Silencio inquietante: Bolsonaro continúa sin pronunciarse sobre su derrota
Según medios de Brasil, el presidente no quiere tener contacto ni con sus aliados más cercanos. No tiene previsto dar una declaración pronto.
Más de doce horas después de conocerse los resultados de las elecciones presidenciales en Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro continúa sin pronunciar una palabra sobre su derrota en el balotaje. Según medios brasileños, el presidente no tiene previsto dar una declaración pronto y no quiere tener contacto con nadie.
“Derrotado, Jair Bolsonaro no quiere recibir a nadie. A ministros y diputados que intentaron visitarlo este domingo tras los resultados de las urnas les dijeron que el presidente no quiere ver a nadie en este momento, ni siquiera a sus aliados más cercanos”, señaló el diario O Globo.
Por otro lado, Folha de S. Paulo dijo que Bolsonaro se recluyó junto a su hijo Flavio en el Palacio de la Alvorada, desde donde siguió los resultados. No se ha visto con sus minitros y solo ha hablado con el general Braga Netto, su fórmula vicepresidencial.
Lauro Jardim, columnista estrella de O Globo, dijo que el presidente se fue a su cuarto a dormir en la noche del domingo, luego de conocer los resultados. En Brasil, tras una campaña polarizante y con la incertidumbre sobre si Bolsonaro iba a reconocer su derrota, luego de varias declaraciones que lo ponían en duda, hay mucha ansiedad.
Pero a pesar de lo inquietante que resulta el silencio, el presidente del Tribunal Superior Electoral, Alexandre de Moraes, considera que no hay que alarmarse por esto, pues cree que el mandatario no desconocerá los resultados.
“Llamé (por teléfono) a ambos candidatos y los felicité por haber participado en esta fiesta de la democracia que son las elecciones”, dijo en una rueda de prensa el presidente del TSE, quien aunque no dio detalles sobre su charla con Bolsonaro, se mostró convencido de que el jefe de Estado aceptará el resultado.
De Moraes también destacó el rol del presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, como “defensor de la democracia, del estado de derecho”. ”Nunca dejó de posicionarse a favor de la democracia y el sistema electoral y las urnas”, manifestó.
El expresidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva regresará por tercera vez al poder en Brasil tras vencer por un estrechísimo margen a Bolsonaro. El ícono de la izquierda latinoamericana, de 77 años, se impuso por 50,9 % de los votos frente a 49,1 % para el presidente y excapitán del ejército, con casi el 100 % escrutado. Su primer reto será tratar de unir a un país muy dividido.
“Brasil va a tener un cambio importante de gobierno, con la mitad de la población descontenta con eso”, dijo a la AFP el politólogo Leandro Consentino, del instituto de investigación Insper de Sao Paulo.
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Lula “representa muchas cosas, igualdad de género, libertad. Todo cambiará”, aseguró entre lágrimas Carolina Freio, funcionaria de 44 años en el barrio de Copacabana en Rio.
“Para nosotros, el regreso de Lula es muy importante, trató de demarcar nuestras tierras, tenía proyectos”, dijo a la AFP el chamán Saha da Silva, del grupo indígena sateré-mawé, que votó en su comunidad de Iranduba, a 80 km de Manaos, capital de la Amazonía.
Lula, único presidente electo tres veces -ya gobernó entre 2003 y 2010-, cuenta principalmente con el apoyo de los más pobres, de los jóvenes, las mujeres y las minorías.
Aunque esta vez también hizo alianzas con sectores más centristas, unidos con el objetivo común de derrotar a Bolsonaro. El presidente electo prometió además “arreglar el país” impactado todavía por la crisis de la pandemia y sus 688.000 muertos, aunque ha hablado poco de su programa de gobierno.
En su campaña destacó sus logros socioeconómicos, como la salida de la pobreza de más de 30 millones de brasileños gracias a iniciativas sociales financiadas con el ‘boom’ de las materias primas.
En este tercer período no contará con la misma bonanza: si bien la economía da señales de mejoría, con crecimiento, menos inflación y más empleo, está lejos de la prosperidad de los años 2000. Tampoco lo tendrá fácil en el Congreso, donde los conservadores son mayoría.
Lea también: La polarización en Brasil se refleja en una iglesia católica en Río
*Con información de agencias
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Más de doce horas después de conocerse los resultados de las elecciones presidenciales en Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro continúa sin pronunciar una palabra sobre su derrota en el balotaje. Según medios brasileños, el presidente no tiene previsto dar una declaración pronto y no quiere tener contacto con nadie.
“Derrotado, Jair Bolsonaro no quiere recibir a nadie. A ministros y diputados que intentaron visitarlo este domingo tras los resultados de las urnas les dijeron que el presidente no quiere ver a nadie en este momento, ni siquiera a sus aliados más cercanos”, señaló el diario O Globo.
Por otro lado, Folha de S. Paulo dijo que Bolsonaro se recluyó junto a su hijo Flavio en el Palacio de la Alvorada, desde donde siguió los resultados. No se ha visto con sus minitros y solo ha hablado con el general Braga Netto, su fórmula vicepresidencial.
Lauro Jardim, columnista estrella de O Globo, dijo que el presidente se fue a su cuarto a dormir en la noche del domingo, luego de conocer los resultados. En Brasil, tras una campaña polarizante y con la incertidumbre sobre si Bolsonaro iba a reconocer su derrota, luego de varias declaraciones que lo ponían en duda, hay mucha ansiedad.
Pero a pesar de lo inquietante que resulta el silencio, el presidente del Tribunal Superior Electoral, Alexandre de Moraes, considera que no hay que alarmarse por esto, pues cree que el mandatario no desconocerá los resultados.
“Llamé (por teléfono) a ambos candidatos y los felicité por haber participado en esta fiesta de la democracia que son las elecciones”, dijo en una rueda de prensa el presidente del TSE, quien aunque no dio detalles sobre su charla con Bolsonaro, se mostró convencido de que el jefe de Estado aceptará el resultado.
De Moraes también destacó el rol del presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, como “defensor de la democracia, del estado de derecho”. ”Nunca dejó de posicionarse a favor de la democracia y el sistema electoral y las urnas”, manifestó.
El expresidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva regresará por tercera vez al poder en Brasil tras vencer por un estrechísimo margen a Bolsonaro. El ícono de la izquierda latinoamericana, de 77 años, se impuso por 50,9 % de los votos frente a 49,1 % para el presidente y excapitán del ejército, con casi el 100 % escrutado. Su primer reto será tratar de unir a un país muy dividido.
“Brasil va a tener un cambio importante de gobierno, con la mitad de la población descontenta con eso”, dijo a la AFP el politólogo Leandro Consentino, del instituto de investigación Insper de Sao Paulo.
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Lula “representa muchas cosas, igualdad de género, libertad. Todo cambiará”, aseguró entre lágrimas Carolina Freio, funcionaria de 44 años en el barrio de Copacabana en Rio.
“Para nosotros, el regreso de Lula es muy importante, trató de demarcar nuestras tierras, tenía proyectos”, dijo a la AFP el chamán Saha da Silva, del grupo indígena sateré-mawé, que votó en su comunidad de Iranduba, a 80 km de Manaos, capital de la Amazonía.
Lula, único presidente electo tres veces -ya gobernó entre 2003 y 2010-, cuenta principalmente con el apoyo de los más pobres, de los jóvenes, las mujeres y las minorías.
Aunque esta vez también hizo alianzas con sectores más centristas, unidos con el objetivo común de derrotar a Bolsonaro. El presidente electo prometió además “arreglar el país” impactado todavía por la crisis de la pandemia y sus 688.000 muertos, aunque ha hablado poco de su programa de gobierno.
En su campaña destacó sus logros socioeconómicos, como la salida de la pobreza de más de 30 millones de brasileños gracias a iniciativas sociales financiadas con el ‘boom’ de las materias primas.
En este tercer período no contará con la misma bonanza: si bien la economía da señales de mejoría, con crecimiento, menos inflación y más empleo, está lejos de la prosperidad de los años 2000. Tampoco lo tendrá fácil en el Congreso, donde los conservadores son mayoría.
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*Con información de agencias
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