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El presidente de Estado Unidos, Joe Biden, le pidió este lunes a la Agencia para la Protección del Medio Ambiente (EPA, por sus siglas en inglés) que investigue si hay un vínculo entre el cambio climático y los tornados que azotaron el centro oeste del país el pasado fin de semana. ¿Qué tiene que ver el calentamiento global con esta tragedia? El Espectador le explica.
Antes de comenzar, un breve resumen de lo que pasó el fin de semana:
- Más de 30 tornados ocasionaron graves daños en seis estados del centro oeste de EE. UU. el pasado fin de semana. Para dimensionar la situación hay que tener en cuenta que no ocurría algo así hace casi un siglo. En 1925, 12 tornados impactaron la misma zona.
- Los estados afectados son: Illinois, Kentucky, Misuri, Tennessee, Arkansas y Misisipi. La zona, cabe resaltar, es propensa a este tipo de eventos y de hecho fue bautizada como “el corredor de los tornados”. Sin embargo, llama la atención que el desastre haya ocurrido en diciembre, una época del año en el que el clima se presta menos para que se desarrollen tornados.
- Hay pueblos que quedaron destruidos por completo. La cifra de muertos va en 74, aunque esta podría aumentar pues muchas personas aún se encuentran desaparecidas.
La tragedia, descrita por Biden como “inimaginable” y “uno de los estallidos de tormentas más grandes de la historia”, ha ocasionado un debate nacional en torno a la incidencia del cambio climático en la frecuencia con la que ocurren este tipo de fenómenos.
Deanne Criswell, director de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), señaló que “la severidad y el tiempo que estuvo en tierra estos tornados no tiene precedente” y se debe a las condiciones del cambio climático.
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¿Fue el cambio climático el que provocó los catastróficos tornados del fin de semana?
Aunque las condiciones para su formación pueden ser fomentadas por el calentamiento, los científicos son muy cautelosos sobre un posible vínculo directo. Este año se estableció una conexión entre el cambio climático y una ola de calor en el noroeste de Estados Unidos, o incluso con las inundaciones en Alemania y Bélgica. Sin embargo, el fenómeno específico de los tornados es uno de los más difíciles de estudiar.
En las últimas décadas, hemos visto una tendencia de condiciones más favorables para la formación de tornados en el medio oeste y sureste de Estados Unidos, como le explicó a la AFP John Allen, climatólogo de Central Michigan. Y esa señal se hace más fuerte en invierno. Sin embargo, Allen aclara que “es engañoso atribuir este evento al cambio climático”.
James Elsner, profesor de climatología en la Universidad Estatal de Florida, hace una comparación interesante: aunque la niebla tiende a aumentar el número de accidentes automovilísticos, la causa de un accidente específico en un clima brumoso puede ser otra.
Para determinar esta causa, se necesita una investigación: la ciencia de “atribuir” eventos extremos al cambio climático está realmente en auge, pero un estudio como ese llevará tiempo si es que llega a hacerse.
Mientras tanto, ¿podemos al menos decir que el cambio climático, al crear estas condiciones favorables, aumentará el número de tornados en el futuro?
“La evidencia parece apuntar en esa dirección. Sin embargo, no creo que podamos decirlo definitivamente todavía”, reconoce Allen.
El informe más reciente de los expertos en clima de la ONU (IPCC), fechado en agosto, subrayó “un bajo grado de confianza” en relación con un vínculo entre el cambio climático y fenómenos tan localizados como tornados. Y esto aplica tanto para las “tendencias observadas” como para las “proyecciones”.
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¿Cómo se forma un tornado?
Este es un fenómeno que ocurre durante tormentas eléctricas. Una masa de aire caliente y húmero asciende desde el suelo acompañado por vientos fuertes. Luego ese aire caliente choca con el frío y seco de la tormenta y se forma un vórtice. Cuando el vórtice entra en contacto el suelo, el movimiento en rotación genera una columna de aire ascendente que se acelera y crea una fuerza destructiva a su paso.
¿Qué cambios se han observado con los tornados de ahora?
Para esto hay que revisar los números. El promedio anual de tornados en Estados Unidos, la mayoría de los cuales ocurre en primavera, no ha aumentado en los últimos años: el número se mantiene alrededor de 1.300.
“La mayoría de los meses están parejos”, señala Jeff Trapp, jefe del departamento de ciencias atmosféricas de la Universidad de Illinois. Sin embargo, hay una excepción.
En los meses de diciembre y enero se ha visto un aumento de tornados en los últimos 30 a 40 años, particularmente en el sur de Estados Unidos. Esto resulta congruente con la explicación de quienes aseguran que el calentamiento global tiene un impacto.
Los dos ingredientes necesarios para la formación de tornados son aire cálido y húmedo cerca del suelo, y vientos que soplan en direcciones opuestas a diferentes altitudes. Y estos han aumentado debido al calentamiento global.
“Hoy observamos una mayor probabilidad de días calurosos durante el período frío, lo que puede favorecer la formación de tormentas y tornados”, estima Jeff Trapp.
Por otro lado, los tornados parecen concentrarse en menos días. Cuando se forman, “tienden a contener más” al mismo tiempo, explica Chiara Lepore, investigadora de la Universidad de Columbia. Y “esto tiene consecuencias en términos de daños”, subraya.
Ahora, ¿qué podemos esperar?
El problema de los investigadores al estudiar los tornados es que son demasiado transitorios y pequeños para aparecer en los modelos climáticos que se utilizan habitualmente. Por tanto, los científicos se ven limitados a estudiar únicamente la evolución de las condiciones potencialmente favorables para su formación.
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Un estudio publicado a principios de noviembre estimó que por cada grado Celsius de calentamiento adicional, la probabilidad de condiciones favorables para un temporal severo (con granizadas, huracanes, etc.) aumentaba entre un 14 % y un 25 % en Estados Unidos.
Sin embargo, eso no significa que los huracanes azotarán cada vez que estas condiciones sean las adecuadas, incluso es muy poco probable.
“Esta es una especie de techo de lo que podemos lograr con cada grado de calentamiento global”, dijo Chiara Lepore, autora principal del estudio.
Según otro estudio próximo a publicarse, “los tornados podrían resultar más poderosos en climas futuros”, según Jeff Trapp. Para llegar a esta conclusión, los investigadores tomaron un evento ya observado y analizaron cómo lo afectarían las condiciones climáticas futuras. De todas formas, los tornados muy violentos seguirán siendo “eventos inusuales”, predice el experto.
*Con información de AFP
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