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Jimmy “Barbecue” Cherizier es un expolicía que controla Puerto Príncipe, mostrándose en las calles de la capital haitiana como el salvador. Autor de masacres, logró reunir bajo el nombre de la “revolución” a las bandas criminales de la ciudad. “Esta es una revolución armada. Si lo necesitamos, pondremos pistolas en las manos de cada niño”, afirmó al Washington Post.
Desde el año pasado ya se veía que los miembros de su pandilla extorsionaban, secuestraban camiones de combustible y dueños de negocios, pidiendo rescates de hasta $1.000.000 de dólares. Según se lee en el diario estadounidense, tanto víctimas como grupos de derechos humanos han dicho que los miembros de su pandilla han “saqueado y quemado chozas y puestos, violado sistemáticamente a mujeres, asesinado al azar y desmembrado o incendiado cuerpos”.
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Incluso, para esas fechas, se hablaba de que Cherizier entraba a los barrios marginados de la ciudad y ejercía terror en aquellos lugares en los que se veía oposición al gobierno del asesinado expresidente Jovenel Moïse. Aunque tanto el gobierno como el mismo pandillero negaron estos nexos, algunos testigos afirmaron verlo, junto a sus seguidores, en vehículos de la policía y fuerzas de seguridad, se lee en el Washington Post.
Aunque existe una orden judicial permanente en su contra, por presuntamente poseer armas ilegales y no presentarse al servicio, razón por la que fue despedido de la Policía en 2019, Cherizier sigue activo, así como su banda G9 Family and Allies, su coalición de pandillas.
Mientras Haití está paralizado, Cherizier pide la renuncia del primer ministro
La falta de combustible y la violencia ejercida por las pandillas en Puerto Príncipe son las razones de las protestas que se han desatado en Haití en los últimos días. La escasez se debe a la inseguridad y los bloqueos de las carreteras. La falta de combustible ha provocado el cierre de establecimientos comerciales, las emisoras han anunciado cambios de horarios y los hospitales han alertado la imposibilidad de continuar la atención de los pacientes bajo estas condiciones. Debido a esto, la Oficina de Protección al Ciudadano (OPC) solicitó a las bandas criminales abrir corredores humanitarios para permitir el paso de combustible, según informa Agencia EFE.
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En terminales bloqueadas, Haití tiene 150.000 barriles de diésel y 50.000 barriles de gasolina, y ante la escasez, la compra ilegal de combustible se ha convertido en una alternativa. Ahora bien, si en las estaciones de servicio el costo del galón es de dos dólares, en el mercado negro la gente llega a pagar, incluso, 20 dólares por galón.
En medio de las tensiones, Cherizier exigió la renuncia del primer ministro de Haití como condición para desbloquear las vías y permitir el transporte de combustible. “Las áreas bajo el control del G9 están bloqueadas por una sola razón: exigimos la renuncia de Ariel Henry”, afirmó en Radio Mega. “Henry debe responder a las demandas de justicia. Él debe responder porque habló el día que fue asesinado Moïse con Joseph Badio Felix [considerado por la Policía como el autor intelectual del magnicidio]. Estamos teniendo una batalla política. Somos un grupo político armado”, se lee en El País.
En el tercer día de paro se vio algo más de actividad por las calles de Puerto Príncipe. Se vio gente en las calles y algunos buses de transporte público. También hizo algo más de presencia la Policía y las fuerzas de seguridad, que transitaban fuertemente armados por la ciudad capital. Al día de hoy, la escasez de combustible ha orillado a 50 centros sanitarios a suspender sus servicios, al tiempo que las telecomunicaciones se han visto afectadas, informa EFE.
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