“Solo participamos en iniciativas imparciales e independientes”: director de la Cruz Roja en América
Casi dos meses después del fallido operativo del 23 de febrero liderado por la oposición venezolana, el cual fue muy cuestionado por distintos organismos internacionales, la Cruz Roja anunció que esta semana comenzaría a entregar ayudas humanitarias con las que buscan atender a cerca de 600.000 personas. Su director en las Américas, Walter Cotte, explica a El Espectador cómo se llevará este proceso.
Jesús Mesa / @JesusMesa
En días previos al fallido operativo de ingreso de las donaciones estadounidenses a Venezuela el pasado 23 de febrero, hubo un fuerte debate sobre si este esfuerzo debía llamarse como “ayuda humanitaria”. En su momento, diferentes organismos internacionales manifestaron su preocupación por la que veían una “instrumentalización” de la ayuda y decidieron no participar de ese proceso.
Una de esas entidades que tuvo serios reparos sobre ese proceso fue la Federación Internacional de la Cruz Roja, que en su momento manifestó que “no estaban dadas las condiciones para una entrega imparcial e independiente”, de acuerdo con un comunicado de la organización.
Pasados casi dos meses después de este episodio, que dejó, entre otras cosas, la ruptura de las relaciones diplomáticas entre Colombia y Venezuela, la Cruz Roja anunció su intención de entregar ayuda humanitaria en ese país, que desde hace tres años vive una crisis económica y política que ha obligado a cerca de tres millones de personas a emigrar.
En entrevista con El Espectador, el colombiano Walter Cotte, director de la Federación Internacional de la Cruz Roja y de la Medialuna Roja para América, explica cómo se llevará este proceso de entrega de ayudas en Venezuela y aclara cuáles son los componentes que tienen que tener estas asistencias para ser consideradas humanitarias.
¿Cuál va a ser el papel de Cruz Roja en esta entrega de ayuda humanitaria?
Lo primero es aclarar que nuestra ayuda ha sido permanente durante los últimos tres años a través del sistema de la Cruz Roja venezolana, en actividades de promoción de la salud, de prevención de enfermedades y en primeros auxilios. Pero esta era una ayuda limitada, con cifras modestas. Solo hasta este año, debido a las circunstancias, logramos aumentar el presupuesto a 26 millones de dólares que nos van a ayudan a crecer la operación, con la que buscamos llegar a 220.000 personas altamente vulnerables.
¿De qué se compone esta ayuda?
La ayuda consiste fundamentalmente de materiales médico, insumos, herramientas, equipos eléctricos y de agua, saneamiento y medicamentos. Además, también traemos dotaciones para nuestros voluntarios en el país.
¿Cuáles son las emergencias humanitarias que se han encontrado Venezuela en estos tres años?
Venezuela es un país muy grande, de 30 millones habitantes, y un país con dificultades no solamente en salud y escasez de medicamentos, sino de emergencias por inundaciones y muchas otras cosas. En esto estamos concentrados ahora. Nuestra intervención en Venezuela está enfocada en apoyar mucho más a todos los venezolanos que están sufriendo.
¿Qué diferencias hay entre lo que está realizando la Cruz Roja y lo que ocurrió el pasado 23 de febrero en la frontera?
Nosotros no podemos comentar ni el proceso ni las intenciones de lo que se intentó hacer en Cúcuta ese día. Nuestro trabajo es garantizar que toda la ayuda que pasa por la Cruz Roja sea neutral, imparcial e independiente desde la fuente los medios que usa y la llegada a quien se le entrega. No podemos hacerlo de otra forma.
¿Por qué la Cruz Roja no participó de ese proceso?
Insisto, solo participamos en iniciativas que son hechas desde una perspectiva imparcial e independiente, que no tengan riesgo de ser politizadas o sean percibidas así. La ayuda tiene que ser neutral y llegar de manera neutral a la gente que sufre. Entonces nosotros no podemos ni comentar ni participar. Vale la pena decir que la Cruz Roja lleva 160 años haciendo esto, y se ha comprobado la importancia en el mundo de tener un mecanismo imparcial e independiente.
(Puede leer: Cruz Roja y Maduro llegan a acuerdo para ingresar "ayuda humanitaria")
En ese momento hubo mucho debate sobre lo que debía entenderse como ayuda humanitaria. ¿Qué elementos debe tener para que se le llame así?
La primera norma es el deber humanitario. Nosotros nos basamos en un código de conducta que, entre otras cosas, nos indica que la ayuda solo debe concentrarse en atender seres humanos que son vulnerables o que tienen problemas, que no podemos favorecer o ser instrumentos de ninguna política de ningún gobierno o entidad religiosa o económica. Somos una entidad neutral que ayuda a que la gente tenga una atención complementaria a la que ofrecen los estados.
Alrededor de esta coyuntura hay una migración de venezolanos a varios países de América Latina que no se había visto tal vez nunca. ¿De qué dimensiones es esta migración de acuerdo a lo que ustedes han visto?
La migración en América es muy alta y compleja. Por ahora el grueso de la migración en el continente afecta a más de 14 países en la región, y se calcula que son entre 4 y 6 millones quienes están migrando. De ellos, efectivamente el grupo más grande se compone de venezolanos, pues solos Colombia ha reportado hasta el momento más de un millón de venezolanos en su país. Pero no son los únicos. Hay también migrantes de Haití, Cuba, y en menos cuantía, provenientes de África y los países árabes. Todo esto genera gran preocupación dentro de la Federación.
(Le recomendamos: La Cruz Roja internacional triplica su presupuesto para Venezuela)
¿Por qué es tan preocupante esta situación para la Cruz Roja?
Los migrantes son siempre gente buena, en su mayoría, que benefician a los países, pero infortunadamente la capacidad de absorción por parte de los países de la región no es tan buena, y se vuelve muy complicado incluir a los migrantes. En la Cruz Roja estamos muy comprometidos con buscar soluciones a esto y hemos hecho un llamado regional para atender a los migrantes, que ha funcionado bien en Colombia, Perú, Chile Ecuador, Argentina y Panamá.
¿El fenómeno migratorio venezolano es uno de los más graves del mundo?
Sí claro, es un fenómeno importante. Cuando miramos las cinco cosas más graves que están sucediendo en el mundo hoy en día, Venezuela es una de ellas, al menos para las prioridades de la Federación. Esa es la razón por la que este año aumentamos el presupuesto y ahora nos disponemos a atender algunos de los problemas más urgentes.
El tema de los apagones ha afectado la crisis energética en temas de salud. ¿Cuáles son los planes de la Cruz Roja al respecto si no mejoraesta situación?
Resolver el problema eléctrico es un problema que le toca a Venezuela y no a la Federación de la Cruz Roja. Pero lo que nosotros vamos a hacer es ayudar a enfrentar estas contingencias. Por eso, en las ayudas que vamos a entregar, estamos mandando equipos, unidades de poder eléctrico, plantas eléctricas y también algunas cosas de agua y saneamiento. Así si se va la luz, esperamos que tengan cómo reaccionar y reemplazar esa energía con nuestros equipos, sobre todo en las salas de cirugía y en la protección de los medicamentos.
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¿En Venezuela hay o no una emergencia humanitaria?
En Venezuela hay necesidades. Nosotros no participamos en discusiones políticas o de otro ámbito, pero si sabemos que hay unas necesidades que estamos entendiendo y que vamos a enfrentar en los próximos días.
¿Han hablado con el gobierno de Maduro para este tema?
Como explique en el principio, nuestra logística es independiente, neutral e imparcial. No solo en Venezuela, así es siempre. Sin embargo, para que eso ocurra tenemos que cumplir todas las reglas aduaneras, de migración, y los aviones tienen que tener la autorización para aterrizar, lo normal en cualquier país del mundo. Y eso ya lo tenemos hasta el momento.
JESÚS MESA
jmesa@elespectador.com
Twitter: @JesusMesa
En días previos al fallido operativo de ingreso de las donaciones estadounidenses a Venezuela el pasado 23 de febrero, hubo un fuerte debate sobre si este esfuerzo debía llamarse como “ayuda humanitaria”. En su momento, diferentes organismos internacionales manifestaron su preocupación por la que veían una “instrumentalización” de la ayuda y decidieron no participar de ese proceso.
Una de esas entidades que tuvo serios reparos sobre ese proceso fue la Federación Internacional de la Cruz Roja, que en su momento manifestó que “no estaban dadas las condiciones para una entrega imparcial e independiente”, de acuerdo con un comunicado de la organización.
Pasados casi dos meses después de este episodio, que dejó, entre otras cosas, la ruptura de las relaciones diplomáticas entre Colombia y Venezuela, la Cruz Roja anunció su intención de entregar ayuda humanitaria en ese país, que desde hace tres años vive una crisis económica y política que ha obligado a cerca de tres millones de personas a emigrar.
En entrevista con El Espectador, el colombiano Walter Cotte, director de la Federación Internacional de la Cruz Roja y de la Medialuna Roja para América, explica cómo se llevará este proceso de entrega de ayudas en Venezuela y aclara cuáles son los componentes que tienen que tener estas asistencias para ser consideradas humanitarias.
¿Cuál va a ser el papel de Cruz Roja en esta entrega de ayuda humanitaria?
Lo primero es aclarar que nuestra ayuda ha sido permanente durante los últimos tres años a través del sistema de la Cruz Roja venezolana, en actividades de promoción de la salud, de prevención de enfermedades y en primeros auxilios. Pero esta era una ayuda limitada, con cifras modestas. Solo hasta este año, debido a las circunstancias, logramos aumentar el presupuesto a 26 millones de dólares que nos van a ayudan a crecer la operación, con la que buscamos llegar a 220.000 personas altamente vulnerables.
¿De qué se compone esta ayuda?
La ayuda consiste fundamentalmente de materiales médico, insumos, herramientas, equipos eléctricos y de agua, saneamiento y medicamentos. Además, también traemos dotaciones para nuestros voluntarios en el país.
¿Cuáles son las emergencias humanitarias que se han encontrado Venezuela en estos tres años?
Venezuela es un país muy grande, de 30 millones habitantes, y un país con dificultades no solamente en salud y escasez de medicamentos, sino de emergencias por inundaciones y muchas otras cosas. En esto estamos concentrados ahora. Nuestra intervención en Venezuela está enfocada en apoyar mucho más a todos los venezolanos que están sufriendo.
¿Qué diferencias hay entre lo que está realizando la Cruz Roja y lo que ocurrió el pasado 23 de febrero en la frontera?
Nosotros no podemos comentar ni el proceso ni las intenciones de lo que se intentó hacer en Cúcuta ese día. Nuestro trabajo es garantizar que toda la ayuda que pasa por la Cruz Roja sea neutral, imparcial e independiente desde la fuente los medios que usa y la llegada a quien se le entrega. No podemos hacerlo de otra forma.
¿Por qué la Cruz Roja no participó de ese proceso?
Insisto, solo participamos en iniciativas que son hechas desde una perspectiva imparcial e independiente, que no tengan riesgo de ser politizadas o sean percibidas así. La ayuda tiene que ser neutral y llegar de manera neutral a la gente que sufre. Entonces nosotros no podemos ni comentar ni participar. Vale la pena decir que la Cruz Roja lleva 160 años haciendo esto, y se ha comprobado la importancia en el mundo de tener un mecanismo imparcial e independiente.
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En ese momento hubo mucho debate sobre lo que debía entenderse como ayuda humanitaria. ¿Qué elementos debe tener para que se le llame así?
La primera norma es el deber humanitario. Nosotros nos basamos en un código de conducta que, entre otras cosas, nos indica que la ayuda solo debe concentrarse en atender seres humanos que son vulnerables o que tienen problemas, que no podemos favorecer o ser instrumentos de ninguna política de ningún gobierno o entidad religiosa o económica. Somos una entidad neutral que ayuda a que la gente tenga una atención complementaria a la que ofrecen los estados.
Alrededor de esta coyuntura hay una migración de venezolanos a varios países de América Latina que no se había visto tal vez nunca. ¿De qué dimensiones es esta migración de acuerdo a lo que ustedes han visto?
La migración en América es muy alta y compleja. Por ahora el grueso de la migración en el continente afecta a más de 14 países en la región, y se calcula que son entre 4 y 6 millones quienes están migrando. De ellos, efectivamente el grupo más grande se compone de venezolanos, pues solos Colombia ha reportado hasta el momento más de un millón de venezolanos en su país. Pero no son los únicos. Hay también migrantes de Haití, Cuba, y en menos cuantía, provenientes de África y los países árabes. Todo esto genera gran preocupación dentro de la Federación.
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¿Por qué es tan preocupante esta situación para la Cruz Roja?
Los migrantes son siempre gente buena, en su mayoría, que benefician a los países, pero infortunadamente la capacidad de absorción por parte de los países de la región no es tan buena, y se vuelve muy complicado incluir a los migrantes. En la Cruz Roja estamos muy comprometidos con buscar soluciones a esto y hemos hecho un llamado regional para atender a los migrantes, que ha funcionado bien en Colombia, Perú, Chile Ecuador, Argentina y Panamá.
¿El fenómeno migratorio venezolano es uno de los más graves del mundo?
Sí claro, es un fenómeno importante. Cuando miramos las cinco cosas más graves que están sucediendo en el mundo hoy en día, Venezuela es una de ellas, al menos para las prioridades de la Federación. Esa es la razón por la que este año aumentamos el presupuesto y ahora nos disponemos a atender algunos de los problemas más urgentes.
El tema de los apagones ha afectado la crisis energética en temas de salud. ¿Cuáles son los planes de la Cruz Roja al respecto si no mejoraesta situación?
Resolver el problema eléctrico es un problema que le toca a Venezuela y no a la Federación de la Cruz Roja. Pero lo que nosotros vamos a hacer es ayudar a enfrentar estas contingencias. Por eso, en las ayudas que vamos a entregar, estamos mandando equipos, unidades de poder eléctrico, plantas eléctricas y también algunas cosas de agua y saneamiento. Así si se va la luz, esperamos que tengan cómo reaccionar y reemplazar esa energía con nuestros equipos, sobre todo en las salas de cirugía y en la protección de los medicamentos.
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¿En Venezuela hay o no una emergencia humanitaria?
En Venezuela hay necesidades. Nosotros no participamos en discusiones políticas o de otro ámbito, pero si sabemos que hay unas necesidades que estamos entendiendo y que vamos a enfrentar en los próximos días.
¿Han hablado con el gobierno de Maduro para este tema?
Como explique en el principio, nuestra logística es independiente, neutral e imparcial. No solo en Venezuela, así es siempre. Sin embargo, para que eso ocurra tenemos que cumplir todas las reglas aduaneras, de migración, y los aviones tienen que tener la autorización para aterrizar, lo normal en cualquier país del mundo. Y eso ya lo tenemos hasta el momento.
JESÚS MESA
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