que, sobre todo en este sentido de vacunación, pudo haber una unión entre el gobierno central, entre los gobernadores de los estados, para que juntos pudiéramos tomar una política pública de calidad, dando la oportunidad de una inmunización masiva para toda la población. Es un momento en el que debemos unir fuerzas a favor de la salud frente a las enfermedades con el único propósito de salvar vidas.
Antes del experimento, ¿qué medidas tenían?
Desde el comienzo de la pandemia hicimos todo lo posible para enfrentar al COVID-19: cuarentenas, mascarillas. Creamos un comité de contingencia en el municipio que incluía también todos los protocolos de salud, con medidas restrictivas. Yo, que al comienzo de la pandemia era vicealcalde el presidente del comité de contingencia, participé en toda esta fase de confrontar a Covid. Seguimos protocolos estrictos aquí en el municipio para frenar la contaminación y minimizar sus efectos. Y creo que todo este trabajo tan serio que hicimos aquí en la ciudad generó confianza. También le dio credibilidad al personal de Butantan, en el Hospital del Estado, para elegir Serrana para albergar este proyecto único en el mundo.
Entiendo que el proceso de vacunación terminó en abril. ¿Ya se puede hablar de resultados?
Aún es muy pronto para que podamos hacer algún tipo de correlación entre vacunación y resultados, pero puedo decirles lo que estoy viviendo en la práctica, en la vida cotidiana de la ciudad. Apenas iniciamos la segunda dosis de vacunación notamos claramente una disminución en el flujo de pacientes con síndrome gripal en nuestra UPA, en nuestra Santa Casa, en el hospital.
Todos los días teníamos un promedio de 100 personas que tomaban la prueba Covid. Hoy tenemos un promedio de 30, este flujo de exámenes ha disminuido en un 70 % y, principalmente, en los casos severos. Nos quedamos en el municipio durante los últimos quince días sin necesidad de intubación de ningún paciente.
Por supuesto, tendremos esta etiqueta de la ciudad más segura del mundo de repente en relación con COVID-19, pero eso no significa que los municipios que estén inmunizados no puedan contraer la enfermedad. Es muy importante que tomen toda la atención médica, los protocolos de salud, porque incluso si están vacunados, aún pueden contraer la enfermedad. Está claro que quedará libre con la vacunación de casos graves, y esto sin duda trae un alivio, una sensación de seguridad.
¿Y cree que este ejemplo de Serrana podría cambiar esta lucha contra Covid?
Estoy seguro de que sí. Pronto podremos llevar resultados a todo el mundo, comprobando la eficiencia, efectividad de la vacunación y, sobre todo, pudiendo tener un poco más aliviado nuestro sistema sanitario. Reduciremos también el número de muertes. Como dije, el objetivo es poder salvar vidas. Es devolver la esperanza de un 2021 a la normalidad, una vida de 2021, de verdad, donde podamos rescatar la esperanza de mejores días.
* Valeria Cortés contribuyó en este reportaje.
Serrana, un pequeño municipio de 50 mil habitantes, ubicado en el estado de São Paulo, fue elegido para un experimento de vacunación con el que se determinará si el COVID-19 se ha eliminado por completo en el territorio o si ha logrado sobrevivir. Más de la mitad de la población ya recibió la vacuna china Coronavac. El análisis servirá para medir el impacto que la inmunización a gran escala pueda tener tanto en el sistema de salud como en la economía y la circulación de personas. En conversación con El Espectador, Leonardo Capitelli, alcalde de Serrana, nos cuenta las claves del experimento.
¿Por qué se eligió Serrana para este experimento de vacunación?
Al inicio de la pandemia, el porcentaje de contagios en todo el estado de São Paulo era del 2 al 2,5 %, pero aquí en Serrana ese número llegó al 6 casi 6,5 %. Esto llamó la atención del Instituto Butantan, una clínica de investigación muy respetada. Así que hicimos esta alianza entre el hospital estatal, Butantan y la Alcaldía para desarrollar el proyecto “S”, que al principio era una “S” secreta. Fue un proyecto para hacer en silencio incluso para poder tener todo este éxito.
Puede leer: La metamorfosis de Bolsonaro frente al cambio climático está llena de promesas poco fiables
¿Cómo fue este experimento?
Trazamos el mapa de la ciudad, casa por casa, de modo que pudiéramos hacer una encuesta de datos, tener un registro de toda la población y luego también georreferenciamos la ciudad, la cartografiamos y después la dividimos en cuatro colores que eran verdes, amarillos, grises y azules para proceder a la vacunación. También la dividimos en 25 áreas para analizar la cobertura inmunológica de cada una de estas áreas y determinar si eso tiene relación con la inmunidad de rebaño y con la reducción de casos graves y hospitalizaciones.
Luego iniciamos un trabajo de orientación, en el sentido de la importancia de la vacunación y la de contribuir incluso a la ciencia en Brasil y el mundo. Y después, con la base de datos confiable, externalizamos el proyecto: el único estudio clínico de vacunación masiva en el mundo.Los resultados conducirán a la esperanza de un retorno a la normalidad, la esperanza de vida de toda la población mundial.
¿Cómo fue este proceso de vacunar a tanta gente? ¿Cuántos médicos participaron?
Fue una logística muy grande. Usamos ocho escuelas del municipio para vacunar aproximadamente a 30 mil personas. Entonces, la primera semana fueron las personas del color verde, la segunda del amarillo, la tercera del gris y la cuarta del azul. Y en la quinta semana empezamos de nuevo con el color verde con la segunda dosis. Fueron ocho semanas del proyecto, con más de quinientos profesionales involucrados, distribuidos en las ocho escuelas para hacer el cribado, hacer todos los análisis clínicos y luego, posteriormente, en la sala de vacunación, donde fue la última etapa de este proceso en torno al proyecto de salud.
¿Necesitaron personal de afuera?
También lo necesitamos. Butantan hizo toda esta logística. Contrataron a la mayoría de personas aquí, pero también tuvieron que traer a algunos profesionales de la salud fuera de la ciudad.
¿Hay personas que no querían vacunarse?
Les confieso que no hemos tenido mayores problemas con la población. Hicieron una adhesión muy importante, tanto que tuvimos, de la población inscrita, un 98 % de participación, lo que hizo muy felices incluso a la misma gente de Butantan.
El gobierno central no empezó a hablar de vacunación temprano, ¿eso fue un problema para ustedes?
Estás absolutamente en lo correcto. Brasil está, a nivel mundial, rezagado en vacunación. Seguro que podríamos estar un poco más avanzados en ese sentido y estoy seguro de que salvaría muchas vidas. Tengo la gran expectativa de que de este ejemplo de Serrana, de los resultados esperanzadores y que realmente comprueban la eficiencia, efectividad de la vacunación, que los gobiernos puedan trabajar todos los días para aprovechar esta oportunidad de la inmunización, de la vacunación a cada ciudadano brasileño y mundial.
Puede leer: La pandemia y sus efectos en la informalidad laboral
¿Qué piensa del trato que el presidente Bolsonaro le dio a la pandemia?
Creo que, sobre todo en este sentido de vacunación, pudo haber una unión entre el gobierno central, entre los gobernadores de los estados, para que juntos pudiéramos tomar una política pública de calidad, dando la oportunidad de una inmunización masiva para toda la población. Es un momento en el que debemos unir fuerzas a favor de la salud frente a las enfermedades con el único propósito de salvar vidas.
Antes del experimento, ¿qué medidas tenían?
Desde el comienzo de la pandemia hicimos todo lo posible para enfrentar al COVID-19: cuarentenas, mascarillas. Creamos un comité de contingencia en el municipio que incluía también todos los protocolos de salud, con medidas restrictivas. Yo, que al comienzo de la pandemia era vicealcalde el presidente del comité de contingencia, participé en toda esta fase de confrontar a Covid. Seguimos protocolos estrictos aquí en el municipio para frenar la contaminación y minimizar sus efectos. Y creo que todo este trabajo tan serio que hicimos aquí en la ciudad generó confianza. También le dio credibilidad al personal de Butantan, en el Hospital del Estado, para elegir Serrana para albergar este proyecto único en el mundo.
Entiendo que el proceso de vacunación terminó en abril. ¿Ya se puede hablar de resultados?
Aún es muy pronto para que podamos hacer algún tipo de correlación entre vacunación y resultados, pero puedo decirles lo que estoy viviendo en la práctica, en la vida cotidiana de la ciudad. Apenas iniciamos la segunda dosis de vacunación notamos claramente una disminución en el flujo de pacientes con síndrome gripal en nuestra UPA, en nuestra Santa Casa, en el hospital.
Todos los días teníamos un promedio de 100 personas que tomaban la prueba Covid. Hoy tenemos un promedio de 30, este flujo de exámenes ha disminuido en un 70 % y, principalmente, en los casos severos. Nos quedamos en el municipio durante los últimos quince días sin necesidad de intubación de ningún paciente.
Por supuesto, tendremos esta etiqueta de la ciudad más segura del mundo de repente en relación con COVID-19, pero eso no significa que los municipios que estén inmunizados no puedan contraer la enfermedad. Es muy importante que tomen toda la atención médica, los protocolos de salud, porque incluso si están vacunados, aún pueden contraer la enfermedad. Está claro que quedará libre con la vacunación de casos graves, y esto sin duda trae un alivio, una sensación de seguridad.
¿Y cree que este ejemplo de Serrana podría cambiar esta lucha contra Covid?
Estoy seguro de que sí. Pronto podremos llevar resultados a todo el mundo, comprobando la eficiencia, efectividad de la vacunación y, sobre todo, pudiendo tener un poco más aliviado nuestro sistema sanitario. Reduciremos también el número de muertes. Como dije, el objetivo es poder salvar vidas. Es devolver la esperanza de un 2021 a la normalidad, una vida de 2021, de verdad, donde podamos rescatar la esperanza de mejores días.
* Valeria Cortés contribuyó en este reportaje.