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Ni siquiera ha sido lanzado y la polémica ya está encendida. Sara Sanders, secretaria de prensa del ejecutivo, describió el libro como una “ficción de tabloide barato”. De ahí en adelante vino un espiral de acusaciones que solo lograron despertar la curiosidad del mundo sobre la publicación.
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El mismo Trump se pronunció desmintiendo todas las afirmaciones que se hacen sobre él, de acuerdo con algunos apartes que fueron publicados en la prensa local: que se sorprendió con su propio triunfo en la presidencia, que su campaña solo pretendía hacerle publicidad a su empresa, que su hija es quien maneja las riendas del gobierno, que su hijo y su yerno se reunieron con los rusos para buscarle la caída a Hillary Clinton durante la elección presidencial.
El creador del escándalo se llama Michael Wolff, un experimentado periodista estadounidense, que ha escrito para medios como The Hollywood Reporter, Vainity Fir y The New York Magazine.
A los 64 años de edad pasó 18 meses rondando el entorno político de Donald Trump, desde la campaña hasta la Casa Blanca, y entrevistó a "más de 200 personas", incluyendo al propio presidente y varios de sus colaboradores más próximos, según contó en una entrevista.
Wolff logró entrevistar a Trump en junio de 2016 y luego de su triunfo electoral pidió tener acceso a la Casa Blanca, donde se convirtió en lo que denominó "una mosca en la pared", un testigo privilegiado.
El resultado es un libro explosivo que muestra una Casa Blanca permanentemente sumergida en el más completo caos; y la divulgación de extractos del texto desató la iracunda furia del presidente, que movilizó abogados para impedir su publicación.
Instalado hace ya muchos años en Nueva York, Wolff ganó varios prestigiosos premios nacionales por su labor periodística. Su libro más conocido, "The man who owns the news", de 2008, está dedicado al magnate de los medios de comunicación Rupert Murdoch.
En 2004 Wolff fue descrito como "en parte un editorialista, en parte un psicoterapeuta, en parte un antropólogo social que invita a los lectores a ser una mosca en la pared en el círculo íntimo de los magnates".
Su estilo narrativo, basado en conversaciones o fuentes indirectas, también genera odios y amores.
La periodista británica Bella Mackie apuntó en Twitter que el último libro de Wolff es "muy divertido", pero alertó: "Si usted conoce bien a Wolff lo disfrutará, pero no lo tomará como si fuese dinero en efectivo".