¿Quién era “La Ina”? La “influencer narco” asesinada en Chile

“Joakina Guzmán” o simplemente “La Ina” se hizo famosa en TikTok luego de subir un video mostrando cómo intentó escapar de la policía.

26 de octubre de 2023 - 06:58 p. m.
Los videos de la narco influencer "La Ina" acumulaban cientos de miles de reproducciones en TikTok.
Los videos de la narco influencer "La Ina" acumulaban cientos de miles de reproducciones en TikTok.
Foto: Archivo Particular: katrinagusman TikTok - Archivo Particular: katrinagusman TikTok

“Ser narco nunca había estado tan de moda”, dice Andrés Velarde Sanz, de la revista Wired. En mayo, este periodista le dedicó todo un reportaje a exponer cómo la cultura narco, enmarcada por la ostentación de marcas lujosas y armas, se había metido de lleno en las redes sociales como TikTok gracias a los llamados “narco influencers”.

“Joakina Guzmán” o simplemente “La Ina”, se abrió paso como una exponente de estos personajes de los que hablaba Velarde. Son perfiles que venden a jóvenes la idea de que pueden tener más oportunidades allí que por otras vías. Decían que ella era “la reina” entre este grupo. Esta semana fue asesinada en Chile.

Pocos la conocen por su nombre real: Sabrina Durán Montero. “Ina”, la menor de nueve hermanos, creció en la difícil comuna de la Recoleta, donde pulula el crimen. A los 13 años se fue de la casa y terminó el sector de Peñaflor, en la provincia de Talagante, donde también abundan los negocios ilícitos. A esa edad quedó embarazada. El padre de su hijo, hoy de 10 años, fue arrestado por tráfico de drogas, un mundo al que la arrastró. Con él, ella empezó a entrar y salir de prisión.

A los 19, Ina fue detenida mientras transportaba 501 gramos de cocaína con su compañero. Fue dejada en libertad condicional, pero luego volvió a ser arrestada por robar retrovisores de vehículos. En 2022, volvió a ser detenida por venta de drogas. Este último arresto presentó un punto de quiebre en su vida. Porque no solo volvió a prisión, sino que se volvió popular en redes sociales.

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Cuando la policía llegó a su casa para arrestarla esa tercera vez, la joven intentó escapar saltando por la ventana de su casa. Grabó un video y lo subió a TikTok, en donde se hizo famosa. A partir de allí, empezó a subir más videos de su vida como delincuente. Se había bautizado “Joakina Guzmán”, en homenaje al narcotraficante mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán. Ina mostraba su ropa de lujo, sus fajos de billetes y autos deportivos. También le gustaba bailar. Los videos no paraban de publicarse, ni cuando estaba en prisión. Eran un éxito. Su último video tiene cinco millones de reproducciones. Lo único que la detuvo fueron las dinámicas de las bandas criminales.

A plena luz del día, la joven recibió 7 disparos de dos sicarios que iban en motocicleta. Ina, de 24 años, parece haber sido víctima de un ajuste de cuentas, según las autoridades. Ella pertenecía a una banda criminal que operaba en el sector de Peñaflor, en la provincia de Talagante, cerca a Santiago, y su grupo estaba enfrentado con otra narco banda liderada por mujeres, según los reportes judiciales. Se llevaron su auto, lo quemaron y lo dejaron en la comuna de Quilicura.

El caso de Ina es de enorme interés para la sociedad chilena, debido a la fama que había alcanzado. Pero también porque refleja cómo la cultura narco ha penetrado en el área digital, y cómo se ha ignorado el rol de los chilenos en el narcotráfico. Los políticos han discutido el papel de las redes criminales a nivel internacional, pero poco se ha debatido sobre el rol interno y las fallas del Estado en materia de seguridad.

“El hecho de que ella apareciera bailando reguetón urbano desde la cárcel, con sus joyas, te muestra el poder que tiene sobre las instituciones del Estado”, le dijo Pilar Lizana, especialista en seguridad del centro de investigación Athena Lab, al diario El País de España.

Para Claudia Pizarro, alcaldesa de La Pintana, Chile está fallando en ofrecer proyectos de vida dignos para los adolescentes. “En La Pintana tenemos la mayor tasa de maternidad adolescente. Yo creo que es porque necesitan un proyecto de vida, ser importante para alguien, pertenecer a alguien. ¿Hay alguna universidad o un centro de formación técnica en Peñaflor?”, se pregunta en referencia al caso de Sabrina Durán.

“Sabemos que la narcocultura es un camino más fácil, pero van a terminar en la cárcel o muertos. Me da mucha pena que, como Estado, no lleguemos a tiempo, no les brindemos oportunidades”, dijo Pizarro.

Los Carabineros han dispuesto un centenar de efectivos y decenas de vehículos policiales para el área donde se ubica la casa de Ina, pues se espera que se realice un “narco funeral” que convoque a decenas de personas, por lo cual fue calificado de “alto riesgo”. Esta es otra exposición de la cultura de los narcotraficantes, que a través de redes sociales llega de manera más fácil, directa y ágil a la población joven.

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