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Una de las primeras promesas de Ricardo Rosselló durante su campaña política, en 2015, fue construir un nuevo Puerto Rico. Aseguraba que todo se podía solucionar con transparencia. Esta semana, sin embargo, pidió disculpas a un pueblo enardecido, luego de se filtrara un polémico chat "privado" en el que lanzaba comentarios homófobos y sexistas contra miembros de su gobierno. Aseguró, además, que trabajará para reconstruir la confianza, cosa que por el momento parece bastante lejana.
Miles de personas salieron este lunes a exigir la renuncia del funcionario, respondiendo al llamado de artistas como Ricky Martin, Residente y Bad Bunny tras la filtración de un polémico "chat" privado, que le ha provocado más de un dolor de cabeza al gobernante de la isla.
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Los mensajes causaron la indignación del pueblo de Puerto Rico frente a su gobernante. Cuestionado además por su manejo de la emergencia del huracán María y la crisis financiera de la isla, los manifestantes gritaban por tercer día consecutivo: "¡Ricky corrupto!".
Hace cinco años la isla atravesaba una difícil situación económica. Las personas emigraban ciudades de Estados Unidos como Miami o Nueva York. Rosselló supo maniobrar con su discurso y convencer al electorado boricua, señalando que no había una crisis real sino una falta de confianza en el gobierno. Así llegó a convertirse en el gobernador de Puerto Rico.
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En ese momento, sin embargo, no fue la primera vez que un Rosselló llegaba al Palacio de Santa Catalina, donde se ubica el ejecutivo de Puerto Rico. De hecho, su papá, Pedro Rosselló, estuvo a cargo de la isla entre 1993 y 2001, uno de los líderes más importantes del Partido Nuevo Progresista boricua. Durante esos últimos años Ricardo terminaba sus estudios en Ingeniería Biomédica y Economía en el Instituto Tecnológico de Massachusstes (MIT). Además, tiene estudios de posgrado en la Universidad de Michigan y en la Universidad de Duke.
Carla Minet, directora del Centro de Periodismo Investigativo (CPI), le dijo a la BBC: "El gobernador Roselló llegó al poder en un país que ya estaba en medio de una bancarrota, luego de más de una década de depresión económica y en el contexto de un quiebre muy grande de las instituciones políticas. Venía con una promesa de un gobierno de transparencia, que iba a generar oportunidades económicas".
Luego, agregó: "Dos años y medio después, la realidad es que el país ha tenido un retroceso significativo en una parte atribuible a su administración y, en otra parte, por el lastre del huracán María".
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El futuro inmediato para el actual gobernador de Puerto Rico no parece sencillo. La presión para que dimita aumenta cada día, ya sea a través de sus propios compañeros de partido que lo han dejado sólo, como a través de las protestas, casi diarias y por momentos violentas, para pedir su renuncia.
Sin embargo, Rosselló asegura que no dejará el cargo y se mostró firme frente a la crisis: "Las manifestaciones que se realizaron en la tarde y noche de ayer no han pasado desapercibidas para mí, para mi familia y ciertamente para nadie en el pueblo de Puerto Rico. Reconozco el reto que tengo ante mí por las controversias recientes, pero creo firmemente en que es posible restaurar la confianza y que podremos, luego de este proceso doloroso y penoso, lograr la reconciliación".