¿Qué pasa si hay empate entre Trump y Harris en las elecciones?
Quién será el presidente de EE. UU. no lo deciden directamente los ciudadanos, sino los 538 compromisarios del Colegio Electoral. Pero ¿qué sucede en caso de empate?
Teóricamente, es posible que se produzca un empate en las elecciones de EE. UU. Harris y Trump podrían recibir cada uno 269 votos electorales, lo que resultaría en una situación de empate total, con ambos candidatos incapaces de lograr la mayoría de los votos electorales necesarios para convertirse en presidente.
Además, también sería posible que un candidato de un tercer partido o independiente gane votos electorales y evite que un candidato alcance una mayoría de 270 en el Colegio Electoral. Si esto ocurre, hay una llamada “elección contingente”.
Según la 12ª Enmienda, si ningún candidato obtiene la mayoría de los votos del Colegio Electoral, el nuevo Congreso (la renovada Cámara de Representantes, junto con el tercio del Senado que también se vota este martes), que jurará el 3 de enero, elige al presidente. El Senado elegiría al vicepresidente.
Cada estado tiene un voto
En la Cámara de Representantes se reúnen 435 diputados de los estados, y el número de representantes se determina proporcionalmente según el tamaño de la población de cada estado. California, por ejemplo, envía 52 diputados, mientras que el pequeño Alaska solo envía uno. Los representantes de un estado forman una delegación.
Sin embargo, cada delegación tiene solo un voto en la elección del presidente, independientemente de su tamaño. Dado que el Distrito de Columbia no es un estado, no tiene delegación en la Cámara de Representantes y no puede votar. Esto significa que el presidente será quien gane 26 delegaciones.
Actualmente, los republicanos tendrían una ventaja en una elección de este tipo. El partido controla 26 delegaciones en la Cámara de Representantes, mientras que los demócratas solo tienen 22. En dos delegaciones, la representación de ambos partidos es igual. Todo esto podría cambiar, dependiendo de lo que resulte de las elecciones. En dos estados (Minnesota y Carolina del Norte), la situación está equilibrada. El martes también se eligen todos los escaños de la Cámara de Representantes.
El Senado decide el vicepresidente
Un proceso similar decidiría quién será el vicepresidente: el demócrata Tim Walz o el republicano J. D. Vance. Sin embargo, la decisión se tomaría en el Senado de EE. UU., la otra cámara del Congreso. Cada uno de los 100 senadores tiene un voto. El candidato que consiga 51 votos gana. Dado que las elecciones en la Cámara de Representantes y en el Senado son votaciones independientes, teóricamente es posible que al final el presidente y el vicepresidente pertenezcan a partidos políticos diferentes.
Bajo las reglas actuales, un escenario como este para la presidencia solo ha ocurrido una vez: en las elecciones de 1824, cuando ninguno de los cuatro candidatos obtuvo la mayoría de los 131 votos de los 261 del Colegio Electoral. En ese entonces, la Cámara de Representantes tuvo que decidir entre los tres candidatos mejor posicionados. El secretario de Estado John Quincy Adams ganó en febrero de 1825 la mayoría de las 13 delegaciones y se convirtió en el sexto presidente de EE. UU.
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Además, también sería posible que un candidato de un tercer partido o independiente gane votos electorales y evite que un candidato alcance una mayoría de 270 en el Colegio Electoral. Si esto ocurre, hay una llamada “elección contingente”.
Según la 12ª Enmienda, si ningún candidato obtiene la mayoría de los votos del Colegio Electoral, el nuevo Congreso (la renovada Cámara de Representantes, junto con el tercio del Senado que también se vota este martes), que jurará el 3 de enero, elige al presidente. El Senado elegiría al vicepresidente.
Cada estado tiene un voto
En la Cámara de Representantes se reúnen 435 diputados de los estados, y el número de representantes se determina proporcionalmente según el tamaño de la población de cada estado. California, por ejemplo, envía 52 diputados, mientras que el pequeño Alaska solo envía uno. Los representantes de un estado forman una delegación.
Sin embargo, cada delegación tiene solo un voto en la elección del presidente, independientemente de su tamaño. Dado que el Distrito de Columbia no es un estado, no tiene delegación en la Cámara de Representantes y no puede votar. Esto significa que el presidente será quien gane 26 delegaciones.
Actualmente, los republicanos tendrían una ventaja en una elección de este tipo. El partido controla 26 delegaciones en la Cámara de Representantes, mientras que los demócratas solo tienen 22. En dos delegaciones, la representación de ambos partidos es igual. Todo esto podría cambiar, dependiendo de lo que resulte de las elecciones. En dos estados (Minnesota y Carolina del Norte), la situación está equilibrada. El martes también se eligen todos los escaños de la Cámara de Representantes.
El Senado decide el vicepresidente
Un proceso similar decidiría quién será el vicepresidente: el demócrata Tim Walz o el republicano J. D. Vance. Sin embargo, la decisión se tomaría en el Senado de EE. UU., la otra cámara del Congreso. Cada uno de los 100 senadores tiene un voto. El candidato que consiga 51 votos gana. Dado que las elecciones en la Cámara de Representantes y en el Senado son votaciones independientes, teóricamente es posible que al final el presidente y el vicepresidente pertenezcan a partidos políticos diferentes.
Bajo las reglas actuales, un escenario como este para la presidencia solo ha ocurrido una vez: en las elecciones de 1824, cuando ninguno de los cuatro candidatos obtuvo la mayoría de los 131 votos de los 261 del Colegio Electoral. En ese entonces, la Cámara de Representantes tuvo que decidir entre los tres candidatos mejor posicionados. El secretario de Estado John Quincy Adams ganó en febrero de 1825 la mayoría de las 13 delegaciones y se convirtió en el sexto presidente de EE. UU.
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