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Luego de tres años de discusión y superadas las diferencias entre el Congreso y la presidencia, Costa Rica firmó la ley que avala el uso del cannabis medicinal y terapéutico.
El proyecto, que fue aprobado por el Congreso el pasado 14 de enero, recibió un veto parcial del presidente Carlos Alvarado, por aspectos referidos al autocultivo y autoconsumo, que, para el Ejecutivo, podían abrir las puertas al tráfico ilegal de marihuana.
No obstante, el pasado martes el Congreso retiró ambos aspectos de la norma y al día siguiente el presidente la promulgó. Según Alvarado “con esto aliviamos el dolor y facilitamos el tratamiento de muchas personas que lo necesitan, ya solo eso es un gran fin”, afirmó el gobernante, tras firmar esta ley.
Dicha nueva norma le permite a las autoridades otorgar licencias para la producción e industrialización del cannabis con fines médicos o terapéuticos.
A su vez, declara libre el cultivo, la producción, la industrialización, la comercialización de cáñamo o cannabis no psicoactivo y sus productos o subproductos, para fines alimentarios e industriales.
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Según Andrés Fonseca, quien le ayuda a su hermano, Francisco de 30 años quien tiene una discapacidad neurológica y sufre de epilepsia, a conseguir estos productos, la aprobación de esta ley le “genera tranquilidad, porque ya podemos conseguir el CBD (cannabidiol) y los aceites de forma regulada, sin exponernos a una situación jurídica”.
Asimismo, para Rachel Moore, quien es madre de Malia una adolescente de 13 años con un diagnóstico similar al de Francisco, “es un alivio que podamos comprarlo con normalidad. Antes tuvimos que buscarlo por afuera. Esa medicina ayuda demasiado a la calidad de vida de nuestra hija”.
Estas dos familias son parte de las 4.000 que, según activistas del cannabis medicinal como Isaac Amador, quien es padre de un niño con parálisis cerebral y epilepsia, se beneficiarán con esta legislación.
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Con esta norma, Costa Rica se unió a más de 20 países que permiten esta actividad, varios en América Latina, como Argentina, Chile, Panamá, México y Colombia. Por otra parte, el país espera también propulsar la reactivación económica con este aval.
Un estudio de la Promotora de Comercio Exterior, estimó que para el 2025 el mercado del cáñamo y el cannabis medicinal moverá 35.000 millones de dólares al año.
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