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La mayoría de las nominaciones del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha generado grandes controversias en el país, pero ninguna ha alcanzado el nivel de polémica que despertó su apuesta por el cargo de fiscal general.
Para este puesto, el republicano eligió al congresista de Florida, Matt Gaetz. Estas son tres claves de por qué ni demócratas ni republicanos están satisfechos con su nombramiento, el cual todavía debe ser confirmado por el Senado estadounidense.
El pasado turbio de Matt Gaetz
La primera razón del inconformismo con la nominación de Gaetz como principal funcionario policial del país es que el congresista fue investigado por tráfico sexual por el mismo departamento que pretende dirigir. También estaba siendo investigado por sus colegas del Congreso por su presunta participación en delitos sexuales, entre otras cosas.
“(Gaetz es investigado por participar) en mala conducta sexual y uso de drogas ilícitas, aceptó regalos indebidos, otorgó privilegios y favores especiales a individuos con quienes tenía una relación personal y trató de obstruir las investigaciones gubernamentales sobre su conducta”, señaló el Comité de Ética que lo investigaba.
Dicho comité, que ya ha citado a 25 testigos y revisado miles de documentos, encontró en junio de este año que algunas denuncias requieren más investigación, incluyendo presunto uso de drogas, regalos indebidos y obstrucción a investigaciones gubernamentales. Se esperaba que este viernes el comité votara para publicar sus hallazgos sobre el congresista. Sin embargo, como Gaetz renunció antes de que esto ocurriera, la publicación de la investigación queda en el aire, pues el panel solo tiene jurisdicción sobre un miembro cuando está sirviendo en el Congreso.
“Si fuera nombrado, entonces tendría que renunciar a su puesto en la Cámara, por lo que la investigación ética en ese momento cesaría, al igual que con cualquier otro miembro, solo tenemos jurisdicción siendo la comisión de ética, siempre y cuando una persona sea miembro del Congreso”, dijo el congresista republicano Michael Guest a CNN.
Con estas acusaciones encima, ni siquiera los republicanos ven con buenos ojos que se haga cargo del Departamento de Justicia. Olivia Troye, miembro del equipo del exvicepresidente Mike Pence, dijo que poner a Gaetz como fiscal es el equivalente a poner a Hamburglar, el personaje de McDonald’s que se robaba las hamburguesas, al frente de la seguridad del restaurante.
Matt Gaetz for Attorney General?! The GOP's on a very dangerous path here. It’s like putting the Hamburglar in charge of McDonald's security. Will they sacrifice all remaining integrity to confirm this choice? It's deeply alarming that he could be running justice in our country.
— Olivia of Troye (@OliviaTroye) November 13, 2024
Los demócratas tampoco ven con buenos ojos el nombramiento. El congresista de Florida, Maxwell Alejandro Fros, resumió el sentimiento general en su partido: “Mierda. Trump nominará a Gaetz como fiscal general. El hombre que está en el centro de una investigación por tráfico sexual. Que Dios nos ayude”.
Holy shit. Trump will nominate Matt Gaetz as Attorney General. The man who was at the center of a sex trafficking probe. God help us.
— Maxwell Alejandro Frost (@MaxwellFrostFL) November 13, 2024
Sin calificación para el cargo y el miedo a la venganza
Los republicanos y los demócratas no han sido los únicos en reaccionar a la nominación de Gaetz: también lo han hecho los funcionarios del Departamento de Justicia que él dirigiría. Algunos de los 110.000 empleados de carrera del departamento, que hablaron con ABC News bajo condición de anonimato, describieron una atmósfera de temor ante la perspectiva de que Gaetz potencialmente tome el mando de la principal agencia de aplicación de la ley del país.
“Habrá dimisiones masivas si es juramentado”, dijo uno de ellos.
El principal temor es que Gaetz, quien no cuenta con carrera para el cargo, enfoque la dirección de la agencia hacia una herramienta de represalia contra sus enemigos o los rivales del presidente electo. Esta es una gran posibilidad, particularmente luego de las palabras de Mark Paoletta, abogado de Trump, quien dijo el miércoles que cualquier funcionario de carrera que intente “resistirse” a las demandas de Gaetz sería “castigado”.
“Espero que los abogados del Departamento de Justicia asuman su responsabilidad de implementar la agenda del presidente Trump”, dijo Paoletta.
La carrera de Gaetz se ha centrado en el ámbito legislativo como congresista, sin haber ocupado roles ejecutivos o de liderazgo en instituciones de aplicación de la ley o el sistema judicial, que normalmente serían requisitos deseables para dirigir el Departamento de Justicia.
En comparación, el actual fiscal general, Merrick Garland, fue juez de la Corte de Apelaciones del Circuito de Washington D. C., donde sirvió durante más de dos décadas, y también fue su juez principal. También es graduado de la Facultad de Derecho de Harvard y ha trabajado como abogado en el Departamento de Justicia, donde lideró importantes investigaciones, incluyendo la del atentado de Oklahoma City en 1995.
Las matemáticas del Partido Republicano
Los republicanos también están preocupados porque los nombramientos de Trump para su gabinete podrían terminar afectando el balance de la Cámara de Representantes. El miércoles, el Partido Republicano se aseguró la mayoría en la cámara baja con 218 curules de las 435 posibles, y con nueve más todavía en disputa, pero esta mayoría podría resultar fragmentada si Trump continúa sacando a los congresistas republicanos de sus cargos para sumarlos a su equipo.
Además de Gaetz, Trump también ha integrado a su equipo a la representante Elise Stefanik, quien sería la próxima embajador aante la ONU, y al congresista Mike Waltz, quien se desempeñará como asesor de Seguridad Nacional.
Si estos tres congresistas son confirmados en sus cargos, eso reduciría aún más el número de votos del Partido Republicano para la próxima legislatura. Y aunque todos los legisladores representan distritos republicanos seguros, sus escaños no se cubrirían de inmediato.
Según CNN, se ha hablado de al menos una docena más de miembros de la Cámara que podrían integrar el equipo de Trump, entre ellos Byron Donalds, Carlos Giménez, Greg Steub, Mike Rogers, Sam Graves o incluso Ronny Jackson, antiugo médico del presidente electo.
“Creo que tenemos gente muy cualificada, pero no quisiera que nos redujéramos a una mayoría de uno o dos escaños tácticamente”, dijo el representante Kelly Armstrong, que dejará el Congreso en enero para convertirse en gobernador de Dakota del Norte.
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