El Darién será el primer reto para el próximo presidente de Panamá
Dadas las elecciones de este domingo, sin importar el candidato que salga victorioso de las urnas, los panameños y la comunidad internacional tendrán los ojos puestos en las acciones que tome el nuevo mandatario frente a la política de “flujo controlado” de la migración por el Darién.
Juliana Castellanos Guevara
Ocho candidatos compiten por la Presidencia de Panamá. Educación, salud, empleo y el funcionamiento del canal son los temas recurrentes en los debates. Sin embargo, todos los aspirantes saben que aquel que llegue al Palacio de Las Garzas, lo primero que deberá atender es la gestión de la migración en el Darién.
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Ocho candidatos compiten por la Presidencia de Panamá. Educación, salud, empleo y el funcionamiento del canal son los temas recurrentes en los debates. Sin embargo, todos los aspirantes saben que aquel que llegue al Palacio de Las Garzas, lo primero que deberá atender es la gestión de la migración en el Darién.
Día a día, cientos de personas cruzan por la espesa selva de más de 5 mil kilómetros cuadrados, la cual separa a Panamá de Colombia. Según cifras del Servicio Nacional de Migración de Panamá (SNM), de 2021 a 2023 más de 900.000 personas atravesaron el Darién. Para 2024, de acuerdo con dicha entidad, se esperan más de 700 mil personas caminando por esta ruta, la cifra más alta registrada hasta ahora.
El tapón se ha convertido en uno de los pasos más concurridos en el mundo, pero también en uno de los más peligrosos. Además de las críticas condiciones naturales por las que deben pasar aquellos que lo atraviesan, es también una mina de oro para organizaciones criminales, que encontraron allí un negocio muy lucrativo. El Ministerio de Seguridad de Panamá informó que tan solo en 2023, moviendo migrantes por la selva, estos grupos “ganaron” US$820 millones, aproximadamente.
Según The New York Times, el Darién se ha convertido en una compleja “industria”. Además de ofrecerse servicios de transporte, alimentación, alojamiento y seguridad, se mueve mucho dinero con el narcotráfico, la trata de personas y la explotación sexual, porque son los grupos delictivos los que controlan la zona.
Desde el 2015, cuando aumentó la circulación de personas por este cruce, la política implementada por Panamá ha sido la del “flujo controlado”, según la cual los caminantes pueden entrar en su territorio, alojarse brevemente en dos campamentos y luego ser “empacados” en buses directos hacia Costa Rica, con la idea de llegar a Estados Unidos. El gobierno les promete que durante ese tránsito no van a ser criminalizados ni van a ser enviados de vuelta, pero no les permite pedir asilo, desplazarse libremente en el país o permanecer en Panamá.
Caitlyn Yates, investigadora del Centro Robert Strauss para la Seguridad y el Derecho Internacional, afirmó que la estrategia del país ha sido desarrollar “una infraestructura transitoria muy específica para los migrantes que se están moviendo a través de la selva, pero eso no se ha traducido en cosas como un sistema de asilo robusto o la posibilidad de reunificación familiar”. Así pues, Panamá es solo el canal por el cual, además de barcos, atraviesan migrantes.
Con las elecciones de este domingo, según Yates, “lo primero que tendrá que hacer cualquier presidente entrante con respecto a la migración es evaluar la política de flujo controlado”. Sea José Gabriel Carrizo (actual vicepresidente), Martín Torrijos (que fue presidente de 2004 a 2009), Zulay Rodríguez o, el favorito y sustituto en la boleta del inhabilitado expresidente Ricardo Martinelli, José Raúl Mulino, los panameños y la comunidad internacional tendrán los ojos encima del ganador para saber si continúa o cambia la política.
El controversial Mulino prometió “cerrar” el Darién: si gano, “vamos a cerrarlo y a repatriar a todas estas personas como corresponda”. Así dijo delante de periodistas, durante un recorrido de su campaña electoral. Inmediatamente, se especuló qué tan probable podría ser esta propuesta y, de ser así, qué efectos tendría en Colombia, por ejemplo.
Según Julio Londoño Paredes, profesor y exministro de Relaciones Exteriores de Colombia, el cierre de la frontera es un imposible: “Si el presidente de los Estados Unidos no ha podido cerrar la frontera entre México y Estados Unidos, el cierre de la frontera en el tapón del Darién creo que es ciencia ficción”.
Pero, sabiendo que Mulino lidera la intención de voto con alrededor del 30 %, hay que reflexionar sobre la responsabilidad de Colombia en el Darién. Según Yates, “ha habido mucho estrés en todos los niveles del gobierno panameño para tener una mejor cooperación e intercambio de información con los países de la región”. Conforme a su experiencia, conoce, en especial, la “frustración del gobierno sobre la limitada cooperación o colaboración que está teniendo con Colombia”.
El informe de The New York Times, que tuvo periodistas en el tapón del Darién, atestigua que el Gobierno colombiano tiene allí, en el mejor de los casos, “una presencia marginal”: “Cuando se llega a ver a las autoridades nacionales, a menudo están haciendo pasar a los migrantes o, en el caso de la Policía Nacional, chocando puños con los hombres que venden costosos paquetes de viaje para atravesar la selva”.
Ese sería el segundo reto del presidente electo, al menos para Yates: encontrar la forma de asumir una responsabilidad compartida entre los gobiernos involucrados, porque las organizaciones internacionales están presionando por más transparencia y asistencia a los migrantes, en especial a quienes corren mayores riesgos, como los niños, niñas y adolescentes no acompañados.
“Panamá está invirtiendo una enorme cantidad de dinero para ayudar a los migrantes que llegan a territorio, pero ese es un problema majestuoso (...), del cual ni siquiera las autoridades migratorias europeas tienen precedentes”, agregó Londoño Paredes. No existe una fórmula, pero el nuevo presidente de Panamá deberá encontrarla.
Elecciones en Venezuela, y su incidencia en Colombia y el Darién
Según una encuesta de Meganálisis, publicada a inicios de abril y que tuvo de muestra a 1.002 venezolanos, el 39,3 % de los entrevistados respondió que sí se iría del país si Nicolás Maduro y el chavismo ganan las elecciones del próximo 28 de julio. Un 44,6 % respondió que aún no sabe. Colombia es el principal destino, pero atravesar la selva del Darién es un paso para el sueño americano. En 2023, según datos de la Defensoría del Pueblo colombiana, 328.650 personas de origen venezolano fueron las que más atravesaron la selva del Darién.
Al respecto, Londoño Paredes señaló que, tras las elecciones en Venezuela, donde puede ganar Maduro hasta 2030, es probable que esa migración incremente y, por lo tanto, Colombia debe estar alerta. También Panamá y todos los países que participan de esta ruta migratoria deberán enfrentar el reto del Darién.
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