Relaciones Colombia-Venezuela: ¿qué falta para restablecerlas?
Desde quiénes son los interlocutores hasta el estado de los puentes fronterizos presentan desafíos para la normalización del lazo binacional.
A finales de julio, todos los titulares apuntaban a que el 7 de agosto, día de la posesión del nuevo presidente de Colombia, Gustavo Petro, las relaciones diplomáticas entre este país y Venezuela se restablecerían. La importancia del anuncio, quizá, impidió aterrizar la complejidad de lo que eso implica: restablecer y normalizar los lazos binacionales no es tan sencillo como anunciarlo.
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A finales de julio, todos los titulares apuntaban a que el 7 de agosto, día de la posesión del nuevo presidente de Colombia, Gustavo Petro, las relaciones diplomáticas entre este país y Venezuela se restablecerían. La importancia del anuncio, quizá, impidió aterrizar la complejidad de lo que eso implica: restablecer y normalizar los lazos binacionales no es tan sencillo como anunciarlo.
El martes el propio presidente Petro desmintió que ya estuviera agendado un encuentro con Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, como se rumoreó. Señaló a periodistas que una cita de ese nivel necesita una “preparación que no existe; no hay encuentro previsto”, dijo.
Y no es para menos, pues organizar una visita de Maduro a Colombia, donde están refugiados unos 2,5 millones de personas que huyeron a causa de la crisis en el país vecino, no sería de lo más fácil en términos de orden público. Mientras que un viaje del presidente Petro, recién posesionado, a Venezuela (que ni siquiera fue nombrada en el discurso de posesión) tampoco parece inmediato.
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Para Theodore Kahn, analista sénior de la firma Control Risks, “restablecer relaciones como tales es relativamente sencillo”, sin embargo, “los elementos más fundamentales para la restablecer relaciones sólidas son la confianza y la voluntad política”.
Agregó que percibe “buena disposición por parte del gobierno de Petro y el de Maduro para este proyecto, pero construir la confianza va a ser un proceso difícil. Creo que los temas de seguridad pueden ser los más complicados en este sentido. Hace varios años que no hay ni comunicación táctica entre las fuerzas armadas de los dos países”.
Precisamente el martes el ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino, dijo que, por orden de Maduro, establecerá contacto “de inmediato” con su par colombiano, Iván Velásquez Gómez, para “restablecer” las relaciones militares entre ambas naciones.
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“He recibido instrucciones del comandante en jefe de la FANB (Fuerza Armada Nacional Bolivariana), Nicolás Maduro, de establecer contacto de inmediato con el ministro de Defensa de Colombia para restablecer nuestras relaciones militares”, dijo el jefe militar, citado en Twitter por el departamento de prensa de la Fuerza Armada.
Sobre el asunto militar y de seguridad, Kahn agregó que una “relación de trabajo funcional” en ese sentido “va a costar tiempo, y es un asunto fundamental, porque va a afectar las perspectivas para la negociación con los grupos armados”.
Agregó: “Grupos como ELN y disidencias de las FARC hoy en día son binacionales, entonces las condiciones para que la negociación prospere dependen mucho de lo que pasa al otro lado de la frontera. La capacidad e intención del gobierno de Maduro para colaborar con esta iniciativa es muy incierto a estas alturas”.
¿Cómo están las relaciones entre Colombia y Venezuela?
Para Ronal Rodríguez, investigador y vocero del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, el restablecimiento de las relaciones no es sencillo, tanto por cuestiones políticas como prácticas.
Por un lado, conseguir la reinstitucionalización de la relación, como la que parece buscar Petro, es “difícil particularmente con Nicolás Maduro, que fue quien desarticuló la relación en términos formales; siendo canciller fue una de las personas que más socavaron el relacionamiento entre los dos Estados”, señaló.
Maduro, agrega, se ha caracterizado por llevar los asuntos internacionales no como temas de Estado, sino conformes a la agenda del presidente. Ahora, probablemente “aspirará a esa interpretación personalista de la relación bilateral entre ambos Estados, pero eso sería un error porque eso es lo que nos tiene donde nos tiene”, apuntó.
El otro asunto es con quién y quiénes negocian. Por un lado, como señala Rodríguez, el servicio diplomático venezolano se ha desestructurado y depende en gran medida de la capacidad de relacionamiento de personas dentro del régimen (Diosdado Cabello, el mismo Maduro, la primera dama…).
Por otro lado, en Colombia, en los últimos años no ha habido “un responsable de pensar en Venezuela. Tenemos que construir consensos antes de negociar con Venezuela, pero no hay esa persona”, por lo que la dinámica política parece compleja.
Sin mencionar lo práctico: hay infraestructura consular en Colombia en ruinas, mientras que los puentes de los pasos fronterizos tendrían que someterse a pruebas técnicas antes de volver a operar, por ejemplo, para el tránsito de camiones.
Del lado venezolano, señala Rodríguez, incluso hay vías que deben recibir mantenimiento para restablecer un canal comercial, inversión que dependería por completo del gobierno vecino. Es decir, cada país tiene tareas, pero también las hay en conjunto, y se necesita más que solo voluntad.
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