Robert F. Kennedy Jr: ¿la fuerza que revitalizará al clan en la política?
El hijo de Robert F. Kennedy, conocido por su trabajo con los movimientos de derechos civiles, quiere seguir los pasos de su padre, solo que en otra dirección. El más reciente candidato a la presidencia de Estados Unidos marca en las encuestas y, aunque hay dudas sobre sus posibilidades para llegar a la Casa Blanca, los votos de los independientes, como él, pueden ser determinantes.
María José Barrios Figueroa
Un legado de casi dos siglos perdura en la política estadounidense. Los Kennedy, que llegaron a la política en 1884, hoy tienen su tercer candidato presidencial: Robert F. Kennedy Jr. Desde su tío, asesinado en 1963, ningún integrante del clan ha podido ascender a la presidencia. Ahora, con una carrera en la defensa del medio ambiente y una fuerte crítica a las vacunas contra el covid-19, el sobrino de John Fitzgerald Kennedy se lanzó como candidato independiente, con el logo “declara tu independencia”.
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Un legado de casi dos siglos perdura en la política estadounidense. Los Kennedy, que llegaron a la política en 1884, hoy tienen su tercer candidato presidencial: Robert F. Kennedy Jr. Desde su tío, asesinado en 1963, ningún integrante del clan ha podido ascender a la presidencia. Ahora, con una carrera en la defensa del medio ambiente y una fuerte crítica a las vacunas contra el covid-19, el sobrino de John Fitzgerald Kennedy se lanzó como candidato independiente, con el logo “declara tu independencia”.
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El hijo de Robert F. Kennedy, quien fue asesinado en su campaña presidencial, quiere desligarse por completo de los partidos políticos tradicionales, los demócratas y los republicanos. “Mi intención es estropeárselo a los dos”, dijo sobre sus contrincantes, Donald Trump y Joe Biden, que temen que el integrante del clan político con mayor historia en los Estados Unidos pueda restar votos a sus campañas.
Aún separándose de las estructuras tradicionales que se han peleado por la Casa Blanca, y que generalmente logran ascender al poder, cuenta con un gran aliado en su campaña: su apellido.
Una dinastía política
Stephen Farnsworth, profesor de Ciencia Política en la Universidad de Mary Washington que ha escrito nueve libros sobre los medios y la presidencia, explica que la influencia de los Kennedy es fuerte en el actual terreno político, un “legado que es muy extraño en la política estadounidense”. Es un caso de toda una familia que se compromete con el servicio público, en el que varios lograron ser prominentes, no solo en la presidencia, sino también en el Congreso, en gobernaciones y como funcionarios de los gobiernos demócratas de turno.
La imagen de los Kennedy, sin embargo, no es estática. Farnsworth asegura que la idea que tenga una persona sobre el clan depende, en gran medida, de su edad. Mientras la generación que ahora llega a los 80 años recuerda principalmente a JFK por su idealismo, la posterior reconocerá más a Robert F. Kennedy y su trabajo con la consolidación del movimiento de los derechos civiles y una más tardía, que ahora está por debajo de los 60 años, pensará en Ted Kennedy y “sus esfuerzos para mejorar las oportunidades educativas y económicas para las personas desfavorecidas”.
Su trabajo en la política ha definido también a algunos de los políticos estadounidenses demócratas más prominentes en la actualidad. Entre ellos, al actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien tenía 21 años cuando JFK fue asesinado y que llegó al Senado unos años después de la muerte de Robert F. Kennedy.
“Yo creo que Joe Biden, en muchos sentidos, era uno de esos jóvenes que fueron energizados por el idealismo de los años Kennedy. Se convierte en senador poco tiempo después de que Bobby Kennedy fuera asesinado y lo hace en esos días en los que había una visión liberal sobre lo que el Partido Demócrata podría ser. (…) Pero es claro que cuando vemos la presidencia Biden, muchas de las cosas en las que se han concentrado, son las mismas cosas que estaban en la agenda de Kennedy”, resalta Farnsworth.
La conexión de los Kennedy con el Partido Demócrata siempre ha sido fuerte. Se convirtieron en defensores de causas sociales, especialmente Bobby y Ted, y sus convicciones han evolucionado con el partido. Pero el más reciente candidato de la presidencia no parece estar tan convencido de su alineación política tradicional.
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La “oveja negra” de los Kennedy
Aunque compartan apellido, varios de sus familiares han decidido no apoyar a Robert F. Kennedy Jr. en su campaña a la presidencia. Si bien resaltan la carrera que ha llevado como abogado defensor de causas ambientales, en lo público es más conocido por su postura antivacunas y por proponer teorías de conspiración sobre el covid-19, lo que lo aleja de la ideología demócrata actual.
“Yo creo que muchos demócratas están muy molestos con la idea de que un Kennedy se haya lanzado a la presidencia para el 2024. Se trata de alguien que se enfrenta a un presidente en funciones. Alguien que no tiene el mismo historial de políticas liberales que otros Kennedy han tenido. De hecho, si escuchas lo que otros Kennedy activos en la política dicen, están muy molestos sobre esta oveja negra de la familia que está pensando en lanzarse de presidente”, explica Farnsworth.
Su inserción en la carrera por la presidencia de Estados Unidos podría tener un impacto sobre la decisión de los ciudadanos en los comicios. Una encuesta de la Universidad de Quinnipiac reveló que, en caso de que hubiera solo tres candidatos, Kennedy recibiría un apoyo del 22 %, frente al 39 % de Biden y el 36 % de Donald Trump, lo que quitaría un porcentaje significativo a cualquiera de los dos candidatos, que, s estuvieran solo los dos, recibirían un apoyo del 47 % y el 46 %, respectivamente.
“Con las minorías y los votantes más jóvenes que parecen intrigados, Kennedy, por ahora, disfruta del tipo de apoyo demográfico que su carismático padre y sus tíos generaron hace décadas”, comenta Tim Malloy, analista de sondeos de la universidad.
Hasta ahora, Kennedy ha logrado generar disgustos en los dos lados del espectro político. Los republicanos lo acusan de “demócrata disfrazado de independiente” y de “el mismo tipo de liberal elitista”. Por su lado, los demócratas han dicho que sus teorías de conspiración sobre el covid-19 son “peligrosas” y han condenado sus comentarios “antisemitas” y contra personas de origen asiático por “perpetuar estereotipos racistas dañinos y desacreditados”, como indicó la representante demócrata por Washington, Suzan DelBene.
Esos votos independientes se marcan como cada vez más esenciales en una carrera que hasta ahora tiene a Biden y Trump en la delantera. Entre esos votantes, Kennedy es apoyado por un 36 % , mientras que Trump obtiene el 31 % y Biden el 30 %. Según Lawrence Gumbiner, profesor de Cátedra de la Universidad Javeriana y exdiplomático estadounidense, los que se declaran independientes ven al actual presidente como un “candidato muy aceptable”, que tampoco es “ideal”, mientras que los votantes de Donald Trump pueden “hacer una pausa y cuestionar su comportamiento”, especialmente con los procesos judiciales que se llevan en su contra.
Un poder que se desvanece
Pero el apellido Kennedy no ha probado ser tan fuerte como para llevar a otro integrante a la presidencia o para mantenerlos en sus puestos. El caso más reciente es el de Joseph Patrick Kennedy III, sobrino de Robert F. Kennedy Jr., quien perdió la reelección en el 2020 para ser representante de Massachusetts en el Congreso. Llevaba más de 8 años en el cargo, pero ni su apellido ni su trayectoria lo reeligieron.
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Como otros de los integrantes del clan, ahora es funcionario del gobierno demócrata de turno. Desde 2022 es el Enviado Especial de los Estados Unidos para Irlanda del Norte, cumpliendo un cargo que trae a la memoria el origen irlandés del apellido y la fuerte carga que tuvo su etnia en la forma en la que los Kennedy del siglo XIX hicieron política, apelando a la “solidaridad étnica”.
Un cargo similar ha tenido Caroline B. Kennedy, hija de John Fitzgerald Kennedy, quien fue embajadora de Estados Unidos en Japón entre 2013 y 2017 en la presidencia de Barack Obama, y, desde 2022, es la embajadora estadounidense en Australia. En los años más recientes, solo Edward Moore Kennedy Jr., ha llegado a un cargo público por votación popular, pues fue miembro del Senado de Connecticut entre 2015 y 2019.
La esperanza de Robert F. Kennedy Jr. es llegar al poder. Si lo logra, sería el segundo presidente Kennedy, con más de 60 años de diferencia. Sin embargo, no todo el mundo está tan confiado en que pueda ascender a la presidencia. Aún con su apellido y con unas ideas que han movilizado financiación republicana y apoyo del electorado de los dos partidos tradicionales, no hay certeza de que Estados Unidos quiera elegir a otro Kennedy en este momento de la historia.
“Yo creo que Estados Unidos, como muchos lugares, es un país de cortos períodos de atención. Y no tenemos dinastías, entonces lo que haya hecho tu padre es menos importante que lo que tú harías. Así que creo que las personas están siendo evaluadas, en gran medida, por sí mismas. Sus méritos, sus propias capacidades, sus propios talentos. Tener el apellido Kennedy ciertamente ayuda a que la gente lo reconozca. Tener la fortuna Kennedy ayuda inmensamente en la política. Pero no es suficiente para ganar las elecciones si no tienes el mismo tipo de atractivo público que tenía la generación anterior”, finaliza el profesor.
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